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Sana Jesucristo á un leproso, al siervo del Centurion, á la suegra de S. Pedro, y á otros muchos enfermos. No quiere admitir á un es-
criba que deseaba seguirle; y manda á otro de sus discípulos, que le siga sin dilacion. Sosiega una tempestad en el mar, y cura dos
endemoniados en la tierra de los Gerasenos.

1 Cùm autem descendisset de monte, secutæ sunt

eum turbæ multæ :

2 Et ecce leprosus veniens, adorabat eum, dicens:

Domine, si vis, potes me mundare.

3 Et extendens Jesus manum, tetigit eum, dicens:

Volo. Mundare. Et confestim mundata est lepra ejus.

1E! Griego: ¿nxónteraι, etc. báààerai, es cortado, etc.
es arrojado.

El reino de los cielos no es precio de solas palabras.
Dios no dejará de ser Señor de todo el universo, aunque nos-
otros no digamos que lo es. Para hacernos dignos de hallar
el camino del cielo, es necesario cumplir en todo la voluntad
del Señor guardando sus preceptos. S. HILAR.

En el dia del juicio final, ó tambien en el de su muerte.
Las palabras solas no bastan para salvarnos. Los milagros y
prodigios que se hacen en el nombre de Jesucristo, son se-
ñales equivocas, por las que no se puede asegurar que está
en caridad el que los hace. S. PABLO lo declara espresamen-
te 1 Corinth. x, 2, diciendo: que cuando tuviera toda
la fe hasta poder trasladar todos los montes, de nada
le serviria si no tenia caridad. Y así el Señor en el dia
grande del juicio hará ver quienes fueron aquellos que obra-
ron é hicieron lo mismo que enseñaron.

Por mios, y por ovejas de mi rebaño.

El Griego: pobo avtór, le compararé. Esta es la
conclusion, dice S. AGUSTIN, de todo lo que Jesucristo dijo
en el sermon que hizo sobre el monte, en el que se com-
prende toda la perfeccion de los divinos preceptos que pue-
den servir para formar un verdadero cristiano. El Señor
compara á un hombre sabio que fabricó sobre piedra y
no sobre arena, al que escucha sus palabras, no con los
oidos del cuerpo, sino del corazon, y que practica no una
parte sola de estas verdades, sino todas. Este edificio no
podrá ser derribado ni por las lluvias de los placeres, ni
por los rios de las pasiones violentas, ni por los impetuosos

Luc. m, 10.-b Infr. xxv, 11.- Actor. XIX, 13.-d Psalm vi,
I, 22. Marc. 1, 22. Luc. iv, 32.-f Marc. 1, 40. Luc. v, 12.

1 Y como descendió del monte, le siguieron muchas

gentes:

2 Y vino un leproso, y le adoraba, diciendo : Se-

ñor, si quieres, puedes limpiarme 10.

3 Y estendiendo Jesús la mano le tocó, diciendo:

Quiero. Sé limpio, Y luego su lepra fue limpiada 1a.

6 MS. E fue grand derrudiamiento.

7 Se maravillaban oyendo una doctrina tan pura, y una

moral tan opuesta á todos los sentidos, y al modo de pensar
de los hombres. Les hablaba no solamente como de parte de
Dios, sino como que él mismo era Dios, haciéndoles conocer
el espíritu de la ley y su perfeccion, y acompañando las
palabras con milagros, y con una interior uncion que per-
suadia, ablandaba y convencia á los que le oian.

8 En el testo griego faltan las últimas palabras: y pha-

riseos.

10 Si llegamos al Salvador con fe igual á la de este leproso,

podemos esperar seguramente, que usará del mismo poder
para curar la lepra de nuestras almas.

14 La ley prohibia tocar á los leprosos; pero el Señor que
era el árbitro de la ley, y la misma pureza y santidad, no
solamente no quedó impuro con este contacto, sino que pu-
rificó con él al que lo estaba..

12 MS. E fue luego alimpiada su gafedat.

9. Intr. xx1, 41. Luc. XIII, 27. Luc. vi, 48. Rom. 11, 15, Jacob.

4 Et ait illi Jesus: Vide, nemini dixeris: sed va-
de a
ostende te sacerdoti, et offer munus, quod præ-
cepit Moyses, in testimonium illis.

5 Cùm autem introisset Capharnaum, accessit ad
eum Centurio, rogans eum,

6 Et dicens: Domine, puer meus jacet in domo
paralyticus, et malè torquetur.

7 Et ait illi Jesus: Ego veniam, et curabo eum.
8 Et respondens Centurio, ait: Domine, non sum
dignus ut intres sub tectum meum: sed tantùm dic
verbo, et sanabitur puer meus.

9 Nam et ego homo sum sub potestate constitu-
tus, habens sub me milites, et dico huic : Vade, et
vadit et alii: Veni, et venit: et servo meo: Fac
hoc, et facit.

10 Audiens autem Jesus miratus est, et sequenti-
bus se dixit: Amen dico vobis, non inveni tantam fi-
dem in Israël.

11 Dico autem vobis, quòd multi ab Oriente, et
Occidente venient, et recumbent cum Abraham, et
Isaac, et Jacob in regno cœlorum :

12 Filii autem regni ejicientur in tenebras exterio-
res: ibi erit fletus, et stridor dentium.

13 Et dixit Jesus Centurioni: Vade, et sicut cre-
didisti, fiat tibi. Et sanatus est puer in illa hora.

14 Et cùm venisset Jesus in domum Petri, vidit
socrum ejus jacentem, et febricitantem :

15 Et tetigit manum ejus, et dimisit eam febris,
et surrexit, et ministrabat eis.

16 Vespere autem facto, obtulerunt ei multos

1 Porque Jesucristo queria que los hombres atendiesen
mas á su doctrina que á sus milagros, los cuales en la ma-
yor parte no producian sino vanos efectos de admiracion,
quedándose los mismos. 1 Cor. XIV, 22.

Los ricos ofrecian dos corderos, harina y aceite: los
pobres un cordero y dos tórtolas ó palomas.

3 Para que les constase y no tuviesen escusa, dice S. GE
RÓNIMO, si no se rendian à un testimonio tan claro de la
verdad y al mismo tiempo fuesen convencidos de la injusti-
cia con que frecuentemente le acusaban de oponerse á la ley.
Débese observar aquí, que aunque el Salvador quiso que
quedase oculta al sacerdote la manera estraordinaria con
que aquel habia sido curado, esto no obstante le mandó que
se presentase al sacerdote, para que le pagase la ofrenda
que se acostumbraba hacer en las curaciones ordinarias de
la lepra y esto cuando el sacerdocio habia ya degenerado
mucho de su institucion y de su oficio. La corrupción puede
poner mancilla á la institucion diviua, pero de ningun modo
abrogarla.

Este era un oficial de ejército, ó capitan de cien solda
dos. Las legiones romanas eran mandadas por tribunos que
corresponden á nuestros coroneles, y repartidas en compa-
uías de cien hombres: de donde se dió el nombre de centu-
riones á sus capitanes. Aunque Herodes Antipas era tetrarca
de la Galilea, esto no obstante los Romanos, como propios
y verdaderos soberanos, mantenian alli sus tropas. Los Pa-
dres han creido que este centurion era gentil, lo que realza
mucho mas el ardor de su fe. S. LUCAS VII, 5, dice que en-
vió sus amigos, y que no fue en persona, por contemplarse
indigno de ponerse en la presencia del Señor; lo que parece
ser contrario á lo que dice aquí S. Matheo. Pero este santo
Evangelista se sirvió de una manera de hablar muy usada, di-
ciendo que fue á buscar á Jesucristo; esto es, enviando
para esto sus amigos, y los principales de los Judios. Véase
en el Cap. x1, 3, otra manera de hablar semejante á esta:
Y le dijo: esto es, le hizo decir por sus discípulos.

4 Y le dijo Jesús: Mira, que no lo digas á nadie 1:
mas ve, muéstrate al sacerdote, y ofrece la ofrenda,
que mandó Moysés, en testimonio á ellos 3.

5 Y habiendo entrado en Capharnaum, se llegó á él
un centurion, rogándole,

6 Y diciendo: Señor, mi siervo paralítico está pos-
trado en casa, y es reciamente atormentado ".
7 Y le dijo Jesús: Yo iré, y lo sanaré.

8 Y respondiendo el Centurion, dijo: Señor, no soy
digno de que entres en mi casa: mas mándalo con tu
palabra, y será sano mi siervo ".

9 Pues tambien yo soy hombre sujeto á otro, que
tengo soldados á mis órdenes, y digo á este: Ve, y va:
y al otro : Ven y viene: y á mi siervo: Haz esto, y lo
hace 7.

10 Cuando esto oyó Jesús, se maravilló, y dijo á
los que le seguian: Verdaderamente os digo, que no
he hallado fe tan grande en Israéi o.

11 Y os digo, que vendrán muchos de Oriente, y de
Occidente, y se asentarán con Abraham, y Isaac, y
Jacob en el reino de los cielos:

12 Mas los hijos del reino 10 serán echados en las ti-
nieblas esteriores allí será el llanto y el crugir de
dientes 14.

13 Y dijo Jesús al Centurion : Ve, y como creiste,
así te sea hecho. Y fue sano el siervo en aquella hora.
14 Y habiendo llegado Jesús á la casa de Pedro 1o,
vió á su suegra que yacia en cama, y con fiebre:

12

15 Y le tocó la mano, y la dejó la fiebre, y se le-
vantó, y los servia.

16 Y siendo ya tarde 13, le presentaron muchos en-
y sometido á otros, los que lo están á mí, me obedecen
prontamente cuando les mando alguna cosa: ¿cuanto mas
bien sereis vos obedecido, siendo un Dios todopoderoso é
independiente, luego que mandareis y ordenareis alguna
cosa?

8 Cuando Jesucristo se maravilló de la respuesta del cen-
turion, ninguna cosa admirable encontraba en ella, sino lo
que él mismo habia inspirado en el corazon de este oficial
por su gracia; pero maravillándose de esta gran fe en un
gentil, queria que la admirasen no solamente todos sus
discípulos, y Judíos que le seguian, sino tambien toda la
posteridad.

A semejanza de este gentil, vendrán otros muchos con
igual fe de todas las partes del mundo, y merecerán el pre-
mio que está destinado para los verdaderos hijos de Abra-
ham, de Isaac y de Jacob.

10 Mas los hijos del reino; esto es, los herederos natu-
rales, los Hebreos, en quienes ha estado la verdadera reli-
gion, el templo, el sacerdocio, la ley del verdadero Dios, y
á quienes principalmente pertenecen las promesas de la salud
y del reino eterno, serán escluidos de él por su culpa, y ar-
rojados en las tinieblas esteriores del infierno. Esto hace
alusion á los festines que se celebraban de noche. La sala
del festin estaba toda iluminada, mientras que fuera no rei-
naban sino tinieblas: y asi este lugar se puede traducir:
Mas los hijos del reino serán echados fuera en las tinie-
blas: todo lo cual es figurado. Véase S. MATHEO XXV, 1, 41,
seqq. y S. LUCAS XIII, 24.

14 Al cumplimiento de este suceso mira tambien lo que
anunció SOPHONIAS I, 15. Véase S. MATHEO Xxi, xxiv, 8,
21. Luc. xxi, 25, 26, xxiii, 30.

18 En la misma ciudad de Chaparnaum.

13 Era sábado, y hasta ponerse el sol no querian los Judíos
hacer cosa alguna. Entonces presentaron los enfermos á Jesús.
Véase S. MARCOS 1, 32, y S. LUCAS IV, 40. Esta espresion,
6 como se lee en S. MARCOS 1, 32, οψίας γενομένης, ὅτε ἔου

5 MS. E es maltrecho. Vean este ejemplo aquellos seño-os; Vespere facto, cum occidisset sol, ó como en el
res inhumanos que maltratan á sus siervos, no se cuidan
de ellos, y en sus mayores necesidades no acuden á socor-
rerlos.

Jesucristo solamente con acercarse á la casa del centu-
rion encendió su corazon, le descubrió su divinidad, que
ocultaban los velos de un cuerpo mortal, y le hizo decir es-
tas escelentes palabras, que han merecido ponerse en la boca
de todos los cristianos, cuando reciben el adorable cuerpo
de Jesucristo.

7 Como si dijera: Si no obstante que yo estoy subordinado

Hebreo, wpwn ny'i aw in vespera, post oc-
casum solis, que señala el tiempo en que traian al Señor
los enfermos, es enfática, y que no sin gravísima causa
añade aquí el sagrado Evangelista. Véase THEOPHILACT. in
MARC. Cap. 1, et in MATTH. Cap. vii, et in Luc. Cap. iv.
CHRYSOSTOMO homil. xxvII, in MATTH. VIII. Dejando à un
lado la religion del sábado, del que era Señor Jesucristo, y
en que sin faltar á ella podia curar, como él mismo dió en
rostro á los Judios; parece que la razon principal era, por-
que en aquella sazon era cuando los enfermos eran mas ator-

a Levit. xiv, 2. Luc. vII, 1.-b Luc. vII, 5.-- Malach. 1, 11.-d Marc. 1, 52.

mentados, como que era la hora en que como la esperiencia
muestra, se agravan mas los enfermos: por manera que por
aquí podemos inferir que el Señor para descubrir mas su
virtud omnipotente, los curaba en aquel tiempo en que es-
taban mas agravados, desahuciados y sin esperanza. Esto
se confirma con otra espresion no menos enfática que se lee:
xaxe Xortes, que conviene á los mismos, perdité et des-
perate ægrotantes, immo morti ipsi proximi. Véase SAN
Luc. Cap. VII, 2, en que hablando del siervo del Centurion
dice: xaxes Exor queλhe tehevtār, pessime habens, jamjam
moriturus erat: en donde por una especie τñs exéžnyńσews,
añade: îμeλhe reλeur, que significa lo mismo. SAN LUCAS
Cap. vi, 5, refiriendo el mismo suceso escribe: devs
Baoansouros, que con la misma énfasis corresponde perfec-
tamente τῷ κακῶς ἔχειν, γ S. MATHEO XVII, 15 : καλής πασχει,
y S. MARCOS lo mismo VI, 55, y en otros lugares: y así
κακῶς ἔχειν, equivale å έσχατως έχειν, in extremis esse.
MARC. ν. 25. Κακώς έχεῖν, es, κακίον, ὁ κάκιστο ἔχειν: es
cosa sabida que los grados de la comparacion se substituyen
unos por otros en los escritores sagrados y profanos. Véase
sobre todo esto la docta disertacion de DANIEL GUILLELMO
TRUNELL. De vespertina mortuorum curatione divina.

Este lugar de ISAIAS LIII, 4, que cita aqui S. Matheo,
se entiende principalmente, segun S. JUAN CHRYSOSTOMO de
las enfermedades espirituales de nuestra alma, que el Señor
haciéndose hombre se dignó tomar sobre si, ofreciéndose
como una victima á la justicia de su Padre para satisfacer
por nosotros. El Evangelista habla tambien de las enferme
dades corporales, porque son efectos del pecado. Y además
de esto por las curaciones del cuerpo se indican las que hizo
el médico divino en las almas.

De Genesareth. O huyendo de la vanagloria, para dar-
nos ejemplo de humildad; ó para evitar la envidia de los
Sacerdotes, phariseos y doctores de la ley; ó para ejercer
una grande misericordia. S. JUAN CHRYSOSTOMO.

Estas palabras podian hacernos creer que este hombre
era de gran virtud; pero la respuesta del Salvador nos da á
conocer que sus miras eran muy viles, y parecidas tal vez
á las de Simon el Mago. Le da, pues, à entender el Señor,
que es muy necio, el que quiere seguirle, poniendo la mira

en grandezas humanas; puesto que el mismo Señor no tiene
ni casa ni lecho, en donde pueda recostar su cabeza.
4 MS. Nios.

5 Este era ya del número de los discípulos del Señor; pero
para seguirle, le pide que le permita ir antes á hacer los úl-
timos oficios con su padre, de asistirle en su vejez, y de
enterrarle despues de muerto: cosa que en sí misma era
loable, dice S. JUAN CHRYSOSTOMO, pero que el Señor se la
niega; porque habiendo otros que podian enterrar á sus pa-
dres, queria darnos á entender que cuando nos llama debe-
mos seguirle, atropellando con todos los estorbos que puedan
detenernos; y que para nosotros no debe haber negocio de
mayor importancia que el de nuestra salvacion.

6 Como si dijera: Tu padre ha muerto, no solo para la
vida del cuerpo, sino tambien para la vida de la fe. Deja,
pues, el cuidado de enterrar sus muertos, á los que son in-
fieles, y están verdaderamente muertos delante de Dios.
Asi S. JUAN CHRYSOSTOMO, S. AGUSTIN Y S. GERÓNIMO.
y

7 El Señor los reprende, como á hombres de poca fe;
porque el temor que los turbaba, no procedia tanto del pe-
ligro en que se veian, como de que no tenian todavia la idea
que debian de Jesucristo, y por esto llenos de admiracion,
preguntan despues: ¿quién es este, á quien los vientos y
el mar obedecen? El CHRYSOSTOMO. Hom. XXIX.

8 MS. E ouieron grand segurança.

9 Eran muy espaciosos y como unas grandes grutas ó ca-
vernas; como se ve en muchos lugares de la Escritura y de
la Historia Sagrada. Distaban de las ciudades y poblados;
porque los cadáveres no inficionasen el aire con su corrup-
cion, y porque los que se acercaban á ellos, quedaban im-
puros, segun la ley. Numer. xix, 11. En S. MARCOS v. 1,
y en S. LUCAS VIII, 25, se habla de un solo endemoniado
que sin duda era el mas furioso) que declaró, que estaba
poseido de una legion de demonios, y que despues quiso se-
guir a Jesucristo: lo cual no habiendo conseguido, se hizo
muy recomendable, esparciendo y divulgando el milagro que
el Señor habia obrado en su favor. El personaje principal de
una accion suele llamar toda la atencion de un historiador,
y le hace olvidar á los otros, en quienes no concurren igua-
les circunstancias.

* Isai. Lu, 4. 1 Petr. 1, 24.~d Luc, tx, 54. Marc. iv, 36. Luc. vin, 22.-d Marc. v, 1, Luc. vin, 26.

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et tibi, Jesu fili Dei? Venisti huc ante tempus torquere nos?

a

30 Erant autem non longè ab illis grex multorum porcorum pascens.

31 Dæmones autem rogabant eum, dicentes: Si ejicis nos hinc, mitte nos in gregem porcorum. 32 Et ait illis Ite. At illi exeuntes abierunt in porcos, et ecce impetu abiit totus grex per præceps in mare : et mortui sunt in aquis.

33 Pastores autem fugerunt : et venientes in civitatem, nuntiaverunt omnia, et de eis, qui dæmonia habuerant.

34 Et ecce tota civitas exiit obviàm Jesu: et b viso eo rogabant, ut transiret à finibus eorum.

mos nosotros contigo, Jesús Hijo de Dios? ¿Has venido acá á atormentarnos antes de tiempo 1?

30 Y no lejos de ellos andaba una piara de muchos puercos paciendo.

31 Y los demonios le rogaban, diciendo: Si nos echas de aquí, envianos á la piara de puercos.

32 Y les dijo: Id. Y ellos salieron, y se fueron á los puercos, y en el mismo punto toda la piara corrió impetuosamente, y por un despeñadero se precipitó en la mar y murieron en las aguas 5.

33 Y los pastores huyeron y venidos á la ciudad, lo contaron todo, y el suceso de los endemoniados.

34 Y salió toda ciudad á encontrar á Jesús: y cuando le vieron le rogaban, que saliese de sus términos 6.

Capítulo IX.

Sana el Señor á un paralítico. Murmuracion de los escribas. Vocacion de Matheo el publicano. Responde á los phariseos que le calumnian. Libra á una mujer de un flujo de sangre. Resucita à una niña, y da vista á dos ciegos. Sana á un endemoniado mudo, y obra otros milagros. Parábola de la mies y de los trabajadores.

1 Et ascendens in naviculam, transfretavit, et venit in civitatem suam.

2 Et ecce offerebant ei paralyticum jacentem in lecto. Et videns Jesus fidem illorum, dixit paralytico: Confide fili, remittuntur tibi peccata tua.

3 Et ecce quidam de Scribis dixerunt intra se : Hic blasphemat.

4 Et cùm vidisset Jesus cogitationes eorum, dixit: ¿Ut quid cogitatis mala in cordibus vestris?

5¿Quid est facilius dicere: Dimittuntur tibi peccata tua: an dicere: Surge, et ambula?

6 Ut autem sciatis, quia filius hominis habet potestatem in terra dimittendi peccata, tunc ait paralytico Surge, tolle lectum tuum, et vade in domum tuam.

7 Et surrexit, et abiit in domum suam.

1 Antes del dia del juicio, en el que serán juzgados por el Hijo del Hombre, DANIEL VII, 13, y condenados á eternas penas, juntamente con todos los hombres que hubieren arrastrado á ser compañeros de su desgracia. S. AGUSTIN.

2 El Griego: è μaxpȧr àπ' avτwr, y habia lejos de ellos.

3 El Griego: Exitpe↓or åμir åxe20ev, déjanos ir. Dios permite el mal, no lo manda.

4 El Griego : εἰς τὴν ἀγέλην τῶν χώρων & la piara de los puercos. Es probable que estos fuesen de algun gentil, pues habitaba un gran número de ellos en Gesara, y en todo aquel país, que por esta razon se llamó Galilea de los gentiles. Puede ser tambien que los criasen los mismos Hebreos para venderlos á los gentiles, y particularmente a los Romanos. Se ve y resplandece un justo castigo en esta permision del Señor: Si los puercos eran de los Judíos, porque ejercian un comercio ilícito, escandaloso y muy odioso á la nacion; si sus dueños eran gentiles, quiso castigar los escarnios que estos hacian á los Judios, insultándolos porque se abstenian de comer carne de puerco.

5 Cuando el demonio no puede hacer á los hombres todo el mal que quiere, les hace todo el que puede ó se le permite. 6 En vez de adorar al Señor y admirar su infinito poder, son tan ciegos, que apartan de sí á su Salvador, negándose á recibir la luz del Evangello. Y la muerte de algunos animales hizo mayor impresion en su corazon, que el milagro de haber librado dos endemoniados tan conocidos por toda aquella tierra. Alejando de sí al autor de la vida y de la salud, y alejándose ellos de él, quedaron mas esclavos de aquellos mismos demonios, cuyo furor temian. CHRYSOSTOMO.

7 Capharnaum; porque, como dice Theophilacto, Cristo nació en Bethlehem, se crió en Nazareth, y habitó en Capharnaum.

8 Los otros Evangelistas, MARCOS II, 2. LUCAS v, 18, añaden otras circunstancias á este prodigio. Dicen que no pudiendo acercarse al Señor, los que llevaban al paralítico, por la grande multitud de gente que llenaba la casa y qué escuchando sus palabras, tenia tomada la entrada, subieron

1 Y entrando en un barco, pasó á la otra ribera, y fue á su ciudad 7.

2 Y he aquí le presentaron un paralítico postrado en un lecho. Y viendo Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico Hijo, ten confianza, que perdonados te son tus pecados &

3 Y luego algunos de los escribas dijeron dentro de sí: Este blasfema ".

4 Y como viese Jesús los pensamientos de ellos, dijo: ¿Por qué pensais mal en vuestros corazones?

5 ¿Qué cosa es mas fácil, decir: Perdonados te son tus pecados ó decir: Levántate y anda 10?

6 Pues para que sepais, que el Hijo del hombre tiene potestad sobre la tierra de perdonar pecados, dijo entonces al paralítico : Levántate, toma tu lecho, y

vete á tu casa.

7 Y levantóse, y fuese á su casa.

al tejado, descubrieron una parte de él, y por la abertura descolgaron la cama y al paralítico en ella, y le presentaron al Señor lo que prueba una fe muy viva que les inspiró un medio tan estraordinario para salir con su intento. Esto lo pudieron hacer fácilmente, porque las casas de los orientales por la mayor parte no eran, y aun ahora no son sino bajas, y sin divisiones de altos. Tenian terrados, adonde se subia por una escalera para tomar el fresco á horas competentes en el estio. Calmet, in MARC. II, 4, observa que en medio de la plataforma habia una abertura, cerrada con una trampa, y alrededor de ésta una balaustrada: que se habria esta trampa para dar luz y aire al aposento que estaba debajo y que se cerraba, cuando el sol era muy ardiente, ó para impedir que cayese la lluvia ó la nieve.

9 Como los doctores de la ley le tenian por un puro hombre, y sabian por otra parte, que el perdonar los pecados pertenecia solamente á Dios, le acusaron en su interior de blasfemo y de que se usurpaba un poder que era propio de Dios. Pero el Señor penetrando sus mas ocultos pensamientos, les dió bien claro á entender que era Dios, descubriéndoles lo que pensaban en el secreto de sus corazones, lo que tambien es propio de Dios.

10 Cual de estas dos cosas es mas facil: sanar el cuerpo de un paralítico ó perdonar los pecados del alma? No hay duda, que el curar un paralitico; porque cuanto el alma es mas escelente que el cuerpo, otro tanto son mayores sus enfermedades, y mas dificiles de curar. Esto no obstante, por cuanto la curacion del alma es oculta, y la del cuerpo visible y manifiesta, quiero haceros conocer la verdad de lo que no está patente à vuestros ojos, por lo mismo que veis con ellos. SAN GERÓNIMO. Fuera de esto, los Judíos creian que todas las enfermedades son consecuencias y efectos de los pecados que cometen los hombres. Oyendo por otra parte al Señor decir al paralitico: Tus pecados te son perdonados, hacian en su interior este argumento: Dios solo es el que puede perdonar los pecados: LUCAS v. 21, este dice que tiene potestad de perdonarlos; luego este se usurpa una potestad que solamente pertenece á Dios, y por consiguiente

■ Marc. v, 11. Luc. vIII, 32.-b Marc. v, 17. Luc. vi, 37.- Marc. 11, 3. Luc. v, 18.

8 Videntes autem turbæ timuerunt, et glorificaverunt Deum, qui dedit potestatem talem hominibus.

a

9 Et cùm transiret indè Jesus, vidit hominem sedentem in telonio, Matthæum nomine. Et ait illi: Sequere me. Et surgens, secutus est eum.

10 Et factum est discumbente eo in domo, ecce multi publicani, et peccatores venientes discumbebant cum Jesu, et discipulis ejus.

11 Et videntes Pharisæi, dicebant discipulis ejus: ¿Quare cum publicanis, et peccatoribus manducat Magister vester?

12 At Jesus audiens, ait : Non est opus valentibus medicus, sed malè habentibus.

13 Euntes autem discite quid est : Misericordiam volo, et non sacrificium : Non enim veni vocare justos, sed peccatores.

14 Tunc accesserunt ad eum discipuli Joannis, dicentes:Quare nos, et Pharisæi jejunamus frequenter, discipuli autem tui non jejunant?

15 Et ait illis Jesus: Numquid possunt filii sponsi lugere, quamdiu cum illis est sponsus? Venient autem dies cum auferetur ab eis sponsus : et tunc jejunabunt.

16 Nemo autem immittit commissuram panni rudis in vestimentum vetus: tollit enim plenitudinem ejus à vestimento, et pejor scissura fit.

17 Neque mittunt vinum novum in utres veteres. Alioquin rumpuntur utres, et vinum effunditur, et utres pereunt. Sed vinum novum in utres novos mittunt, et ambo conservantur.

es un blasfemo. El Señor los convence por sus mismos principios, y curando al paralítico con sola su palabra, les hace ver, que pues tiene potestad para curar los efectos del pecado, segun ellos creian, la tenia tambien para curar la causa, y por consiguiente tambien, que era Dios, que podia perdonarlos.

No se dice el efecto que hizo la evidencia de este milagro en el espíritu de los escribas; pero es de presumir, que quedaron tan obstinades, como lo eran antes de verle. La evidencia de la verdad en corazones corrompidos no hace otro efecto ordinariamente, que escitar la envidia, la cólera, la desesperacion. Cuando los phariseos no podian mirar los milagros del Salvador, los atribuian à artes diabólicas, y á secretos de magia: y no tenemos cosa que nos persuada, que estos escribas fuesen mas humildes, mas religiosos y mas dóciles que los phariseos. Las gentes sencillas del comun del pueblo, fueron las que viendo el prodigio, temieron y loaron á Dios, por haber dado tal potestad á los hombres. Por tal tenian al Señor, por no estar todavía persuadidos de su divinidad, bien que esta era una buena disposicion para

creerlo.

Los otros Evangelistas le llaman Levi, porque era menos conocido por este nombre; pero él á sí mismo se nombra Matheo y publicano, sin temer declarar el empleo en que se hallaba de cobrar los tributos públicos, que era tenido por infame entre los Judíos. Véase el v. 46 del Cap. v. Se llamaba telonio, el banco, la mesa y lugar, en donde se cobraban las rentas públicas.

3(Como consta del Evangelio de S. LUCAS v, y de SAN MARCOS 1.) De Matheo, el cual siguió al punto al Salvador; Y para manifestar su reconocimiento é interior regocijo, celebró un gran festin, al que convidó al Señor a sus discípulos y a muchos publicanos y compañeros suyos. Jesucristo quiso asistir á este convite, y hallarse en medio de estos publicanos y pecadores, como un médico lleno de caridad, que no puede curar á sus enfermos, sino sufriendo su hedor y molestia. S. GREGORIO NAZIANZENO.

Quiso el Señor hacer conocer á los phariseos la malicia su acusacion, diciéndoles que por los pecadores habia venido al mundo; esto es, por aquellos pecadores que reconociendo humildemente sus pecados, los destestaban y se enmendaban; y no por los sanos; esto es, por.aquellos que teniéndose por sanos y justos, aunque en su corazon alimentasen la corrupcion, el orgullo y la hipocresía, semejantes á los frenéticos, parecian fuertes; pero su fuerza

8 Y cuando esto vieron las gentes ron á Dios, que dió tal potestad á los

9 Y pasando Jesús de allí, vió á u taba sentado al banco, llamado Math gueme. Y levantándose le siguió.

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10 Y acaeció que estando Jesús senado a a mesa en la casa 5, vinieron muchos publicanos y pecadores, y se sentaron á comer con él, y con sus discípulos.

11 Y viendo esto los phariseos, decian á sus discípulos; ¿Por qué come vuestro Maestro con los publicanos y pecadores?

12 Y oyéndolo Jesús, dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos

13 Id pues, y aprended qué cosa es : Misericordia quiero, y no sacrificio 5: Porque no he venido á llamar justos, sino pecadores.

14 A esta sazon se llegaron á él los discípulos de Juan, y le dijeron: ¿Por qué nosotros y los phariseos ayunamos muchas veces, y tus discípulos no ayunan?

15 Y Jesús les dijo: ¿Por ventura pueden estar tristes los hijos del esposo, mientras que está con ellos el esposo? Mas vendrán días, en que les será quitado el esposo: y entonces ayunarán.

16 Y ninguno echa remiendo de paño recio en vestido viejo : porque se lleva cuanto alcanza del vestido, y se hace peor la rotura 7.

17 Ni echan vino nuevo en odres viejos. De otra manera, se rompen los odres, y se vierte el vino, y se pierden los odres. Mas echan vino nuevo en odres nuevos, y así se conserva lo uno y lo otro 8.

consistia en lo violento y grande de la fiebre que los consumia. S. AGUSTIN.

Este es un testo de OSEAS VI, 6, que los Judíos no querian entender. El Griego añade sis távolar, á penitencia; y así lo cita tambien S. LUCAS, contando este mismo suceso, v. 33, como si dijera: yo estimo mas el sacrificio interior del corazón que el esterior y carnal. Los llamó justos irónicamente, y en el mismo sentido en que Dios dijo á Adam: Hé aquí Adam, que es como uno de nosotros, Gen. III, 22, porque estos falsos justos se hacian indignos de la misericordia de Jesucristo, pretendiendo que la negase á los pecadores, y escluyéndose ellos de este número. S. JUAN CHRYSÓSTOMO.

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6 SAN LUCAS, Cap. v, da á entender que los phariseos hicieron esta nueva tentativa ó insulto á Jesucristo por si mismos. Mas en el estilo de la Escritura; y aun en el uso comun suele atribuirse una cosa á aquel, por cuyo mandato, consejo ó instigacion se hace. Confundidos, pues, los phariseos con las respuestas del Salvador, se valieron de los discipulos de S. Juan para atacarle de nuevo. Y en vez de imitar la profunda humildad de su maestro, llegaron estos á preguntar al Señor de un modo tan orgulloso, que merecia una severa reprension. Pero el Hijo de Dios se contentó con instruirlos, usando de la mayor dulzura y diciéndoles : Que los hijos del esposo no podian estar tristes, mientras que el esposo estaba en su compañía. Esta es una frase hebrea; y así los hijos del esposo, no quiere decir otra cosa, que sus amigos ó compañeros; haciendo alusion á la costumbre que habia antiguamente, de dar á los que se casaban, algunos jóvenes que los acompañasen en todas las ceremonias de su boda, y estos se llamaban los hijos del esposo.

MS. En uestidura uiedra.

7 La version antigua: Quita su fortaleza del vestido viejo, y es mayor la rotura.

8 Los odres y el vino. Con todas estas comparaciones quiso dar á entender el Salvador, que sus discípulos, como todavía no habian sido renovados por el Espíritu Santo, no debian ser cargados con escesivas obras de penitencia. Pero luego que les fue quitado el esposo; esto es, despues de la muerte de Jesucristo, su vida fue una continua mortificacion. Enseña tambien con esto, que no se ha de atender tanto á la mortificacion, que se crea estribar en ella precisamente la sustancia de la ley, ó que por esta faltemos á los deberes esenciales de nuestro propio estado.

* Marc. I, 14. Luc. v, 27.-b Thimoth. 1, 15. Marc. n, 18. Luc. v, 32,

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