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venir por sí mismo y en persona á dar muerte al Anticristo, ¿querrémos nosotros oponernos é impedirle el viaje, porque no se canse? Dejémos obrar á Dios, y sin meternos en el gabinete de sus consejos humillémos nuestra mente, adorémos sus juicios, y creamos sus palabras como están escritas.

82. A la otra pregunta de V. "Y aunque venga Cristo al fin del mundo, ; no podrá del mismo modo quitar del medio al Anticristo?" Yo le respondo como respondió un niño á su párroco: éste habiéndole enseñado como Díos por su inmensidad estaba en toda parte y lugar, le preguntó por pillarlo, si estaba en el traspatio inmundo de su casa? El niño le respondió francamente que no. Replicándole el párroco que tambien estaba allí; pero como el sol con sus rayos sin ensuciarse, el niño sin perderse le repitió, que no estaba, porque no habia traspatio en su casa. Del mismo modo respondo yo á la pregunta de V. No podrá Cristo al fin del mundo matar al Anticristo, porque en el fin del mundo no habrá Anticristo. ¿No ve V. que darle vida al fin del mundo para que lo maten es suponer lo mismo que debia probar? Si solo al fin del mundo diera Cristo muerte al Anticristo, no hubiera tiempo para que se cumpliesen las muchas y grandes cosas que, segun están profetizadas, deben cumplirse despues de la venida del Señor, y antes del fin del mundo. La primera de ellas será la conversion de los Judíos, tantas veces y de tantas maneras anunciada en las Escrituras. La segunda, su repatriacion á la tierra prometida á sus padres, congregándolos de todas las cuatro partes del mundo, en donde estaban dispersos, con mayores prodigios que los que obró Dios cuando los sacó de Egipto. La tercera, el descubrimiento del arca del testamento, del tabernáculo, y del altar de los Timiamas que Jeremias depositó, por mandato de Dios, en una cueva del monte Nebo, donde Moisés despues de haber visto la tierra prometida, cerró los ojos para no abrirlos mas. La cuarta, la nueva division que se hará de la tierra prometida entre las doce tribus,

mui distinta de la que se hizo en tiempo de Josué, y menudamente demarcada en el capítulo último de Ezequiel: La quinta, últimamente, la espedicion de Gog contra los hijos de Israel, ya establecidos en la tierra de sus padres, y defendidos de Dios con pérdida de aquella inmensa mul⚫titud, como se describe en los capítulos xxxviii y xxxix del mismo Ezequiel. Todas estas cosas piden tiempo, y no poco, y todas sucederán antes del fin del mundo, y despues de la venida de Cristo, y muerte del Anticristo.

83. Apunta el compendio los dos primeros sucesos de la conversion de Israél, y su vuelta á la tierra prometida: y V. luego lo ataja en el número 51 diciéndole, " que cita los capítulos xxx y xxxi de Jeremías: xx, xxiii, xxxiv y xxxvi de Ezequiel, en los cuales es verdad que se habla de la vuelta de los Israélitas á la tierra prometida á sus padres; mas no se dice que esta deba suceder en el tiempo intermedio que correrá desde la muerte del Anticristo hasta el fin del mundo, que es lo que necesitaba probar... El autor no repara en esto." Y yo le digo á V. que si el compendio no repara en eso y no lo prueba, el autor no lo pasa por alto; antes sí lo prueba, y bien. Con lo que verá V. si tuve razon en decirle, que lo que es impugnacion del compendio, no lo es, ni puede serlo de la obra. Antes de darle la prueba quisiera me sacase V. de una curiosidad, y es: ¿por qué hablando el compendio de los dos sucesos, de la conversion de Israél y de su vuelta á la tierra prometida, solo del segundo le dice, que no prueba como debia probar, qué sucederá en el tiempo intermedio entre la muerte del Anticristo y fin del mundo? ¿Es acaso porque el primero no se pueda dudar qué sucederá en ese intermedio? Yo seguramente así me lo juzgo. Vió V. que la conversion de Israél estaba reservada al profeta Elías, quien arrebatado al cielo sobre un carro de nubes*: se mantiene en vida para ser el apostol, y venir á reparar las pérdidas de la casa de Jacob, como nos lo enseña el Eclesiástico: Que

* Ascendit per turbinem in cœlum. —4 Reg. ii, 11.

estas registrado en los decretos de los tiempos para apla car la ira de Dios; para reconciliar el corazon del padre con el hijo, y restituir las tribus de Jacob*: casi lo mismo repite Malaquías: Y convierte el corazon de los padres á los hijos, y el corazon de los hijos á los padrest. Y mas breve Jesucristo por S. Mateo: Elías vendrá, y restituirá todo. Aora: Elías, dijo V., ha de ser el precursor de la segunda venida del Señor, como el Bautista de la primera; y por eso dijo el mismo Malaquías, que vendrá antes del dia grande y horrible del Señor: He aquí que os enviaré á mi profeta Elias, antes que venga el dia grande y horrible del Señor§. Luego por el tiempo de la venida del Señor, que será tambien el de la muerte del Anticristo ha de ser la conversion de Israél; y por no cometer un anacronismo, dejó este suceso en su lugar, y solo reparó en el segundo de la vuelta de los Israelitas á la tierra prometida, diciendo que aunque en los lugares citados se habla de ella, pero que no se decía qué sucedería en el tiempo intermedio entre la muerte del Anticristo y fin del mundo. .

84. Pero nuestro autor, como le dije, muestra que estos dos sucesos están unidos, y que al primero seguirá inmediatamente el segundo. Las palabras de Jeremías (cap, xxx) con que lo prueba (part. ii, fen. v, art, i, parr. iv) no pueden ser mas claras: He aquí que vienen los dias, dice el Señor, haré que vuelvan los que hayan de volver de mi pueblo de Israél, y de Judá, dice el Señor. (Vea V. aquí el primer suceso de la conversion de Israél y de Judá.) Y los haré volver á la tierra que di á sus padres, y la po

y

Qui scriptus es in judiciis temporum, lenire iracundiam Domini, conciliare cor patris ad filium, et restituere tribus Jacob. Eecles. xlviii, 10.

+ Et convertere cor patrum ad filios, et cor filiorum ad patres.— Malaq, cap. ult. v. 5.

Elias quidem venturus est, et restituet omnia. — Mat. xvii, 11. § Ecce ego mittam vobis Eliam prophetam, antequam veniat dies Domini magnus, et horribilis.

|| Ecce enim dies veniunt, dicit Dominus, et convertam conversionem populi mei Israël, et Juda, ait Dominus. - Jerem. xxx, 3.

seeran*. (Vea aquí el segundo de la vuelta de todos los Israelitas á la tierra prometida.) Y para que vea tambien que todo esto sucederá por el tiempo de la venida del Señor, oiga como el mismo Profeta (cap. xvi, ver. 7) hace mencion de ese dia grande y terrible: ¡Ai! que será grande aquel dia, ni tendrá semejante; tiempo es de tribulacion para Jacob, y se salvará por si mismo†. Este es el primero de los testos arriba citados: no examino łos otros por no detenerme, y porque basta solo este para que quede probado nuestro asunto; mas no puedo dispensarme de seguir á mostrarle, que esta misma será la época de los restantes sucesos..

85. El tercero del descubrimiento del arca, ¿ cuando sucederá? El mismo Jeremías, con ocasion de correjir algu nos curiosos que quisieron observar el lugar del depósito, nos declara el tiempo en que sucederá, y dice: que estará desconocido el lugar, hasta que llegue el tiempo en que Dios convertido á su pueblo se le haga propicio, lo congregue y restituya otra vez á la tierra que les prometió. Entonces, y no antes ni despues, les manifestará la arca del testamento, el tabernáculo y el altar del incienso: Jeremias los reprehendio, y dijo: que será desconocido el lugar; hasta que reuna Dios la congregacion del pueblo, y se le muestre propicio, y entonces mostrará el Señor estas cosast. Ya hemos visto que la conversion de Israél y vuelta á la tierra de sus padres no sucederá sino al tiempo de la segunda venida del Señor, y muerte del Anticristo: luego tambien entónces sucederá el descubrimiento del arca. cuarto suceso de la nueva division de la tierra prometida entre las doce tribus, segun los límites señalados de Eze

Et convertam eos ad terram quam dedi patribus eorum, et possidebunt eam.— Jerem. xxx, 3.

+ Væ quia magna dies illa, nec est similis ejus, tempusque tribulationis est Jacob, et ex ipso salvabitur.

+ Culpans illos dixit: quod ignotus erit locus, donec congreget Deus congregationem populi, et propitius fiat, et tunc Dominus ostendet hæc.-2 Mach, ii, 7.

quiel, es claro que no se hará sino cuando los Israelitas hayan vuelto, y se hallen pacíficos poseedores de la heredad de sus antiguos padres. Dividírsela sin ser dueños de ella, seria un disponer de lo que no era suyo, y hacer lo que hizo el otro en su disposicion testamentária: declaro, que debo cien pesos á mi cura, y por ellos mando que me diga otras tautas misas. El quinto y último suceso de la espedicion de Gog contra los hijos de Israél, sin que lo probemos nosotros, los mismos doctores confiesan que sucederá despues de la muerte del Anticristo. El testo de Ezequiel habla tan claro, que no deja lugar á dudarlo: Despues de muchos dias serás visitado; al fin de los años vendrás á la tierra que se ha salvado de la espada, y se ka recogido de muchos pueblos á los montes de Israél, que estubieron mucho tiempo desiertos: esta ha sido sacada de los pueblos, y morarán todos en ella sin recelo... para poner tu mano sobre aquellos que habian sido abandonados, y despues restablecidos, y sobre el pueblo que ha sido recogido de las gentes, que comenzó á poseer, y ser morador del ombligo de la tierra*. Dice claramente, que la espedicion será en los últimos años, que será en los montes y tierra de Israél, y que será contra un pueblo escogido congregado de las naciones, y entonces habitador y poseedor pacífico del medio de la tierra, cual se considera la Palestina. Todo esto no es decirnos que sucederá en la precisa época de que vamos hablando? Parece innegable.

86. Ni me diga V, que aun concedido que hayan de suceder todas estas cosas en el tiempo intermedio entre la venida de Cristo, muerte del Anticristo, y fin del mundo, no se infiere que Cristo vendrá muchos años y aun siglos antes que se acabe el mundo; no pidiendo estas cosas tanto

In novissimo annorum venies ad terram, quæ reversa est a gladio, et congregata est de populis multis, ad montes Israël, qui, fuerunt deserti jugiter: hæc de populis educta est, et habitabunt in ea confidenter universi... super eos qui diserti fuerant et postea restituti: et super populum qui est congregatus ex gentibus, qui possidere cœpit, et esse habitator umbilici terræ.- Ezech. xxxvii, 8, 12.

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