EpistolarioEdiciones de "La Lectura,", 1915 - 318 pages |
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alabanza Alejandro Magno alma amor anfisbena ángeles ayuno Baltasar Gracián Bibl breza buena buscar caridad causa cerle chos Cielo cilicios ción Constantino corazón cosas criados cristiano Cristo cuerpo culpa daño dativo debe decir dellas demonio deseo desta desto devoción dice DÍCESE dijo Diocleciano divina doctrina emperador engaño Epístola espíritu espiritual estatua estimación eterna Eusebio Nieremberg falsa falta fortaleza Gerión gloria gracia gusto hacienda hierarquía hijo honra humildad igle iglesia de Santa imitación Iuan Joram libro de Job limosna llaman males mano mejor mirar modo Monte Celio mortificación mundo NARCISO ALONSO CORTÉS obispo obras ocasión oración Pablo paciencia padece padre Nieremberg pecados pedir Pedro peligros penitencia persona pidamos pobreza preposición procurar Prólogo y notas proprio prudencia Purgatorio quiere quitar razón recibir Redemptor religión reliquias remedio riquezas Sacramento Santa María Santísimo soberbio sufrir sustento templo tenía vencer verdadero vicios virtud voluntad
Popular passages
Page 73 - ... estantiguas llama el vulgo español a semejantes apariencias o fantasmas, que el vaho de la tierra, cuando el sol sale o se pone, forma en el aire bajo, como se ven en el alto las nubes formadas en varias figuras y semejanzas.
Page 117 - AJbenabó, su señor, a quien ellos levantaron por segundo rey, estaban en aquella congregación como diputados en nombre de toda la Alpujarra ; y por tener alguna cabeza en quien se mantuviesen unidos, más que por sujetarse a otras sino a las que el rey de Argel los nombrase, resolvieron en 27 de...
Page 17 - ... contemporánea de la de Gracián y Quevedo. Hijo de criados alemanes de la emperatriz doña María de Austria, ingresó en la Compañía — sin consentimiento paterno— a los diecinueve años. Su vida fue de tanta austeridad y mortificación, que al morir se le encontraron varias costillas rotas "cerca del estómago, y un hoyo tan capaz, que cabía en él un puño; porque, como arrimaba el cuerpo a la mesa para escribir, hacía fuerza contra sí con las cadenas y hierros de cilicio con tanto...
Page 68 - Buen caballero, dejad el mundo engañoso y su halago ; vuestro corazón de acero muestre su esfuerzo famoso en este trago; y pues de vida y salud hicistes tan poca cuenta por la fama, esfuércese la virtud para sufrir esta afrenta que os llama.
Page 159 - Yo no sé si continuará siendo más fácil que entre un camello por el ojo de una aguja que un rico en el reino de los cielos ; pero un camello cargado de dinero entra por todas partes.
Page 226 - Quijote-, que sabes poco de achaque de aventuras; lo que yo digo es verdad, y ahora lo verás. Y, diciendo esto, se adelantó y se puso en la mitad del camino por donde los frailes...
Page 123 - ... de su marido se deja entender ; y los epítetos que debe afectar la buena casada son los siguientes : muy cuerda, muy retirada, muy virtuosa, muy señora, muy ejemplar y devota. Y guárdese de los que se siguen : muy entendida, bizarra, galante, gallarda, entretenida, gustosa, discreta y alegre ; porque aunque estas alabanzas, si se entienden con templanza, pueden quedarse dentro de la virtud, pero en el común modo de hablar y discurrir son los pasos y medios más breves para salir muy presto...
Page 6 - ... ofendido, enseña por donde le han de ofender. Lo que has de pedir, no lo niegues ; ni pidas lo que has de negar. Ni se ha de negar justicia á quien la pide, ni misericordia al que la merece. Pocos hay mas para temer que á los hombres temerosos, pues se arman de traicion por lo que les falta de valor. Si te acuerdas que eres hombre, no te parecerán nuevas tus calamidades ; y si atiendes las ajenas, no te parecerán grandes las tuyas.
Page 117 - ... los esclavos para que no estuviesen solícitos de que los diesen carta de horro, sino que permaneciesen esclavos, sirviendo a Dios en su estado, sin buscar otro. Tampoco busque libertad la casada, sino permanezca en la sujeción de su marido, a quien ha de mirar como a Cristo y sufrirle como a tal ; y entienda que como la religión es estado de penitencia, el matrimonio es estado de tribulación, según habla el Apóstol ; esto es, de trabajo, para que lo que el religioso merece con las asperezas...
Page 95 - Y leyéndola, recibió grande alteración. El rey le dijo: -No te congojes, aunque tengas por qué; sábete que ninguna cosa me pedirá el alcaide de Alora, que yo no lo haga. Y así te mando que vayas luego a Alora y te veas con él, y perdones tus hijos, y los lleves a tu casa, que, en pago de este servicio, a ellos ya ti haré siempre merced.