Cap. II.-Del divino acuerdo y altísimo con-
sejo de las tres divinas personas sobre
la salud y remedio de los hombres por
la Pasión y muerte del Verbo eterno encar-
nado....
Cap. III.-Cómo desde el punto que el divino
Verbo encarnó en las entrañas de la Virgen
nuestra Señora, para redimir los hombres,
nunca se olvidó desta su obra, y siempre an-
duvo en una cruz mental hasta que expiró
en el Calvario ....
Cap. IV.-En que se prosigue la materia de la
cruz mental, y se declara cuánto mayores
fueron las penas que Cristo sintió en su áni.
ma que las que padeció en el cuerpo, y del
fundamento desta doctrina. . .
Cap. V. Y discurso notable, en que se prosi-
gue la materia de la cruz mental de Cristo y
se descubre la grandeza de los dolores de
su alma....
Cap. VI.-De cuán debida es la memoria de la
pasión de Cristo Señor nuestro en el hom-
bre cristiano....
Cap. VII.-En que se prosigue la misma mate-
ria, y en especial se trata de cuán amorosa,
cuán agradable y cuán provechosa es la me-
moria de la sagrada Pasión y cómo abraza
en si toda perfección. . . .
Cap. VIII.-De una maravillosa división que
hacen de la Pasión de Cristo Señor nuestro
San Buenaventura, Santo Tomás, San Ber-
nardo y Henrico Harpio. . . .
Cap. IX.-De cómo por su voluntad, sabien-
dolo y queriéndolo, se entregó Cristo á la
muerte por la salud y remedio de los hom-
bres, para obligarnos más á servirle y amar-
le por este camino.
Cap. X.-En que se trata si fué posible salvar-
se los hombres por otro camino que el de la
muerte de Cristo Nuestro Redentor, y si fué
éste el mejor medio de todos..
Cap. XI.-En que se trata de las convenien-
Cap. XV. Que se debe llorar la muerte de
Cristo Señor nuestro, aunque hay materia de
LAUS DEO, B. MARIAE IMMACULATAE, BEATOQUE FRANCISCO. AMEN.