Floresta de rimas modernas castellanas: ó, Poesías selectas castellanas desde el tiempo de Ignacio de Luzan hasta nuestros días, Volume 2Rohrmann y Schweigerd, 1837 - 515 pages |
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acento adora ALBERTO LISTA alegría Aliatar alma Alpes altiva amante amigo amor Anacreonte ANGEL DE SAAVEDRA Apolo ardiente arrebatado aurora avaro beldad bella Bétis blando brazos brilla canto céfiro ciego cielo Cinosura Citéres corazon delicias despues dice dichoso dijo divino dolor dulce EPIGRAMAS espanto España español esposa eterno favonio fiera flores frente fuego furor gime gloria goza grito guijuelas halaga halla Helicona hermosa hijos horror Huye Iberia impía infeliz inocente jamas labio lanza llanto llena llorar lumbre Madrid mano Mira mísero Moratin morir mortal muerte mundo Nació ninfas noche nombre nube ojos ondas orbe patria pecho piélago placer poesías poeta rayo reina ronco rosa Roselia rostro sangre satírico seno sepulcro Sevilla soberbia sombra suspiro tambien Témis Terpsícore tierno tierra tirano torno triste triunfo trono tumba umbría venganza ventura Vénus victoria viento virtud vivir vuelo yace zagal
Popular passages
Page 162 - No hay picarón tramposo, venal, entremetido, disoluto, infame delator, amigo falso, que ya no ejerza autoridad censoria en la Puerta del Sol, y allí gobierne los Estados del mundo; las costumbres, los ritos y las leyes mude y quite. Próculo, que se viste, y calza, y come de calumniar y de mentir, publica centones de moral.
Page 166 - ¿No es completa desgracia, que por ser hoy mis días, he de verme sitiado de incómodas visitas? Cierra la puerta, mozo, que sube la vecina, su cuñada y sus yernos por la escalera arriba. Pero ¡qué!..., no la cierres; si es menester abrirla; si ya vienen chillando doña Tecla y sus hijas. El coche que ha parado, según lo que rechina, es el de don Venancio, ¡ famoso petardista ! ¡ Oh ! Ya está aquí don...
Page 475 - Recamado de estrellas y luceros; Por él rueda la luna. Y entonces tú, de niebla vaporosa Vestido, dejas ver en formas vagas Tu cuerpo colosal, y tu diadema Arde al par de los astros.
Page 114 - Así, rota la vela, abierto el lado, pobre bajel a naufragar camina, de tormenta en tormenta despeñado, por los yermos del mar; ya ni en su popa las guirnaldas se ven que antes le ornaban, ni en señal de esperanza y de contento la flámula riendo al aire ondea. Cesó en su dulce canto el pasajero...
Page 147 - ¿Por qué, por qué benigna, Clamé, bañado en llanto de alborozo, Osas pisar, señora. Esta morada indigna, Que tu respeto y tu virtud desdora? ¡Ah!, si a la fuerza del inmenso gozo, Del placer celestial que el alma oprime, Hoy a tus plantas espirar consigo, Mi fiebre, mi prisión, mi fin bendigo.
Page 476 - La benéfica llama, Por la llama y los fúlgidos destellos Que lanza, reflejando al sol naciente, El arcángel dorado que corona De Córdoba la torre.
Page 476 - ... mis pesares busco dulce olvido del sueño entre los brazos, sin saludarte, y sin tornar los ojos a tu espléndida frente. ¡Cuántos, ay, desde el seno de los mares al par los tornarán!... Tras larga ausencia unos, que vuelven a su patria amada, a sus hijos y esposa.
Page 320 - ¿Quién cubrió tus mejillas celestiales De horror y palidez? ¿Cuál brazo impío A tu frente divina Ciñó corona de punzante espina? Cesad, cesad, crueles; Al santo perdonad, muera el malvado. Si sois de un justo Dios ministros fieles, Caiga la dura pena en el culpado: Si la impiedad os guía Y en la sangre os cebáis, verted la mía.
Page 79 - Luzón te admira, siempre sembrando el bien en tu camino, y al acercarte al industrioso Chino es fama que en su tumba respetada por verte alzó la venerable frente Confucio, y que exclamaba en su sorpresa: "¡Digna de mi virtud era esta empresa!
Page 161 - América infeliz ; por él Europa, " La culta Europa, en el Oriente usurpa " Vastas regiones ; porque puso en ellas " Naturaleza el cinamomo ardiente ; " Y para que más grato el gusto adule " Este licor, en duros eslabones " Hace gemir al atezado pueblo " Que en África compró, simple y desnudo. " Oh. ! ¡ qué abominacion ! " Dijo, y llorando Lágrimas de dolor, se echó de un golpe Cuanto en el hondo cangilon quedaba.