Las luchas de nuestros días

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El Progreso Tipográfico, 1890 - 441 pages
 

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Page 192 - España tendemos a reconstituir las antiguas provincias o regiones. Tendencia racional y lógica, puesto que unas venían determinadas por la naturaleza, otras por la lengua y las leyes, todas por las costumbres y la historia, cuando las modernas no son más que divisiones arbitrarias concebidas por el unitarismo contra el espíritu autonomista de las regiones.
Page 78 - Et alias oves habeo, quae non sunt ex hoc ovili : et illas oportet me adducere, et vocem meam audient, et fiet unum ovile, et unus Pastor.
Page 188 - Del hombre ve salir por espontáneo y natural desarrollo (es decir, por pactos) la familia, el pueblo, la provincia, la nación, los grupos de naciones, y como no acierta a comprender que las colectividades no...
Page 188 - ... origen. De la nación entiende que emanan los poderes nacionales; pero sólo de la provincia los provinciales y del municipio los municipales. Niega al Estado aun el derecho de intervenir en el régimen interior de las provincias y los pueblos.
Page 152 - Mi razón, y sólo mi razón, es un testimonio irrecusable [Reacc., 247]. Pongo en la razón individual todo principio de ciencia y de certidumbre y la raíz de toda moral y de todo derecho: la supongo completamente autónoma.
Page 408 - Porque todo ha de pasar Por tal manera. Nuestras vidas son los ríos Que van á dar en la mar, Que es el morir : Allí van los señoríos Derechos á se acabar Y consumir.
Page 393 - Dios, Sancho -dijo don Quijote-, que todo se hará bien, y quizá mejor de lo que vos pensáis; que no se mueve la hoja en el árbol sin la voluntad de Dios.
Page 153 - Autoridad contra los acuerdos y las manifestaciones de mi razón y de mi conciencia, empiezo por decir a usted que no la reconozco en nadie. Si no hay razón superior a la mía, ¿en quién habré de reconocerla? Todo el que se arroga la facultad de imponerme la suya, es para mí un tirano. Tampoco admito autoridad en nadie para regir mi vida puramente individual, limitando por ejemplo el uso de mis facultades o el de mis fuerzas.
Page 154 - La vida individual tiene un regulador en nuestra propia razón y en nuestra propia conciencia; la vida social no puede menos de tener el suyo. De aquí la autoridad que tanto a usted preocupa. Y bien; esa autoridad, ese regulador social, ¿en qué puede tampoco estar sino en la razón y la conciencia de los asociados?
Page 361 - Conozco, don Rodrigo, las ideas de los individualistas y los anarquistas. Me apresuro a decirle que no me arredran... Adelantándose a su tiempo, quieren ya hoy cambiar las fuentes del poder público. ¿Hay motivo para alarmarse? Ni están agotados los sistemas... ni es nuevo el que los anarquistas proponen...».39 Sobre base tan radical, el sistema ha de ser muy sencillo.

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