*Isai. 7. 14. jo de la Muger*, vencedor de la serpiente ** Gen. 3. IS. *** quien destruyó con su muerte, este satisfizo esta deuda con su sangre, redimió al hombre con su Pasion, y triunfó de todos sus enemigos con su resurreccion gloriosa. De este y de sus diferentes nombres gloriosos trataremos en la Carta siguiente. CARTA IV. 37 DE LOS NOMBRES DEL MESÍAS EN EL VIEJO TESTAMENTO. Los Patriarcas y los Profetas tuviéron ideas ex celentes y sublimes, grandes y maravillosas revelaciones de la divina persona del Mesías: los nombres con que le intituláron, segun manifiestan sus sagrados Libros, son pruebas demostrativas de su grandeza y de su gloria. Dios escogió al pueblo de Israel entre todas las naciones: eligió el Señor á la posteridad de Abraham, entre todos los pueblos, por depositaria de las promesas, y archivo del culto puro y verdadero1. De tiempo en tiempo envió Dios sus Profetas, para que recordasen á 1 La palabra Hebrea 5 dadero archivo en que Dios guarsignifica un tesoro oculto, una cosa muy preciosa, querida y amada (a). El pueblo de Israel, ántes de la venida de Jesuchristo, fué el ver daba el tesoro de sus promesas, y la riqueza de sus profecías, que contenian el remedio de todo el género humano. (a) Deuteron. 14. 2. * Ps. 147. 19. tos * los hombres su esperanza, y vivificasen en ellos la y que * 2 * * Cap. 19. 25. les envió Dios un Job que declaró la redencion del género humano, y un Balaam, que * Num.24.17. anunció la gloriosa estrella que saldria de Jacob para los hijos de Adam. Otras de las naciones paganas tuviéron un Zoroastro 3, un Confucio, un 2 Todos los Rabinos del Talmud (a), como tambien los Padres primeros Christianos, los sabios y de la Iglesia siempre han tenido los filósofos que se habian conver por una verdad incontestable que Job fue un Gentil, y no de los hijos de Israel. 3 La mayor parte de los incrédulos modernos y algunos críticos siguen el camino de los filósofos paganos de los primeros años de la Christiandad, negando la legitimidad de las obras de Zoroastro, de Trismegistro y otros autores que escribieron (ántes de la venida del Salvador) algunos pasages que favorecen la verdad evangélica; y acusan maliciosamente á los primeros confesores de la ley de Christo, que hubiesen inventado estas obras baxo los nombres de dichos filósofos, para dar mayor vigor y fuerza en sus aserciones para con los Gentiles. La impiedad y la ignominia de estas conjeturas infundadas, es notoria y patente. Los tido y adoráron al Dios trino y uno, los que confesaban la verdad de la religion del Salvador, ninguna necesidad tenian de solicitar la conversion de los Gentiles por medio del engaño y del fraude. No por cierto; eran demasiadamente sabios y prudentes para intentar buscar la verdad eterna por el camino de la mentira y de la ficcion: el exemplo reciente de Jesuchristo y de los Apóstoles, que convirtiéron las naciones y los pueblos por medio del raciocinio verdadero, sencillo y sólido, era bastante para instruirlos. La gloria principal de la religion Christiana es que las naciones fuéron convertidas con la predicacion de Jesuchristo crucificado, con cuyo auxilio y gracia consiguíéron reducir á los mayores sabios entre los Judíos y Gentiles. El mismo (a) Vid. R. Salom, in Iob. Mercurio Trismegistro, y otros que por medio de la verdadera tradicion, conservada entre ellos desde Adam y Noe, declaraban en sus escritos muchas Porfiro, maestro, segun parece, de algunos filósofos modernos, no se atrevió á negar la verdad y la legitimidad de los escritos de Zoroastro, Mercurio &c. Solamente intentó escaparse y defenderse de las razones eficaces é ineluctables argumentos (a) con que los Christianos le reconvenian: no teniendo á que echar mano, se asió de un pretexto tan falso como frívolo; diciendo que los lugares que favorecen la doctrina evangélica, eran intrusos por los Christianos; pero este efugio, ridículo por sí mismo, se deshace á vista de que apénas se halla un capítulo ó un discurso que no dé bien á conocer que estos lugares no pudiéron ingerirse. La conformidad del estilo, y la cadena y enlace del razonamiento, nos aseguran la legitimidad de todos los pasages. Pero es de extrañar que unos hombres, que se llaman Christianos hablen tanto desatino, y acusen sin razon á los primeros confesores de la religion Christiana, que selláron sus verdades con su propia sangre: digo, acusen sin razon á estos varones sabios y santos de una malicia, de una falsedad y de una impostura de que eran incapaces. Los filósofos Gentiles tenian sus fines é intereses particulares para hacer guerra contra la fe de Jesuchristo y sus pruebas; pero unos que se llaman Christianos en nuestro infeliz tiempo, estos que combaten esta verdad, aprobada ya mas de diez y siete siglos por los mayores sabios del mundo, estos hombres vanos é impíos han vuelto otra vez á inquietar el pueblo Christiano con los argumentos antiguos de los filósofos Gentiles, ya mil veces respondidos por los Orígenes, Tertulianos, Agustinos y demas defensores de la verdad. & Ha dicho Mr. Voltaire alguna cosa nueva? ¿Ha sacado Mr. Rouseau algunos argumentos nuevos en defensa de su incredulidad? no por cierto, ni Voltaire ni Rouseau, ni Bollinbroock, ni otro ninguno de los nuevos enemigos de la fe, han podido sacar nada de su perversa imaginacion que no tenga un apóstata antiguo por padre. Nosotros (yo hablo con los fieles) nosotros sabemos muy bien que la idolatría no tuvo existencia hasta mucho tiempo despues que la tuvo el mundo; que los hijos de Noe mantenian y conservaban un culto santo y verdadero, recibido de su padre, y tenian noticia y conocimiento de las promesas del Mesías y sus circunstancias, hechas al primer hombre: estas mismas promesas renovó Dios con Noe y sus hijos, y estos las comunicáron á sus des (a) Porfir. in Analog. de las verdades de la religion del Mesías verdadero: aun los Indios mas ignorantes é idiotas del nuevo mundo tenian una tradicion de un Príncipe cendientes, los quales las tuviéron presentes hasta que su posteridad, para ayudar á la memoria, las figuráron en los símbolos y geroglíficos, que diéron motivo á la idolatría, y fomentáron la ignorancia. Ahora bien, Zoroastro, que vivió en los primeros siglos despues del diluvio, ¿por qué no habrá podido tener noticia de la tradicion primitiva del Mesías? Job era tambien Gentil, y segun parece vivió cerca del tiempo de Zoroastro, y tenia la tradicion de las promesas del Mesías muy clara, como demuestra su libro (a). Mercurio Trismegistro era Egipcio, y vivió, segun los mejores historiadores, en el tiempo de los Reyes David y Salomon: ¿qué cosa tan extrañía seria que un sabio de aquella nacion tuviese conocimiento del Mesías, quando desde Abraham tuviéron los Hebreos comunicacion y trato con ella? ó si no, ¿ será de creer que ni Abraham, que estaba en Egipto (b), ni Jacob, que vivió en aquel pais diez y siete años (c), ni Joseph, que gobernó esta nacion mucho tiempo, y la hizo patente un rasgo de la infinita Sabiduría (d), ni Moyses, que comunicó con los sabios de Egipto, ni los Israelitas, que viviéron con ellos 215 años, y finalmente ni Salomon, que casó con la hija del Rey de Egipto, ninguno de estos, digo, reveló nada de su religion á los Egipcios donde haya podido Trismegistro sacar lo que escribió? Pero estos críticos nos dicen que sus dudas están fundadas sobre unas expresiones y voces que se encuentran en estos autores antiguos, que parecen mas nuevas que de aquel tiempo; porque Mercurio y Zoroastro hablan del Verbo, cuyo nombre ignoraban los mismos Judíos, y tuvo su principio con el Evangelio; mas ellos no advierten que su crítica debia fundarse en el original, y no en la traduccion: estas voces nuevas no se hallan en el original; el traductor las acomodó segun su genio y opinion. La palabra Amir en la lengua Egifcia y Arabe significa un Príncipe, un Xefe, un Legislador; y esta misma voz significa tambien verbo, dicho, palabra &c.: en Caldeo Dobar significa Xefe, Príncipe, General, Legislador, Conductor, y tambien el Verbo......: puede ser que los escritos originales de Zoroastro y Mercurio tuviesen estas voces que deben significar Principe, y al traductor le pareció mejor poner Verbo en lugar de Prin cipe. Las lenguas orientales conservan algunas voces que tienen varias significaciones: tal es la pa (a) Iob 19. 25. (b) Gen. 12. 10. (c) Ibid. 47. 28. (d) Ibid. 41. |