Monografía del Departamento de Guatemala

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Tipografía nacional, 1926 - 378 pages
 

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Page 86 - Por la señal de la Santa Cruz, + de nuestros enemigos + líbranos, Señor, + Dios nuestro. En el nombre del Padre, + y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. Padre nuestro Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre. * Venga a nosotros tu reino. * Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Page 87 - Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.
Page 107 - Así que soy venido a esta ciudad por las muchas aguas, a donde para mejor conquistar y pacificar esta tierra tan grande y tan recia de gente hice y edifiqué en nombre de Su Majestad una ciudad de españoles que se dice la Ciudad del Señor Santiago porque desde aquí está en el riñon de toda la tierra y hay más y mejor aparejo para la dicha conquista y pacificación y para poblar lo de adelante, y elegí dos alcaldes ordinarios y cuatro regidores según Vuestra Merced allá verá por la elección".
Page 87 - Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea el tu nombre, venga a nos el tu reino, hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo. El pan nuestro de cada día dánosle hoy, y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores, y no nos dejes caer en la tentación, mas líbranos de mal. Amén.
Page 88 - ... nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos; al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna.
Page 190 - Es preciso que cuando vean nuestras montañas, puedan decir como dijo Diéguez en su destierro: "¡Oh, cielos de mi patria! ¡Oh, caros horizontes! ¡Oh, azules altos montes!" Este edificio es preciso que sea barrenado, y el artículo en cuestión le aplica el primer barreno.
Page 197 - La vaga olilla que al peñasco azota, la mansa res cuando la yerba pace, o el monótono golpe del torrente que alguna vez los céfiros me traen; Vagos rumores de la triste noche, que en la dormida soledad se esparcen, encanto de las almas melancólicas, de los misterios de la noche amantes. Eso no más oí, ni apariciones jamás he visto por ninguna parte, si no eres tú, que cual benigno genio del lago siempre te encontré en sus márgenes. Allí, oh amiga, bondadoso el hado largo vivir sin inquietud...
Page 140 - ... la hermosa Virgen el perfume de su alma candorosa. Gran templo tiene también la virgen de la Merced; y blancas paredes luce Santo Domingo, el de hábito blanco; majestuoso atrio ofrece la Catedral, vasta y artística; linda torre eleva al Cielo el elegante templo de la Recolección. Es San Francisco, el monje austero; Santo Domingo, el pacífico santo; la Merced, matrona augusta; la Recolección, una hermosa mujer arrepentida. Allá, hacia el Norte, la Ermita del Carmen; acá, hacia el Sur,...
Page 120 - En el otro salón, que era el más grande, estaba toda la clase del pueblo que aprendía a escribir. En el vértice del ángulo que formaban los salones, tenía su mesa el primer maestro y en el centro del salón mayor tenía la suya el segundo. El primer maestro nos tajaba las plumas y corregía las planas a los "niños", y el segundo a los del pueblo. Seríamos en todos, 200.
Page 92 - Art. 97. Las municipalidades podrán establecer, con la aprobación del Gobierno, los arbitrios que juzguen necesarios para atender al objeto de su institución.

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