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como en todas las Escrituras no hay otro lugar de donde consten espresamente las promesas de nuevos cielos y nueva tierra, que este cap. lxv de Isaías, parece claro que á este lugar nos remite S. Pedro y tambien S. Juan; y parece del mismo modo claro, que para entender bien el testo conciso de S. Pedro, y tambien el de S. Juan, deberémos estudiar primero el testo de Isaías, donde se hallan como en su propia fuente, las promesas de Dios, de que aora hablámos. Estas hablan manifiesta y evidentemente con la Jerusalén futura, y con las reliquias preciosas de los Judios, como es facil ver y comprender al punto, así por todo lo que precede en este mismo cap. lxv, como por todo cuanto se dice en los 16 capítulos antecedentes. Entrémos, pues, al exámen atento é imparcial de este instrumento fundamental de las promesas de Dios.

TESTO DE ISAIAS, CAP. LXV.

44. Porque he aquí que yo crio nuevos cielos y nueva tierra; y las cosas primeras no serán en memoria, y no subirán sobre el corazon. Mas os gozaréis, y os regocijaréis por siempre (ó hasta el siglo de siglos, como leen Pagnini, y Vatablo) en aquellas cosas, que yo crio: porque ved aquí que yo crio á Jerusalén por regocijo, y á su pueblo por gozo. Y me regocijaré en Jerusalén, y me gozaré en mi pueblo; y no se oirá mas en él voz de lloro, ni voz de lamento. No habrá all mas niño de dias, ni anciano que no cumpla sus dias: porque el chico de cien años morirá, y el pecador de cien años maldito será. (O como lee mas claramente Pagnini conforme á los LXX, el niño de dias ó inmaturo, no saldrá en adelante de allí al sepulcro, y el viejo que no haya llenado su tiempo, porque será joven el de cien años, &c.) Y labrarán casas, y las habitarán; y plantarán viñas, y comerán sus frutos. No edificarán, y otro habitará: no plantarán, y otro comerá: porque segun los dias del árbol, serán los dias de mi pueblo, y las obras de las manos de ellos envejeceran : Mis escojidos no trabajarán en vano, ni engendrarán

hijos para turbacion (ó, segun los LXX, ni engendrarán hijos de maldicion): porque serán estirpe de benditos del Señor, y sus nietos con ellos. Y acaecerá que antes que clamen, yo los escucharé: cuando aun estén hablando, yo los oiré. El lobo y el cordero pacerán juntos, el leon y el buey comerán paja; y el polvo será el pan de la serpiente: no dañarán, ni matarán en todo mi santo monte, dice el Señor*.

45. Veis aquí la grande y célebre profecía que cita evidentemente S. Pedro, cuando dice: esperamos segun sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los que mora la justicia†: y veis aquí tambien una de aquellas profecías que han puesto en sumo cuidado, y como en una verdadera tortura los mayores ingenios. Estos en su sistema han imaginado dos modos de esplicarla, ó dirémos mejor, de eludirla: las cuales esplicaciones, aunque diver

Ecce enim ego creo cœlos novos, et terram novam et non erunt in memoria priora, et non ascendent super cor. Sed gaudebitis et exultabitis usque in sempiternum [sive in sæculum sæculi] in his, quæ ego creo: quia ecce ego creo Jerusalem exultationem, et populum ejus gaudium. Et exultabo in Jerusalem, et gaudebo in populo meo: et non audietur in eo ultrà vox fletûs, et vox clamoris. Non erit ibi ampliùs infans dierum, et senex qui non impleat dies suos: quoniam puer centum annorum morietur, et peccator centum annorum maledictus erit. [Non egredietur indè ultrà ad sepulchrum infans dierum, sive immaturas, et senex, qui non impleverit tempus suum, erit enim adolecens centum annorum, &c.] Et ædificabunt domos, et habitabunt: et plantabunt vineas, et comedent fructus earum. Non ædificabunt, et alius habitabit : non plantabunt, et alius comedet: secundùm enim dies ligni, erunt dies populi mei, et opera manuum eorum inveterabunt: Electi mei non laborabunt frustrà, neque generabunt in coturbatione [neque filios generabunt in maledictione]: quia semen benedictorum Domini est, et nepotes eorum cum eis. Eritque antequam clament, ego exaudiam: adhuc illis loquentibus, ego audiam. Lupus et agnus pascentur simul, leo et hos comedent paleas et serpenti pulvis panis ejus non nocebunt, neque occîdent in omni monte sancto meo, dicit Dominus.—Isai. lxv, à 17 usque ad 25.

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+ Novos veró cœlos, et novam terram, secundùm promissa ipsius expectamus, in quibus justitia habitat.-2 Pet. iii, 13.

sísimas, convienen en el solo punto interesante de negar á esta profecía, así como á tantas otras, su propio y natural sentido, que entienden al punto los que saben leer.

46. La primera esplicacion, ó el primer modo de eludirla, dice confusamente (sin descender á las cosas particulares, espresas en la misma profecía, ni aun siquiera mirarlas) que estos nuevos cielos y nueva tierra de que habla Isaías, y despues S. Pedro, y S. Juan, son para despues de la resurreccion universal: que entonces se renovarán todas las cosas: que entonces, respecto de los bienaventurados, las cosas primeras no serán en memoria, y no subirán sobre el corazon: que entonces no se oirá mas en él voz de lloro, ni voz de lamento: que entonces... Todo esto está bien: todo es tan verdadero, como inútil por aora y fuera de propósito. Y tantas otras cosas particulares que anuncia espresamente esta profecía admirable, ¿qué sentido pueden tener? Parece que ninguno; pues todas se disimulan, y todas se omiten. No cito autores de esta opinion, porque siendo algunos de ellos grandes y respetables por su santidad y antiguedad, no se diga ó no se piense que les falto al respeto.

47. La segunda esplicacion comunísima, aun entre los intérpretes mas literales, ó que tienen este nombre, no pudiendo acomodar la profecía entera con todo su contesto á la bienaventuranza eterna de los santos, despues de la resurreccion universal (pues se habla en ella de generacion y corrupcion, de muerte ó de pecado, de jóvenes y viejos; de edificios, de viñas, de árboles, de leones, de bueyes, de serpientes, &c.); se acojen finalmente como al último refugio, capaz de salvar el sistema, á la pura alegoría. Mas es cosa verdaderamente admirable, ver el modo embarazoso, confuso y oscurísimo con que se esplican, ó con con que no se esplican unos hombres tan grandes. El sistema tiene sin duda toda la culpa. He aquí que yo (dice Dios) crio nuevos cielos, y nueva tierra*.

* Ecce enim ego creo cœlos novos, et terram novam.—Isai. lxv,

48. Esto es (dice la esplicacion), crio un nuevo mundo metafórico, conviene á saber, la Iglesia de Cristo, que es mucho mas amplia, mas adornada, y mas augusta que la sinagoga, y es como un nuevo mundo*. ¡Qué verdad ! Mas qué verdad tan fuera de tiempo y lugar, y tan agena de esta profecía!

49. Porque ved aquí que yo (dice Dios) crio á Jerusalén por regocijo, y á su pueblo por gozo†.

50. Esto es (dice la esplicacion) crio á la Iglesia de Cristo que se alegra y se goza en el Espíritu Santo ‡.

51. No se oirá mas en él voz de lloro, ni voz de lamento. (Dice Dios.) No habrá allí mas niño de dias, ni anciano que no cumpla sus dias: porque el chico de cien años morirá, y el pecador de cien años maldito será§.

52. Esto es (dice la esplicacion), en mi Iglesia todos llenarán sus dias viviendo bien, y desempeñando rectamente los oficios y cargos de su edad; pero el que fuere en ella pecador, aun cuando tenga cien años, en nada se estimará; sino que será reprobado y maldito delante de todos ¶. ¡Qué idea tan contraria á las que nos dan nuestras historias, y tambien nuestros ojos y nuestros oídos!

53. Segun los dias del árbol (dice Dios), serán los dias de mi pueblo, y las obras de las manos de ellos en

* Id est, creo novum mundum metaforicum, nempè Ecclesiam Christi, quæ multo amplior, ornatior, augustior est Sinagoga, et est quasi novus mundus.

+ Quia ecce ego creo Jerusalem exultationem, et populum ejus gaudium.-Isai. lxv, 18.

Id est, creo Ecclesiam Christi exultantem, et gaudentem in Spiritu Sancto.

§ Non audietur in eo ultrà vox fletûs, et vox clamoris. Non erit ibi ampliùs infans dierum, et senex qui non impleat dies suos: quoniam puer centum annorum morietur, et peccator centum annorum maledictus erit, &c.-Isai. lxv, 19 et 20.

¶ Id est, in Ecclesia mea omnes implebunt dies suos bene vivendo, et suæ ætatis officia ac munia rectè obeundo: qui autem in ea fuerit peccator, etiam si centum sit annorum, nihili æstimabitur; sed reprobatus apud omnés, et maledictus erit.

vejecerán: Mis escogidos no trabajarán en vano, ni engen. drarán hijos para turbacion (ó no engendrarán hijos en maldicion): Porque serán estirpe de benditos del Señor, y sus nietos con ellos*.

54. El sentido es (dice la esplicacion), que mis fieles serán de larga vida, alegres, y bien sanos, lo mismo que si estuviesen en el estado primitivo de la inocencia, y comiesen los frutos del árbol de la vida+.

55. Como la sustancia de esta esplicacion es la misma con diversas palabras en los autores de ella, yo he elegido dos de los mas doctos y mas litérales, de quienes he copiado algunas palabras, para que por ellas se haga concepto de toda la esplicacion. Quien quisiere asegurarse mas, lo puede facilmente ver por sus propios ojos.

56. Aora, se pregunta: las cosas que aquí se tiran á acomodar á la Iglesia presente, bajo el nombre de Jerusalén, le competen á ella en realidad?

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Estas cosas, haNo son todas visi

blando de la iglesia, son verdaderas? blemente falsas? ¿Una profecía en que habla el Espíritu de Dios, puede anunciar á la Iglesia presente, bajo el nombre de Jerusalén, cosas que no ha habido jamás en ella, ni las puede haber en la presente providencia: por ejemplo: que no se oirá en ella el llanto ni clamor: que no habrá joven ni viejo que no llene sus dias, viviendo bien, y desempeñando rectamente los oficios y cargos de su edad que todos sus fieles hijos vivirán muchos años, sanos y alegres, como si comiesen del árbol de la vida: que el que edificare una casa vivirá en ella; el que plantare una viña ó un árbol gozará pacíficamente de sus frutos, sin temor de enemigos, &c.? Anuncios diametral

Secundùm enim dies ligni, erunt dies populi mei, et opera manuum eorum inveterabunt: Electi mei non laborabunt frustrà, neque generabunt in conturbatione [seu non generabunt filios in maledictione]: quia semen benedictorum Domini est, et nepotes eorum cum eis, &c.-Isai. lxv, 22 et 23.

+ Sensus est, fideles mei longævi, alacres, et benè sani erunt, perinde ac si essent in primævo inocentiæ statu, et vescerentur fructus arboris vitæ.

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