con él, estaban cargados de sueño, y cuando despertaron, vieron su gloria, y los dos varones que estaban con él. 33 Y aconteció que al apartarse ellos de él, Pedro dijo á Jesus: Maestro, bueno es que nos quedemos aquí, y hagamos tres tiendas una para tí, una para Moysés, y una para Elías no sabiendo lo que se decía. 34 Y mientras él estaba hablando esto, vino una nube que los entoldó; y tuvieron miedo al entrar ellos en la nube. 35 Y vino una voz de la nube, que decía: Este es mi Hijo amado, oidle. 36 Y aconteció, que en cuanto hablaba la voz, Jesus fué hallado solo, y ellos callaron. Y por aquellos dias, no dijeron nada á nadie de lo que habían sisto. 37 Y aconteció el dia siguiente que cuando ellos hubieron bajado del monte, le salió al encuentro un gran numero de gente. 38 Y he aquí que un hombre de entre la multitud clamó diciendo: Maestro, ruegote que antiendas á mi hijo, que es el unico que tengo. 39 Y he aquí que un espíritu le toma, y de repente da vozes, y le disloca haciendole arrojar espuma, y apenas se aparta de él, quebrantandole. 40 Y rogué á tus discipulos que le echasen, y no pudieron. 41 Y respondiendo Jesus dijo: ¡ó generacion incredula, y perversa! ¿ Hásta cuando he de estar con vosotros y sufriros? Trahe aca tu hijo. 42 Y cuando él se iba acercando, el demonio le derribó, y despedazó. Mas Jesus increpó al espíritu inmundo, y sanó al muchacho, y volvióle a su padre, 43 Y estos estaban pasmados del gran poder de Dios. Y mientras todos se maravillaban de todas las cosas que Jesus hacía, dijo á sus discipulos. 44 Haced que penetren en vuestros oidos estas palabras. Porque ha de acontecer que el Hijo del hombre será entregado en manos de hombres. 45 Mas ellos no entendían este decir, y les era encubierto paraque no le entendiesen, y temían de preguntarle acerca de ello. 46 Entonces se movió conversacion, acerca de cual de ellos sería el mayor. 47 Mas Jesus viendo lo que pensaban en su corazon tomó un niño, y le puso junto á sí. 48 Y les dijo: Cualquiera que recibiere este niño en mi nombre, á mí me recibe, y cualquiera que me recibiere á mí, recibe al que me envió; porque el que fuere menor de entre todos vosotros, este será el grande. 49 Entonces Juan tomando la palabra dijo: Maestro: hemos visto á uno, que lanzaba demonios en tu nombre, y se lo vedamos, porque no te sigue con nosotros. 50 Y Jesus le dijo: No se lo vedeis, porque el que no es contra nosotros, por nosotros es. 51 Y aconteció que como se hubiese cumplido el tiempo en que había de ser recibido arriba, puso semblante determinado de ir á Jerusalem. 52 Y envió mensageros delante de sí, los cuales fueron, y entraron en una ciudad de los Samaritanos, á aparejar para él. 53 Mas no le recibieron, por cuanto su semblante era de que iba á Jerusalem. 54 Y viendo esto sus discipulos Jacobo, y Juan, dijeron al Señor: ¡ quieres que digamos que descien- | 4 No lleveis bolsa ni alforja, ni da fuego del cielo, y los consuma zapatos, y á nadie saludeis en el como hizo Elías? camino. 55 Entonces volviendo él, increpóles diciendo: No sabeis de que espíritu sois. 56 Porque el Hijo del hombre no ha venido á perder las almas de los hombres, sino á salvarlas. Y se fueron á otra aldea. 57 Y aconteció que yendo ellos por el camino, dijo uno á Jesus: Yo te seguiré á donde quiera que fueres. 58 Y Jesus les dijo: Las zorras tienen cuevas, y las aves de los cielos nidos, mas el Hijo del Hombre no tiene donde recline la cabeza. 59 Y dijo á otro. Sigueme. Y él dijo. Señor, dejame que primero vaya y entierre á mi padre. 60 Y Jesus le dijo: Deja que los muertos entierren á sus muertos; y tú vé, y anuncia el reyno de Dios. 61 Entonces otro le dijo tambien: Señor, te seguiré, mas deja que me despida primero de los que estan en mi casa. 62 Y Jesus le dijo: Ninguno que poniendo la mano en el arado mirare atrás, es apto para el reyno de Dios. 5 En cualquiera casa donde entráreis, primeramente decid; Paz á esta casa. 6 Y si hubiere allí algun hijo de paz, vuestra paz reposará sobre él, y sino se volverá á vosotros. 7 Y permaneced en la misma casa, comiendo y bebiendo lo que os dieren, porque el obrero, digno es de su salario. No paseis de casa en casa. 8 Y en cualquiera ciudad donde entráreis, y os recibieren, comed lo que os pusieren delante. 9 Y sanad á los enfermos que en ella hubiere, y decidles: se ha acercado á vosotros el reyno de Dios. 10 Mas en cualquiera ciudad donde entráreis, y no os recibieren, saliendo por sus calles, decid. 11 Aun el polvo que se nos ha pegado de vuestra ciudad, sacudimos contra vosotros, empero sabed esto, que el reyno de Dios se ha acercado a vosotros. 12 Y os digo, que en aquel dia habrá menos rigor para Sodoma, que para aquella ciudad. 13 ¡Ay de tí Chorozaín! ¡Ay de tí Bethsaida! que si en Tyro, y en Sidon fueran hechas las maravillas, que han sido hechas en vosotros, tiempo hace que sentadas en ceniza y cilicio, hubieran hecho penitencia. 14 Por tanto Tyro y Sidon experimentarán menos rigor, que vosotras en el juicio. 15 Y tú Caphernaum, exaltada hásta los cielos, hásta los infiernos serás sumergida. 16 Quien oye á vosotros, á mí oye; y quien á vosotros desecha, á mí desecha; y el que á mí me de17 Y volvieron los setenta con gozo diciendo: Señor, aun los demonios se nos sugetan en tu nombre. 3 Andad: he aquí yo os envio como corderos en medio de lobos. ❘ secha, desecha al que me envió. 18 Y les dijo: Veía á Satanás como un rayo, que caía del cielo. 19 He aquí os doy poder de hollar las serpientes, y los escorpiones, y sobre todo el poder del enemigo, y nada os dañará. 20 Mas no os gozeis en esto, que los espíritus se os sugetan: mas antes gozaos, de que vuestros nombres estan escritos en los cielos. 21 En aquella misma hora Jesus se regocijó en Espíritu, y dijo: Te doy gracias, ó Padre, Señor del cielo, y de la tierra, porque escondisteis estas cosas á los sabios, y entendidos, y las has revelado á los pequeños. Así es, Padre, porque así ha sido de tu agrado. 22 Todas las cosas me son entregadas de mi Padre; y nadie sabe quien sea el Hijo, sino el Padre, ni quien sea el Padre, sino el Hijo, y a quien el Hijo lo quisiere revelar. 23 Y volviendose particularmente á sus discipulos, les dijo: Bienaventurados los ojos, que ven lo que vosotros veis. 24 Porque OS digo que muchos Profetas, y Reyes quisieron ver lo que vosotros veis, y no lo vieron, y oir lo que oís, y no lo oyeron. 25 Y he aquí un Doctor de la Ley se levantó por tentarle, y le dijo: Maestro, ¿qué haré para poseer la vida eterna ? 26 Y le dijo ¿qué está escrito en la Ley? ¿cómo lees? tu entendimiento, y á tu proximo como á tí mismo. 28 Y dijole: Bien has respondido: haz esto, y vivirás. 29 Mas él queriendose justificar á sí mismo, dijo á Jesus: ¿y quién es mi projimo ? 30 Y respondiendo Jesus dijo: Un hombre descendía de Jerusalem á Jericó, y cayó en manos de ladrones, los cuales le despojaron, é hiriendole, fueronse dejandole medio muerto. 31 Y aconteció que descendió un Sacerdote por el mismo camino, y cuando le vió, pasó de largo. 32 Y asímismo un Levita llegando cerca de aquel lugar, y viendole, pasó tambien de largo. 33 Mas un Samaritano que iba su camino, llegando cerca de él, al verle, fué movido á compasion. 34 Y llegándose, vendóle las heridas echandole en ellas aceyte, y vino, y poniendole sobre su acemila, le llevó á una posada, y tuvo cuidado de él. 35 Y al otro dia partióse, y sacó dos denarios, y los dió al posadero, diciendole: Cuidamele: y todo lo demas que gastare, yo te lo pagaré cuando vuelva. 36 ¿Quién pues de estos tres te parece que fué el projimo de aquel que cayó en manos de los ladrones? 37 Y él le dijo: el que usó misericordia con él. Entonces Jesus le dijo: Vé, y haz tú lo mismo. 38 Y aconteció que mientras iban, él entró un una aldea, y una muger llamada Martha, le recibió en su casa. 39 Y esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual sentandose á los pies de Jesus, oiá su palabra. 27 Y él respondiendo dijo: Amarás al Señor tu Dios de todo tu corazon, y de toda tu alma, y 40 Martha empero se afanaba con todas tus fuerzas, y con todo len muchas haciendas de casa, y vino á él y le dijo: Señor, ¿no ves como mi hermana me deja servir sola? Dí pues que me ayude. 41 Y respondiendo Jesus le dijo: Martha, Martha muy cuidadosa estás, y te ocupas de muchas cosas. 42 Empero una cosa es necesaria, y María ha escogido la mejor parte, la cual no le será quitada. CAPITULO XI. V ACONTECIO, que estando él orando en un lugar, cuando acabó, le dijo uno de sus discipulos: Señor, enseñanos á orar, como tambien Juan enseñó á sus discipulos. 2 Y les dijo: cuando oráreis decid: Padre muestro que estás en los cielos; sea santificado tu nombre: venga tu reyno: hagase tu voluntad, como en el cielo, así tambien en la tierra. 3 El pan nuestro de cada dia danosle hoy. 4 Y perdonanos nuestros pecados, porque tambien nosotros perdonanos á todos los que nos deben. Y no nos lleves á tentacion, mas libranos de mal. 5 Dijoles tambien, quién de vosotros tendrá un amigo, é irá á él á media noche, y le dirá: Amigo, prestame tres panes. 6 Porque acaba de llegar un amigo que va de camino, y no tengo que ponerle delante. 7 Y respondiendo él de adentro le dijere: No me seas molesto: la puerta está ya cerrada, y mis hijos estan conmigo en la cama. No puedo levantarme, y darte. 8 Digoos que aunque no se levante á darle por ser su amigo, cierto por su importunidad se levantará, y le dará todo lo que habrá menester. 9 Y yo os digo: pedid, y se os dará, buscad, y hallaréis, llamad, y se os abrirá. 10 Porque todo aquel que pide recibe, y el que busca halla, y al que llama, se le abrirá. 11 Y ¿cuál padre de entre vosotros si su hijo le pidiere pan, le dará una piedra? ¿ó si un pez, le dará una serpiente en lugar del pez? 12 ¿O si le pidiere un huevo, le dará un escorpion? 13 Pues si vosotros, siendo malos, sabeis dar buenas dadivas á vuestros hijos, į cuánto mas vuestro padre celestial dará el Espíritu Santo á los que se lo pidieren? 14 Tambien echó fuera un demonio el cual era mudo, y aconteció, que salido fuera el demonio, el mudo habló, y las gentes se maravillaron. 15 Y algunos de ellos decían: En virtud de Beelzebub, Príncipe de los demonios, lanza los demo. nios. 16 Y otros por tentarle, pedíanle señal del cielo. 17 Mas él conociendo los pensamientos de ellos, les dijo: Todo reyno dividido contra sí mismo, será desolado, y caerá casa sobre casa. 18 Pues si Satanás está tambien dividido contra sí mismo, ¿cómo estará en pie su reyno? porque decís, que por virtud de Belzebub lanzo yo los demonios. 19 Pues si yo lanzo los demonios por virtud de Belzebub, i vuestros hijos por virtud de quién los lanzan? Por tanto ellos seran vuestros jueces. 20 Mas si en el dedo de Dios lanzo los demonios, ciertamente el reyno de Dios ha llegado á vosotros. 21 Cuando el fuerte armado guarda su palacio, en paz está lo que posee. 22 Mas si sobreviniendo otro mas fuerte que él, le venciere, le quita todas las armas en que fiaba, y reparte sus despojos. 23 El que no es conmigo, contra mí es, y el que no coge conmigo, derrama. 24 Cuando el espíritu inmundo ha salido de un hombre, anda por lugares secos buscando reposo, y cuando no le halla, dice: me volveré á mi casa de donde he salido. 25 Y cuando vuelve, la halla barrida, y alhajada. 26 Entonces va, y toma otros siete espíritus peores que él, y entran, y moran allí, y el postrimero estado de aquel hombre es peor que el primero. 27 Y aconteció que mientras él estaba diciendo estas cosas, una muger de en medio del pueblo, levantó la voz, y le dijo: Bienaventurado el vientre que te llevó, y los pechos que mamaste. 28 Y él dijo: Antes bienaventurados los que oyen la palabra de Dios, y la guardan. 29 Y habiendose allegado á él gran numero de gentes, comenzó á decir: Esta es una generacion malvada: busca señal, mas señal no se le dará, sino la señal de Jonás el Profeta. 30 Porque así como Jonás fué señal á los Ninivitas, así tambien lo será el Hijo del hombre a esta generacion. levantarán en juicio con esta generacion, y la condenarán, porqué hicieron penitencia á la predicacion de Jonás y he aquí uno en este lugar, que es mas que Jonás. 33 Ninguno enciende una vela para ponerla en lugar oculto, ni debajo de un celemin, sino sobre un candelero, paraque los que entran, vean la luz. 34 La luz del cuerpo es el ojo. Si tu ojo fuere sencillo, tambien todo tu cuerpo será iluminado, mas si fuere malo, tambien tu cuerpo será tenebroso. 35 Mira pues, que la luz que hay en tí, no sean tinieblas. 36 Así que si todo tu cuerpo fuere resplandeciente, no teniendo parte alguna de tiniebla, todo él será iluminado; así como cuando el resplandor de una vela te alumbra. 37 Y cuando él hubo hablado rogóle un Fariseo que comiese con él, y habiendo entrado Jesus sentóse á la mesa. 38 Y el Fariseo cuando le vió, maravillóse de que no se hubiese lavado antes de comer. 39 Y el Señor le dijo: Ahora vosotros los Fariseos limpiais lo de afuera del vaso, y del plato, mas lo que está dentro de vosotros, está lleno de rapiña, y de maldad. 40 Necios ¿el que hizo lo de afuera, no hizo tambien lo de dentro? 31 La reyna del Austro se levantará en juicio con los hombres de esta generacion, y los conde-na, y la ruda, y toda hortaliza, nará, porque vino de los fines de la tierra á oir la sabiduría de Salomon, y he aquí uno en este lugar, que es mayor que Salomon. 32 Los hombres de Ninive se 41 Mas bien dad limosna de las cosas que teneis, y he aquí que todas las cosas os son limpias. 42¡ Mas ay de vosotros Fariseos! que diezmais la yerba buemas pasais de largo el juicio, y la caridad de Dios: Estas cosas empero era menester hacer, y no dejar de hacer las otras. 43 ¡Ay de vosotros Fariseos, |