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las ampulosas curvas de la fábula, como una caricatura sobre una ampliación.

Los Titanes despedazan a Dionysos Zagreus, en la leyenda de Orfeo: son deicidas (1). Todos los mortales compartimos esa culpa, según el orfismo. Los dioses no respetan el vínculo de la sangre en el amor. Padres e hijos, hermanos y hermanas se acoplan. Un perverso instinto parece atraer a lo más próximo en la sangre y en la carne, y el azahar rojo del incesto sacude violentamente los más bajos apetitos de la raza divina. Júpiter desposa a Juno, su hermana; Smyrna se enamora de su padre y se une a él, que, avergonzado, la persigue, espada en mano, para vengar la infamia. Los dioses, para salvarla, la metamorfosean en un arbusto (Mirra), de donde nace, a los nueve meses, Adonis... Fedra, esposa de Teseo, se enamora de su hijo Hipólito, que la rechaza; asunto de la célebre tragedia de Eurípides (2).

Ceres, hermana de Zeus, rey del cielo, se une a él, en himen de misterio (3); de cuyos amores nace Proserpina. Júpiter, en forma de dragón, viola a su

Deicidio.

Incesto.

(1) Lobeck, Aglaophamus, págs. 566, 567; Lang. Myth. Ritual and Religion, 2.a ed. II 245; S. Reinach, Cultes, Mythes et Religions, Paris, Leroux, 1906, II 75-77.

(2) IIIOAYTOΣ, Ed. Fix, París, Didot, 1844, páginas 146-178.

(3) P. de Saint Victor, Hommes et Dieux, 11.a ed., pági

Rapto.

propia hija; por eso en los misterios de Sabasius se hacía introducir una serpiente, que se deslizaba en el seno de los iniciados, aludiendo a este mito.

La forma natural de obtener el amor entre los dioses y los héroes es el rapto. Psiquis es raptada por el Amor, inspiración del cuadro de Proudhon. Mercurio arrebata a Io, la bella hija de Juaso, en el relato de Ovidio y el cuadro de Regnault, llevándola a Egipto, donde la convierta en Isis (I). Para robarla, adormece a Argos con la flauta y le mata; asunto de los bellos cuadros de Velázquez y de Rubens (2). Teseo roba a Elena a'los diez años, cuando bailaba en el templo de Diana, por lo que se mueve guerra en Troya (3). Paris saca de casa de sus padres a Enone, hija de Cabreno, jurándola Rapto con amor eterno, para serle infiel (4). Júpiter, transformado, roba a la joven Europa, transportándola sobre los lomos recios de un toro. Plutón roba a Proserpina en su carro, y Ceres, su madre, la busca nueve días en vano por la tierra. Júpiter rapta a

disfraz.

(1) Luciano, Ob. cit., III (Ed. cit., pág. 46).

(2) Madrazo, Catálogo de los cuadros del Museo del Prado, 10.a ed., Madrid, Lacoste, 1910, Minus. 1.165 y 1.673; págs. 203-203 y 291.

(3) Luciano, ob. cit., XX, 14 (Ed. clt., pág. 67). Cf. Isócrates, Elogio de Helena; Goethe, Faust, 2.a parte.

(4) Ob. cit., XX, 3 (Ed. cit., pág. 63). Cf. Partemio de Nicea, Eróticas, IV; Apolodoro, Bibliotheca, III, 12, § 6; Ovidio, Heroidas, cap. V.

Ganimedes... En el Museo Pío Clementino hay un grupo notable; otro hizo Gustavo Doré.

Proserpina está menos desolada que sus ninfas —tal vez desearían otro tànto-en el lienzo de Luca Giordano, del palacio Ricardi, de Florencia (1).

Neptuno, en figura de pájaro, rapta a Medusa -una de las tres Gorgonas-poseyéndola en el templo de Minerva; horrorosa profanación, que castiga la diosa, en ella, convirtiendo en serpientes sus cabellos (2).

Cástor y Polux roban a Helena y a Febea, en sus carros; en la Pinacoteca de Munich está el cuadro de Rubens. Ariadna-hija de Minos, rey de Cretaes arrebatada por Teseo. Boreas arrebata a Pitis en sus alas, para despeñarla luego. Los fundadores de Roma raptan a las Sabinas. Los pinceles de Plasencia (3) y Pradilla (4) han puesto llamaradas de lujuria y de terror en los labios y en los ojos de sus lienzos. El cincel de Juan de Bolonia, en un grupo de la Loggia dei Lanzi de Florencia (5), ha escrito una frase de suprema desesperación en el gesto de las víctimas.

Rapto colectivo.

(1) G. Natali y E. Vitelli, Storia dell'Arte, Turín, Soc. tip. ed., 1909, III, 89.

(2) Ovidio, Metamorfosis.

(3) Museo de Arte Moderno de Madrid.

(4) Museo de la Academia de Bellas Artes de Madrid. (5) G. Jeffroy, Florence, ed. Nilsson, Paris (Les Musées d'Europe), pág. 4.

Parricidio.

Libericidio.

Fratricidio.

Uxoricidio.

Lo más hermoso, lo más noble del mundo, el amor de padres a hijos, no existe para estos espíritus fuertes, que se llaman dioses. En algo habían de distinguirse de los hombres. Saturno, instigado por su madre la Tierra, mata pérfidamente a su padre, Urano, y le arrebata el trono, donde devora a los hijos de su hermana y esposa, Cibeles. Vencido y encadenado por Titán, su hijo Júpiter le restituye el trono, y Saturno le manda matar, en agradecimiento... Este era el dios en cuyo honor se celebraban las mejores fiestas paganas: las saturnales, asombro de riqueza y de licencia.

Urano asesina a sus hijos, al nacer, precipitán

doles en un abismo.

Vulcano encadena a su madre, Juno. Ariadna mata a su hermano Teseo en la isla de Naxos y traiciona a su padre.

El amor, cuando no es ya un crimen, lleva al crimen. Hércules, excitado por Juno (Hero), desgarra, en un acceso de ira, a su mujer Megara-la hija de Creón-y a sus hijos (1). Medea mata a los Exposición suyos (2). Júpiter devora a su primera esposa Metis y viendo nacer feo y deforme a su hijo Vulcano, le da un puntapié para arrojarle del Olimpo, de donde cae en la isla de Lémnos, rompiéndose una pierna.

de niños.

(1) Luciano, Ob. cit., XIII, 2 (Ed. cit., pág. 56). Cf. Lactancio, Instit. div., IX, X (Ed. cit.. pág. 500, 501). (2) Véase adelante.

Aquí nace la exposición de los niños deformes, autorizada por las XII tablas, en Roma.

¿Quién puede contar los triunfos de Venus? No se recuerda otro fenómeno de liberalidad sexual, con dioses y con hombres. Del estupro con Marte engendra a la Harmonía; de Neptuno tuvo a Eris; de Mercurio a Hermafrodita, que es andiógino; de Júpiter a Cupido; de Baco a Príapo y a Himeneo; de Anquises a Eneas; de Rutes a Erice. No fué fecunda con Adonis, porque siendo niño todavía, herido por el jabalí-Marte celoso-, murió (1) en sus brazos, asunto del cuadro de Ticiano (2) y del sarcófago del Louvre.

Es la Venus victrix, de Cesar... que sigue, como el Cid, ganando batallas en los corazones de los hombres, con el cincel de Fidias o de Praxiteles; en los soberbios mármoles de Gnido, de Arlés, de Milo, de Médicis...; desde las salas de los museos del Capitolio, de los Oficios o del Louvre.

Son célebres sus amores con el feliz mortal Arés (3)..

Praxiteles fué el primer artista que se atrevió a

Poliandria.

Amores morganáticos.

(1) Lactancio, Div. Instit., I, 18 (Ed. Lugduni Apud Grupium, 1543, pág. 56).

(2) Museo del Prado, núm. 422; Madrazo, Catálogo, págs. 78, 79.

(3) Pausanias, Descriptio Graetiae, I, 8. 4; II, 25, 1 (Ed. Didot, Paris, 1845). Sobre Arés, Vid Decharme, cap. IX, págs. 177-186.

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