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el glorioso título de heretical estravagancia de un delirante Milenario? No, que esta era una empresa que estaba reservada para V. De lo dicho tenemos ya á lo menos, que si es heregía no es nueva y original del autor. Averigüemos aora si es heregía.

192. Lo que el Evangelio nos enseña es, que en egecucion de la sentencia que dará el supremo Juez en el último dia de los tiempos: Iran al suplicio eterno, y los justos a la vida eterna*: los malos irán al suplicio eterno, los buenos á la vida eterna. Este es el dogma que cree todo fiel Cristiano. Supuesta esta verdad divina, se pregunta ¿cual será el lugar determinado á donde irán los justos resucitados á gozar de la vida eterna? Responder que el lugar á donde irán será al cielo, esto digo yo que no es responder. Lo que se pregunta es el lugar determinado, y la palabra cielo es de una significacion indeterminada que nada determina : cielo significa todo lo que rodea nuestro orbe, y está fuera de él cielo llamámos la atmósfera que nos circunda; y en esta significacion habla la Escritura cuando dice las aves del cielo, las nubes del cielo, las lluvias del cielo: cielo llamámos tambien el vasto campo donde giran el sol, luna y estrellas; y pudieramos igualmente decir que nuestra tierra está en el cielo, porque ó inmoble ó voluble se mantiene en él como los demás planetas. Y así con decir cielo por decir mucho, no responden nada. No niego que estas palabras: cielo cielo de los cielos: reino de los cielos, son mui frecuentes en los libros santos; pero tambien es menester confesar, que se hallan esplicadas en un sentido mui general, como cuando Salomon dice á Dios: que oira desde el cielo, y lo esplica diciendo: esto es desde tu sublime habitacion, y en otro lugar, desde tu firme habitacion. Y para que sepámos que esta habitacion del Señor no es algun palacio circunscripto 6 un cielo determinado, nos avisa S. Pablo que es la luz inacesible de su mismo ser: El que solo tiene la inmortalidad, y habita una luz inacce

* Ibunt in supplicium æternum: justi autem in vitam æternam. - Mat. xxv, 46.

sible*. Y Jeremías nos enseña, que es el atributo de su inmensidad con el cual llena los cielos y la tierra: ¿ Por ventura no lleno el cielo y la tierra, dice el Señor†? Si pues la palabra cielo, ó en el sentido de las Escrituras, ó en la comun inteligencia de los hombres no significa un lugar determinado, ¿á donde los justos resucitados irán á gozar de la vida eterna? Nuestro autor, cuya es toda la doctrina que hemos dado, responde en los dos capítulos últimos de su obra, que no un lugar determinado, como comunmente se piensa, sino todo el universo mundo será la herencia de los santos y el lugar de su gloria. Y la razon con que lo prueba no puede ser mas clara ni mejor fundada. Cristo Señor nuestro, dice, es el hermano mayor de todos los justos: todos son hijos del mismo Padre: Cristo natural, y los otros adoptivos: si son hijos, dice S. Pablo, son herederos, herederos de Dios, y coherederos con Cristo. Aora, Cristo, dice el mismo apostol, está constituido heredero universal de su Padre, habiéndose hecho por él, y para él todo. Luego tambien los justos que son coherederos con Cristo, serán herederos de todo y gozarán de su misma universal herencia, con la proporcion correspondiente al mérito de cada uno. ¡Ah! si como lo esperámos, nos toca entrar en la herencia que con su pasion y muerte nos ha ganado nuestro hermano mayor Jesus, serémos dueños de todo, lo gozarémos todo, irémos de cielo en cielo, y mirarémos lo fluido de su naturaleza, lo inmenso de su estension, volarémos de astro en astro, y admirarémos lo rico de sus luces, lo arreglado de sus periodos; alabando siempre à Dios en las obras de sus manos, y diciendo con David: veremos los cielos, obras de tus manos, y las lunas, y las estrellas que fundaste; arbitros del universo, 6 nos elevémos al cielo, ó bagemos

Qui solus habet immortalitatem, et lucem inhabitat inacces'sibilem.- 1 ad Timot. vi, 16.

+ Nunquid non cœlum et terram ego impleo dicit Dominus? Jerem. xxiii, 24.

hasta el abismo, ó atravesémos á los estremos del mar, tú, Dios mio, con tu inmensidad en todas partes estarás con nosotros dejándote ver y amar, y formando con tu infinita belleza lo esencial de nuestra gloria. Pero dejando estas cosas, que si bien prueban nuestro asunto, son mejores para meditadas en silencio; parece no basta la respuesta del autor para satisfacer á la pregunta de la cuestion.

193. Porque si bien todo el universo mundo haya de ser la herencia de los justos resucitados, coherederos con Cristo, y su reino no haya de tener otros límites que lo criado; no ostante, el buen órden pide que en este reino universal haya una córte particular, y que entre los innumerables órbes que componen la máquina del órbe entero, haya uno determinado donde ordinariamente tenga su trono y resida el Rei supremo Cristo Señor nuestro, donde sus cortesanos los santos sean mas frecuentes á cortejarlo, y de donde como de centro se difunda la luz á toda la circunferencia del universo mundo. A esto da dos respuestas nuestro autor, primera: que donde está el Rei allí está su corte y que ningun soberano está obligado á residir en su córte sin salir de ella como si fuera una prision. Si esta breve respuesta no agrada, y se quiere precisamente que haya un orbe privilegiado y sirva de ordinaria residencia para Cristo y sus santos resucitados; sí, dice nuestro autor, sí lo habrá. ¿Y cual será? La tierra en que habitámos. ¿La tierra? ¿ este destierro? ¿este valle de lágrimas y de miserias, que Dios maldijo? Démos que la mejore y renueve; pero tambien renovará los cielos. ¿Y por qué no poner la gloria en los cielos nuevos, y sí en la tierra nueva? ¿Por qué? Por la razon y por la autoridad que nos persuade y enseña, que no otro orbe, sino nuestra tierra será entónces el cielo del mismo cielo.

194. Y primero: el Hombre Dios, Cristo Señor nuestro, Rei supremo y heredero universal; donde se vistió de carne siendo Dios? Aquí, en la tierra: aquí aquí se anonadó tomando la forma de siervo y la semejanza de

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kombre; aquí nació de Maria Virgen; aquí vivió: aquí padeció: aquí murió en una cruz confundido entre los criminales. Sus santos, sus cortesanos y coherederos ¿donde trabajaron y sudaron? ¿donde fueron despreciados y deshonrados? ¿donde pelearon hasta morir? ¿No fué aquí en la tierra? Pues qué cosa mas conveniente y dignat de la sabiduría y justicia de Dios, que en donde el Señor de todos se humilló hasta la nada, allí sea exaltado sobre todo y que en donde sus siervos fueron abatidos y humillados, sean allí mismo glorificados? Es justo y digno de Dios exaltar a sus siervos allí mismo donde fueron afligidos en su nombre*, que dijo profundamente Tertuliano."

195. Segundo: La ciudad santa de Jerusalén que aora se edifica allá en el cielo de piedras vivas y escogidas, nos dice Dios que bajará á la tierra y habitará con los hombres : nunca nos dice que volverá á subir; antes de lo que allí se dice, capítulos xx y xxi del Apocalipsis, y de otros lugares de la Escritura se ve claramente, que aquí se fijará y estara siempre con nosotros. En Joel leemos: Judea sera habitada eternamente, y Jerusalen de generación en En Jeremias: no se borrará, no se desgeneracion+. truira nunca jamas. En David: este es mi descanso por los siglos de los siglos: aqui habitaré, por que la elegiş. Aora, si se hubiese de volver no nos darian algun indicio las Escrituras? Si como se cree vulgarmente, Cristo despues del juicio universal abandonando la tierra se fuera otra vez con sus santos al cielo, ; un suceso tan grande nos lo dejarian en silencio los libros santos? Nada

Siquidem et justum est et Deo dignum illuc quoque exaltare famulos ejus, ubi sunt et afflicti in nomine ejus. Tertul. lib. iii adversus Marcionem, cap. xxiv.

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↑ Judæa in æternum habitabitur, et Jerusalem in generationem et generationem. — Joel. iii, 20.

↑ Non evelletur et non destruetur ultra in perpetuum.—Jerem. xxxi, ultimo.

§ Hæc requies mea in sæculum sæculi; hic habitabo quoniam elegi eam.—Ps. cxxxi, 14.

nos dicen; ó muéstrese en donde. Por qué pues afirmarlo contra otros testimonios que nos dicen claramente lo contrario?

196. Tercero: Los mas, y mas sábios doctores y teólogos admiten una perfecta renovacion de la tierra despues del juicio universal: aguardamos segun su promesa nuevos cielos y nueva tierra, en que habita la justicia*. No es creible de la sabiduría de Dios que tan bellamente la renueve y mejore para dejarla desierta é inhabitada. ¿Quienes pues la habitarán? No los niños sin bautismo, como pensaron algunos doctores, pues el mismo testo dice que habitará en ella la justicía: y los niños no tienen la justicia original, pues murieron sin bautismo, ni la personal, pues no la obraron el que hizo la justicia es justo†. Luego no serán estos sus habitadores. ¿Quiénes pues lo serán? No quedan otros que puedan serlo sino el que es la misma justicia y todos sus justos, el santo de los santos y todos sus santos. Pero á quien no convence la razon, ceda por último á la autoridad de un Dios que así habla por boca de David: (Psalm. xxxvi, 28), los injustos seran castigados, y la semilla de los impios parecera. Los justos heredaran la tierra, y habitarán en ella de siglo en siglo+: que fue a lo que aludio el Salvador cuando en el sermon del monte dijo: biena venturada los mansos, porque ellos poseeran la tierra§.

197. Este, Señor impugnador, es en breve el sistema del autor, del que he querido darle una mas clara idea, porque veo que los tiros de su impugnacion no dan en el blanco. Será ciertamente porque el compendio á quien V. miraba se lo da mui informe y dimidiado; pero aora * Novos vero cœlos, et novam terram secundum promissa ipsius expectamus, in quibus justitia habitat.

+ Qui fecit justitiam justus est.-1 Joan. iii, 7.

Injusti punientur, et semem impiorum peribit. Justi autem hæreditabunt terram, et inhabitabunt in sæculum sæculi super eam.-Ps. xxxvi, 28.

§ Beati mites, quoniam ipsi possidebunt terram.→Mat. v, 4.

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