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tierra, &c.*, dice: "Esta palabras son oscurísimas, no solo miradas en sí, sino tambien en su contesto, que suele aclarar la inteligencia. Ni el testo ni el contesto dan aquí luz para entender el misterio: todo es sombras y oscu ridad." ¿ Es esto tener en la cabeza que son claras clarísimas todas las Escrituras? Oidos los sentimientos legítimos y no espurios del autor en su obra, tan contradictorios á los del compendio, ¿como acordarlos en su concordancia? Por lo que hemos visto y vamos viendo, creo que mejor le vendria el título de discordancia; pero como cada padre es árbitro para dar á sus partos el nombre que mas le agrada, es tambien V. dueño de llamar el suyo concordancia. Haga V. lo que quiera: pero si nuestro padre Adan, que llamaba á cada cosa por su nombre, hubiera de dar el suyo á la concordancia de V. yo creo que la llamaría miscelánea; porque si hai unas cosas que concuerdan, hai muchas otras que discuerdan.

64. "Mas de lo que acabamos de oir al autor (dice V.), se conocen sus sentimientos, nada diferentes de lo que en la copia dice." ¿Y qué sentimientos son estos, que contradigan á lo que tan claramente dice y acabamos de oir? V. cree hallarlos en tres lugares de la obra que cita en su concordancia. El primero es (part. i, cap. i, parr. v.) El autor supuesta la oscuridad de las Escrituras, principalmente en los vaticinios, averiguando la causa dice, que proviene por una de dos, "ó porque todavia no ha llegado, el tiempo de entenderlas... y si no ha llegado, ¿como entender lo que Dios con infinita sabiduría tiene revelado sí, pero con tan oscuras metáforas que no bastan ni el ingenio, ni el estudio, ni la santidad de la vida para descifrarlos?" (note V. estas palabras; y dígame si con ellas no confirma mas y mas lo que ha dicho, y destruye lo que V. ha dicho en su impugnacion)" sino que es menester el espíritu de inteligencia, el que Dios dará segun su divino beneplácito, cuando, y á quien quiera. O porque pre

* Emitte Agnum Domine dominatorem terræ, &c.

venidos de nuestras ideas y sistema, lo que no es conforme á él, no nos acomodamos á entenderlo. Cuanto mas claro nos parezca nuestro sistema, tanto mas oscuro se nos hará el misterio que se le opone. El ingenio humano se esforzará á conciliar estos dos contrarios; pero en vano: buscará concordar las Escrituras con sus preocupaciones dando violentas interpretaciones; pero como la palabra de Dios es inmutable, su dureza le hará mas dura la inteligencia." El segundo lugar es la part. ii, fenóm. viii, parr. v. Hablando del libro verdaderamente oscuro del Apocalipsis, dice: "Que siempre 6 casi siempre alude á otras Escrituras, de manera que se puede llamar un compendio de todas... si no se advierte á esto ; qué mucho parezca tan dificil y oscuro este libro divino? ¿Qué mucho no se entienda, si los lugares á que frecuentemente se remite de Moises, de David, y de otros profetas no se quieren recibir sino en cuanto nos son favorables, y haciéndolos hablar á nuestro gusto? Si no damos oidos á los nuncios tristes: si cerramos los ojos á todo lo que no lisonjea nuestras ideas; como no ha de ser para nosotros, así el Apocalipsis como las otras Escrituras á que alude, un libro cerrado á nuestra inteligencia, con tantos sellos como preocupaciones tenemos?" El tercero y último lugar es de la part. iii, cap. v, parr. iv, en donde exortando el autor á su amigo á que lea las Escrituras, le dice: "No dejeis de hacerlo por vos mismo, al veros desproveido de un gran talento, ó falto de un buen caudal de erudicion, ó sin la cultura de las lenguas orientales. Todo esto será mui útil, pero no es necesario. Lo que mas importa es entrar con un ánimo sincero de buscar la verdad, y hallada que sea, abrazarla docilmente, dulce ó amarga que se halle." Aora pregunto, ¿de cuando acá el suponer una cosa es destruirla? El autor en todos estos lugares supone la oscuridad de las Escrituras: y supuesta esta verdad, pasa á averiguar las causas de ella, y dice que á mas de la oscuridad que tiene la Escritura en sí misma, nosotros con nuestras prevenciones y juicios anticipados nos la hacemos

mas oscura, queriendo entenderla, no como habla, sino como quisiéramos que hablára, conforme al sistema que nos hemos formado. En todo esto ¿qué halla V. que sea contrario á lo que el autor ha dicho, ó qué no sea conforme á toda recta razon? Quien ignora alguna cosa, tiene una dificultad que vencer en aprenderla; pero quien está prevenido de un juicio contrario, tiene dos dificultades que vencer: una de la misma cosa: otra de su juicio. Y dijo muy bien Quintiliano, que mas dificil es desaprender lo que sabemos mal, que aprender lo que no sabemos *. Esto, que en las artes mecánicas nos muestra la esperiencia diaria, dice con mucha razon nuestro autor, sucede tambien en el estudio de los libros santos. Debemos entrar á leerlos con docilidad de niños y sin prevenciones, á fin de aprender las lecciones que el Espíritu Santo nos enseña en ellos: no para buscar apoyo á las ideas de que estamos prevenidos: porque si nuestras ideas no son conformes á las divinas, sucederá añadir dificultades á dificultades; y que las Escrituras, que por sí mismas son difíciles, se nos hagan mas difíciles por nuestras prevenciones.

65. Es pues falso falsísimo que nuestro autor haya dicho, que son claras clarísimas las Escrituras. Y echando á tierra este fundamento, sobre que V. levanta sus baterías contra el autor, es claro clarísimo que todos sus tiros son tiros al aire, y que no le tocan al pelo. V. sobre este falso supuesto, le va deduciendo en su impugnacion al autor, desde el número 26 hasta el 37, unas consecuencias peores que otras: y sacándole que es un puro neto Luterano, que no tiene otra regla en la inteligencia de las Escrituras que la de su juicio privado: que concede son claras clarísimas, para negar la necesidad de un tribunal supremo en la Iglesia, y un juez infalible que defina el verdadero y legítimo sentido de ellas que... Mas á qué propósito dis ¿ parar estas consecuencias contra el autor, cuando como aca bamos de ver en su obra, confiesa y declara en tantas ma

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* Dedecendi onus plus quam docendi est.

neras y de tan diversos modos, que las Escrituras en muchos · lugares son oscuras, son difíciles, y que no se han entendido ni se entenderán hasta que Dios quiera? Cuando al proponer su sistema, al dar sus inteligencias, al esponer sus razones y fundamentos, lo hace con tal docilidad y rendimiento, que no solo lo sujeta todo al juicio infalible de la Iglesia, sino tambien al juicio prudente de los sábios. Hace y repite esta protesta no una, sino muchas veces en su obra, y aun antes de entrar á ella, en su proemio se esplica con estas formales palabras, que solas bastarían para que V. depusiese todos los temores de Luteranismo y juicio privado: "con ánimo dócil y sincero (dice) lo sugeto todo, primero al juicio y correccion de la Iglesia, a quien toca juzgar del verdadero sentido de las Escrituras. Y despues al juicio y censura de los sábios; aparejado y pronto á seguir sus dictámenes despues de haber oido sus razones." Déme V. una tal sugecion y docilidad en todos, y yo le aseguro á V. que no habrá juicio privado en el mundo. Si contra el compendio son buenas y legítimas sus consecuencias, en esto no entro; pero contra la obra, V. me perdone, ciertamente no lo son; y hablando de ella lo dicho dicho: 6 borrar de principio a fin todo lo que en este punto ha escrito en su impugnacion contra ella: ó si lo deja correr, que sea con la postdata de la carta: que todo lo dicho no se entienda, ni valga nada contra la obra. Vengámos ya finalmente al tercer punto general de su impugnacion.

Sobre el sistema del autor considerado en general.

66. Este punto de su impugnacion lo podiamos llamar misto, como llama el autor misto el sentido que se compone de otros varios: porque este punto se compone, parte de lo que tiene la obra, y parte de lo que no tiene: tiene de la obra lo que es el sistema. y no tiene de la obra lo que V. le añade de la novedad. Veamoslo por partes. Dice V. (número 38 de su impugnacion, y esto es lo que yo digo que no tiene la obra) " que al presentarle su amigo el opúsculo del autor le dijo, hallaría en él una idea

nueva y original; y que V. efectivamente se figuró encontrar uno de aquellos genios inventores de algun pensamiento inaudito, y que el autor fuese un nuevo Getsnero, un Micheli, un Swinshed, un Arduino, ó un otro de tantos. hombres raros y admirables aun en sus mismos delirios: pero que examinado el opúsculo halló luego que no era un inventor, sino un plagiario, una corneja, un regatero que presenta como invencion suya y nueva un sistema condenado; sin citar los autores de donde lo tomó : ya por no perder los aplausos de inventor, ya por no avergonzarse de haber aprendido lecciones de tan desacreditados y anatematizados maestros." Hasta aquí V. en sustancia y con poca variacion de términos, dejándole solo no pocas flores que no se cansa de arrojar á manos llenas sobre el autor. Pero mi Sr., dígame en caridad, ¡ de donde ha sacado V. y su amigo, que el autor presente su sistema como una invencion suya y nueva? ¿ Del opúsculo? ciertamente no lo dice, ó muestreme en donde. ¿ De la obra? menos: que antes dice todo lo contrario. Si a mí no me cree, oiga V. sus formales palabras (part. i, cap. iv.): "El sistema que aora os presento con visos de nuevo (con visos, no con realidades de nuevo) si bien lo mirais es mas antiguo que el comun y ordinario: pues cuando este, al fin del siglo cuarto ó principios del quinto comenzó á divulgarse, ya el otro contaba trescientos años de antigüedad." Si pues ni en la obra, ni en el compendio lo halló, pregunto otra vez, de donde lo ha sacado? ¿No veV. que da motivo á que digan, que no la del autor sino la de V. es una verdadera invencion, y algun temerario que no conozca á V. como yo, es capaz de decir, que se lo ha inventado para abrirse campo, y hacer pompa y alarde de ser hombre leido y erudito? Estoi yo mui lejos de creer semejantes puerilidades del juicio, madurez y talentos bien conocidos de V.: pero en todo caso no dé motivo á que quien no lo conoce se lo crea.

67. Añade V.: "que nuestro autor no cita los autores de donde tomó su sistema, ya por no perder los aplausos de inventor (estos ya hemos visto que nunca ha pensado ni

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