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los gigantes (6 de los impios) la reducirás á ruina... Porque he aquí que el Señor saldrá de su lugar, para visitar la maldad del morador de la tierra contra él; y descubrirá la tierra su sangre, y no cubrirá de aquí adelante á sus muertos*.

137. Fuera de estos interfectos de Dios, que él mismo llama suyos, que murieron muerte violenta, por el testimonio de Jesus, y por la palabra de Dios, habrá sin duda otros muchísimos de insigne santidad y bondad, que serán juzgados dignos de aquel siglo, y de la resurreccion de los muertos†. ¿ Cuales serán estos? Serán estos mismos, y no otros, hombres de insigne santidad y bondad. Serán todos aquellos que han obrado justicia, y la enseñan con sus palabras y con sus obras: mas quien hiciere У enseñare, este será llamado grande en el reino de los cielos+: y en Daniél se lee: y los que enseñan á muchos para la justicia (brillarán) como estrellas por toda la eternidad§. De unos y otros habla el Apostol cuando dice: las primicias Cristo; despues los que son de Cristo. Esta espresion: los que son de Cristo, para que ninguno le dé una estension latísima é indefinida, como si hablase con todos los que entraren á la vida, la esplica el mismo Apostol en otra parte por estas formales palabras: y los que son de

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Interfecti mei resurgent: expergiscimini, et laudate, qui habitatis in pulvere: quia ros lucis ros tuus, et terram gigantum [sive impiorum] detrahes in ruinam... Ecce enim Dominus egredietur de loco suo, ut visitet iniquitatem habitatoris terræ contra eum : et revelabit terra sanguinem suum, et non operiet ultrà interfectos suos- Isai. xxvi, 19 et 21.

↑ Qui digni habebuntur sæculo illo, et resurrectione ex mortuis. -Luc. xx, 35.

Qui autem fecerit, et docuerit, hic magnus vocabitur in regno cœlorum. Mat. v, 19.

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§ Et qui ad justitiam erudiunt multos [fulgebunt], quasi stellæ in perpetuas æternitates. —Dan. xii, 3.

Primitiæ Christus: deinde ii, qui sunt Christi.-1 ad Cor. xv,

Cristo, crucificáron su propia carne con sus vicios y concupiscencias*. Y pensais, amigo, que todos los Cristianos que han entrado hasta aora á la vida, ó podrán entrar en adelante, son ó serán de Cristo de esta manera? ¿Os faltarán ojos ó discrecion para juzgar, entre ganado y ganado... entre el ganado grueso y el flaco†? ¿ No veis la diferrencia casi infinita entre unos y otros?

138. De estos últimos, que crucificáron su propia carne con sus vicios, y concupiscencias, y de los interfectos que padecieron muerte violenta, por el testimonio de Jesus, y por la palabra de Dios, habla el mismo Señor en el sermon del monte en la primera y octava bienaventuranza. Bienaventurados los pobres de espíritu; porque de ellos es el reino de los cielos... Bienaventurados los que padecen persecucion por la justicia; porque de ellos es el reino de los cielost. Los primeros son evidentemente los humildes de corazon, los cuales, crucificados con el mundo, y el mundo con ellos §, viven una vida inocente y pura: observan puntualísimamente los preceptos de Dios: en nada se conforman con las máximas del mundo; antes reprueban y contradicen con sus obras todo cuanto el mundo ama y abraza, deseando conformarse enteramente con la imágen viva del mismo Dios, que es su único Hijo Jesucristo, á quien aman inténsamente, y por quien suspiran noche y dia. Los segundos son propiamente los que llamámos mártires 6 testigos; sea este martirio ó testimonio de Cristo y de la justicia, con efusion efectiva de sangre ó pérdida efectiva de su vida, ó no lo sea. Esta circunstancia parece puramente accidental, y tal la ha consi

* Qui autem sunt Christi, carnem suam crucifixerunt cum vitiis, et concupiscentiis. - Ad Gal. v, 24.

+ Inter pecus et pecus... inter pecus pingue et macilentum. Ezech. xxxiv, 22 et 20.

Beati pauperes spiritu: quoniam ipsorum est regnum cœlorum... Beati, qui persecutionem patiuntur propter justitiam : quoniam ipsorum est regnum cœlorum. Mat. v, 3 et 10.

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§ Ad Gal. vi, 14.

derado siempre la Iglesia con suma razon; pues el derramar efectivamente la sangre, ó morir efectivamente por Cristo ó por la justicia, no está ciertamente en manos del mártir, sino en manos del tiráno: y el honor del martirio se debe buscar, no tanto en la mala voluntad del perseguidor, cuanto en la buena voluntad del perseguido, que á todo se ofrece por amor de la justicia.

139. De estas dos clases de santos, dice el Señor, no simplemente que entrarán en la vida ó en el reino de los cielos, sino que el reino de los cielos será suyo. ¿ Qué significa esta espresion tan singular? ¡O Cristófilo amigo! ¿no veis aquí la diferencia? No veis aquí clarísimamente la activa y pasiva? ¿Será lo mismo entrar yo en un reino y establecerme en él, que ser mio este reino donde entro, y donde se me permite establecerme por pura misericordia? ¿No veis aquí al Rey supremo con su córte, con su curia, con sus conjueces, con sus cooreinantes, que tienen parte en el señorío, en la dominacion, en el gobierno, en el imperio y potestad, &c.; y á los que deben obedecer á este imperio, y ser mandados y gobernados? ¿Queréis que no haya gerarquía en el reino de Cristo? Queréis que no haya un órden legítimo, estable y permanente, de la suprema cabeza (que es Cristo Jesus) á sus conjueces y cooreinantes de estos á otros inferiores: y de estos á los ínfimos de su reino, que serán ciertamente los mas? No admiten aora todos los teólogos esta gerarquía ó este órden, aun entre los ángeles bienaventurados, que siempre ven la cara de mi Padre*?

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140. Por aquí podémos llegar á conocer (entrando al menos en veementísimas sospechas) si es ó no verdadera, posible ó tolerable aquella idea vulgar de que en el cielo ó en el reino de Dios todos serán reyes. Todos serán reyes? Luego ninguno lo será ni podrá ser. ¿Todos serán reyes? Luego todos querrán mandar y ninguno obedecer: luego todos serán superiores y ninguno inferior: luego en el reino de los cielos no podrá haber órden alSemper vident faciem Patris Mat. xviii, 10.

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guno, sino un horror sempiterno*: no podrá haber conformidad, ni paz, sino guerra y discordia. Direis, amigo, que la idea vulgar de que en el reino de Dios, ó en el cielo empireo todos serán reyes, no se debe entender en un sentido tan estrecho y rigoroso, que escluya todo órden y gerarquía; sino en un sentido latísimo, en cuanto todos los que entraren en este reino, sean los que fueren, serán enteramente felices, tomando como prestada esta idea de felicidad, del honor y gloria de que gozan, ó han gozado en otro tiempo los reyes ó soberanos de la tierra. Mas aun con esta limitacion (no despreciable) la idea general parece puramente vulgar, parece poco justa, poco fundada, visiblemente falsa, y tambien infinitamente perjudicial. Digo perjudicial, porque favorece casi insensiblemente todas nuestras pasiones, y por tanto solo parece buena para formar Cristianos de nombre: esto es, sensuales, vanos, mundanos, inútiles y algo mas (y mucho mas que algo, segun nos lo muestra la esperiencia cotidiana). Para formar, digo, Cristianos que no aspirando á otra cosa que entrar en el cielo (sea esto como fuere) pasan toda su vida sirviendo al mundo y á sus pasiones, y no obstante esperan entrar en la vida por tal cual práctica esterna y debilísima, con peligro cierto ó casi cierto de perderlo todo. Esto no enseñó Cristo.

141. No se niega por esto, ni puede negarse, porque es ciertísimo y de fe divina, que todos los fieles Cristianos que observaren los preceptos de Dios, ó á lo menos hicieren verdadera penitencia de sus pecados, aunque esto sea á la hora de la muerte, entrarán, alguna vez, al reino de Dios. Mas se puede muy bien negar, que los que de esta suerte apenas entraron en la vida ó en el reino de Dios, sean ó puedan ser en este reino reyes ó cooreinantes con Cristo: se puede y debe negar, que será suyo el reino de Dios; se puede y se debe negar que puedan tener estos parte alguna en la primera resurrecion, y por consiguiente en la santa y celestial Jerusalén, que descendió del cielo de

* Sed sempiternus horror.-Job. x, 22.

mi Dios. Esta santa ciudad se debe componer únicamente de santos de insigne santidad: que son de Cristo... que durmieron por él... que... crucificáron su propia carne con sus vicios y concupiscencias*: que padecieron persecucion por la justicia, y resistieron constantemente hasta derramar la sangre, si no en efecto, á lo menos en afecto: De los cuales el mundo no era dignot. No debe componerse de personas tibias y frias, que apenas entraron en la vida por misericordia, sin llevar de aquí otra cosa que un poco de fe casi enteramente sin obras.

142. Pues estos Cristianos de que hablámos ¿qué suerte correrán en aquel dia? Si no tendrán parte con los grandes santos en la primera resurreccion, ¿qué será de ellos? Se responde: que quedarán entónces camo están aora los que se han salvado de esta clase ínfima ó inferior. ¿Cómo están aora? Están sus almas con Cristo y donde está Cristo: descansan en el seno de Dios: gozan de su vista (mas ó menos) conforme à la capacidad de cada uno, &c. Pues esto mismo tendrán en el siglo futuro de que vamos hablando; con sola la diferencia de mudar de sitio ó de ubicacion, como se esplican los escolásticos: esto es, de venir con Cristo á nuestra tierra: Los otros muertos no entraron en vida (dice S. Juan), hasta que se cumplieron los mil años ‡. Vendrán estas almas bienaventuradas con Cristo á nuestra tierra; mas no resucitarán hasta la resurreccion general de toda carne. ¿Porqué? Porque no seran de aquellos que digni habebuntur sæculo illo, et resurrectione ex mortuis. ¿Y esto porque? Porque habiendo sido Cristianos, no fueron de aquellos, qui carnem suam crucifixerunt cum vitiis et concupicentiis; no fueron de aquellos pobres de espiritu, y humildes de corazon, que practica

Qui sunt Christi... qui dormierunt per Jesum... qui... carnem suam crucifixerunt cum vitiis et concupiscentiis.-1 ad Cor. xv, 23; et 1 ad Thes. iv, 13; et ad Galat. v, 24.

+ Quibus dignus non erat mundus. - Ad. Hebr. xi, 58.

Cæteri mortuorum non vixerunt, donec consummentur mille anni.- Apoc. xx,

5.

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