Anales del Ateneo del Uruguay, Volume 2

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Ateneo del Uruguay, 1882
 

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Popular passages

Page 102 - El año 1840, entre un grupo de gauchos ya orillas del majestuoso Paraná, estaba sentado en el suelo, y con las piernas cruzadas, un cantor que tenía azorado y divertido a su auditorio, con la larga y animada historia de sus trabajos y aventuras. Había ya contado lo del rapto de la querida, con los trabajos que sufrió; lo de la desgracia...
Page 128 - Cervantes con los de caballerías, se pasó las noches de claro en claro y los días de turbio en turbio...
Page 231 - Turn, turn, my wheel ! All life is brief; What now is bud will soon be leaf, What now is leaf will soon decay ; The wind blows east, the wind blows west ; The blue eggs in the robin's nest Will soon have wings and beak and breast, And flutter and fly away.
Page 101 - Allí, la inmensidad por todas partes; inmensa la llanura, inmensos los bosques, inmensos los ríos, el horizonte siempre incierto» siempre confundiéndose con la tierra entre celajes y vapores tenues que no dejan en la lejana perspectiva señalar el punto en que el mundo acaba y principia el cielo.
Page 103 - El cantor oyó la grita sin turbarse; viósele de improviso sobre el caballo, y echando una mirada escudriñadora sobre el círculo de soldados con las tercerolas preparadas, vuelve el caballo hacia la barranca, le pone el poncho en los ojos y clávale las espuelas. Algunos instantes después, se veía salir de las profundidades del Paraná el caballo, sin freno, a fin de que nadase con más libertad, y el cantor tomado de la cola...
Page 102 - Al fin se detiene, examina unas hierbas, y dice: "por aquí ha salido; no hay rastro, pero estas gotas de agua en los pastos lo indican." Entra en una viña, Calibar reconoció las tapias que la rodeaban, y dijo: "adentro está".
Page 102 - El prófugo aprovechaba todos los accidentes del suelo para no dejar huellas; cuadras enteras había marchado pisando con la punta del pie; trepábase en seguida a las murallas bajas, cruzaba un sitio, y volvía para atrás. Calibar lo seguía sin perder la pista: si le sucedía momentáneamente extraviarse, al hallarla de nuevo exclamaba: "¡Dónde te mi-a,s-dir!
Page 249 - Pues dad al César, lo que es del César : y á Dios, lo que es de Dios.
Page 103 - Roland, y tantas otras mujeres que hacen el sacrificio de su reputación por asociarse a nombres esclarecidos. La Severa resiste años enteros. Una vez escapa de ser envenenada por su tigre en una pasa de higo; otra, el mismo Quiroga, despechado, toma opio para quitarse la vida. Un...
Page 103 - La historia de la Severa Villafañe es un romance lastimero, es un cuento de hadas, en que la más hermosa princesa de sus tiempos anda errante y fugitiva...

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