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las otras en tiempo de Antioco, y las que no se pudiesen en estos tiempos (como es evidente que no se pueden casi todas) contraerlas solamente á algunos culpados mas insignes de la nacion; mas no á toda la nacion en general, porque esto hubiera sido una temeridad, una impiedad, un error, una herejía. En una palabra, no hubo jamas rabino alguno, ó escriba, ó legisperito que viese, ni sun siquiera sospechase, que podian verificarse á la letra todas aquellas profecías, tan espresamente contrarias al pueblo santo, despues de haber reprobado y crucificado á su Mesías: y en consecuencia de este y de otros gravísimos delitos, habia de ser abandonado de su Dios, privado enteramente del honor de pueblo suyo, de esposa suya, de iglesia suya, &c., arrojado de la herencia de sus padres, y esparcido ácia todos los vientos para ser el desprecio, el oprobio y la fábula de todas las gentes.

15. Mucho menos les pasó por el pensamiento, que de estas gentes que tanto despreciaban se habia de sacar otro pueblo de Dios, otra esposa, otra iglesia, sin comparacion mayor, no solo en número, sino en justicia, en santidad, en dignidad, en fidelidad, infinitamente mas agradable á Dios, y mas digna del mismo Dios. Tan lejos estaban de estos pensamientos, y tan ajenos de estas ideas, que aun los primeros cristianos, que tenian las primicias del espíritu* se escandalizaron y reprendieron á S. Pedro, porque habia entrado en casa del centurion Cornelio, y bautizado á toda su familia. ¿Por qué entraste á gentes que no son circuncidadas, y comiste con ellas†? ¡0 cuanto daño puede hacer el amor propio y el espíritu nacional!

16. Os considero, amigo, con gran curiosidad de ver finalmente á donde va á parar ó terminar este discurso contra mis doctores judios. Yo de buena gana lo cortára aquí, remitiéndome enteramente à vuestro juicio y dicta

• Primitias spiritûs habentes. - Ad Rom. viii, 23.

+ Quare introisti ad viros præputium habentes, et manducasti cum illis? - Act. xi, 3.

men. El temor natural de ser notado de incivil, ó de poco reverente á nuestros mayores, me hace no pocas veces omitir algunas reflexiones, y aun disimular algunas verdades, si no sustanciales, á lo menos bien importantes. Mas, pues me habeis animado tantas veces, y aora mismo, sabiendo que voy á tratar de los judios, me haceis nuevas y mayores instancias sobre que escriba sin recelo; pues las palabras y espresiones menos justas se pueden fácilmente correjir: en este supuesto voy á esplicarme con toda llaneza y simplicidad; sin cuidar ya de otra cosa, que de trasladar fielmente al papel aquello mismo que tengo en la mente, y de que estais íntimamente persuadido.

17. Parece innegable, y cualquiera puede certificarse de ello por medio de sus propios ojos, que muchos doctores cristianos han seguido á proporcion el mismo camino, han correspondido á los judios en la misma especie, y pagadoles puntualmente en la misma moneda. Toda la divina Escritura la interpretan á favor de su pueblo. Todas las profecías, menos las que hablan de rigor, de reprensiones, de amenazas, de castigos, &c., las suponen verificadas en este mismo pueblo suyo, que en algun tiempo era no pueblo...de Dios *. Nada quieren dejar, ó casi nada, para los judios, sino lo que en ellas se halla duro, áspero y amargo. Si la profecía anuncia rigores, si anuncia tribulaciones, si anuncia plagas, se entiende al punto literalmente de los judios: no hay en este caso por qué disputarles lo que es suyo; mas si anuncia favores y misericordias, máximamente si estas son grandes y estraordinarias, entonces ya no puede entenderse literalmente de los judios, sino alegóricamente de los cristianos. Y si como sucede frecuentísimamente una misma profecía, hablando nominadamente de los judios, y con los judios, anuncia lo uno y lo otro, primero castigos, severidad y rigor, despues misericordia y beneficios; en este caso se deberá partir la profecía en dos partes iguales, como se parte una herencia

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Qui aliquando non populus...Dei.-Pet. ep. 1, ii, 10.

entre dos buenos hermanos, dando la primera parte á los judios, y la segunda á los cristianos, y todo esto con tanta sinceridad y con tantas muestras de rectitud y justicia, como les parece observan, cuando dan la parte favorable á los cristianos, en conformidad, que algunos doctores católicos muy célebres, para mejor inteligencia de la sagrada Escritura, establecen sobre esto canon ó regla general, que los mas siguen en la práctica, cuya sustancia es esta.

18. Cuando una profecía hable, aunque sea nominada. mente de las cosas de Israél, de Judá, de Jerusalén, de Sion, &c., anuncia cosas nuevas, grandes y magnificas, las cuales cosas se sabe, por otra parte, no haberse verificado en Israel antiguo, ni en Judá, ni en Jerusalén, ni en Sion; en suma, se sabe de cierto no haberse verificado en los judios, ó israelitas; se debe pensar, que allí se encierra algun otro misterio mucho mayor de lo que suenan las palabras: se debe entender la profecía, solo en sentido figurado y espiritual, no de aquel Israél antiguo, sino del nuevo Israél: no de aquella Jerusalén 6 Sion, que mató los Profetas*, sino de la figurada por esta, que es la iglesia presente: no en fin de la sinagoga de los judios, sino de la iglesia de las gentes.

19. Esta regla general tan recibida, tan seguida, tan usada en todos los intérpretes hasta aora, no se sabe sobre qué fundamento puede estribar; antes por el contrario, parece que claman contra ella todos los derechos sagrados de la veracidad de Dios, de su fidelidad y de su santidad: todos los derechos de la religion, que se funda en esta veracidad de Dios, y aun tambien todos los de la sociedad, pues cada uno tiene derecho á que no le quiten lo que es suyo para darlo á otro. Si el mundo ya se hubiese acabado; si á lo menos se supiese de cierto que ya no hay otro tiempo en que las profecías se puedan verificar en aquellas mismas personas de quienes hablan espresamente, en este solo caso quimérico ¿qué podrémos decir? Las

* Quæ occidit prophetas.-l'ide Mat. xxiii, 37.

profecías no se han verificado hasta aora en aquellas mismas personas de quienes hablan espresa y nominadamente. Esta proposition es cierta é innegable: mas ¿qué se sigue de ahí? ¿ Luego no podran jamás verificarse en estas mismas personas de quienes hablan espresa y nominadamente? ¿Luego no queda otra cosa que decir, sino que las profecías no hablan de aquellas mismas personas de quienes hablan? Luego estas personas de quienes hablan, no podrán ya despertar algun dia de su letargo, abrir los ojos llenos de lágrimas, reconocer á la esperanza de Israél, y con todo esto hacerse dignos de todo lo que anuncian las profecías? ¿A quién me habeis asemejado, é igualado, dice el Santo? ¿Será Dios semejante al hombre que miente, ó al hijo del hombre que se muda?

y no lo hará? ¿Habló, y no lo cumplirá †?

Dijo pues,

20. Es verdad que los doctores cristianos no niegan á los judios, antes les conceden sin dificultad otro estado futuro, muy diverso del que han tenido hasta el presente: no niegan que algun dia han de ser llamados de Dios: no niegan que ellos han de oir, y tambien obedecer á este llamamiento, ni que Dios ha de usar con ellos de sus grandes misericordias: mas todo esto deberá ser, segun nos aseguran, lo primero, un momento antes de acabarse el mundo, como si dijeramos, en artículo de muerte. Esto deberá ser, lo segundo, sin detrimento ni perjuicio alguno de las gentes, que forman aora el pueblo de Dios, aunque la Escritura divina auncie claramente todo lo contrario. Esto deberá ser, lo tercero, con mayor gloria y honra de este pueblo actual de Dios, al cual deberán agregarse los judios, y ser recibidos en él, como por pura caridad y misericordia, sin que el pueblo actual pierda un solo grado de su autoridad.

21. No obstante esta satisfaccion, y esta falsa y funes

¿Et cui assimilastis me, et adæquastis, dicit sanctis? — Isai. xl, 25.

¿Dixit ergo et non faciet? Locutus est, et non implebit? Num. xxiii, 19.

tísima seguridad, se encuentran por precision, con no pocos anuncios tristes y amargos, al paso que claros é innegables. Por ejemplo: que las gentes cristianas serán en algun tiempo, ó por la mayor parte, no menos infieles á su vocacion que lo fueron los judios: que abundando entre ellas la iniquidad, y resfriada la caridad, renunciarán tambien á su fe: que desconocerán á Cristo: que aborreceran á Cristo, que perseguiran á Cristo; que cuando vuelva el Señor del cielo á la tierra, apenas hallará entre ellas algun rastro de fe que las hallará, como.... en los dias de Noé*: que el dia de su venida será como un lazo, sobre todos los que están sobre la haz de toda la tierrat: que las ramas del oleastro silvestre, injertas con grande misericordia, en buen olivo, pueden tambien ser cortadas, como lo fueron las ramas naturales del olivo, cuando no permanezcan en la bondad primera, ó cuando ya los frutos no correspondan al cultivo ni á las esperanzas.

22. Por otra parte, encuentran á cada paso, sin poder escusar esta molestia, que los judios humillados tantos siglos ha, mortificados, abatidos, despreciados, volverán algun dia á la gracia de su Dios: que el mismo Dios los recojerá algun dia con su brazo omnipotente de todas las tierras ó paises donde los tiene desterrados y dispersos: que volverán entonces con grandes ventajas á ser otra vez pueblo y esposa de Dios: que su honor, su ensalzamiento, su felicidad, será tan grande, que se olvidarán de todas las angustias pasadas en tantos siglos de tribulacion : que Dios se regocijará con ellos, como un buen padre que recupera á un hijo, á quien ya consideraba muerto ó perdido : que las gentes mirarán con asombro la gloria y ensalzamiento de este hijo (á quien aora tratan como á vilísimo esclavo) y se confundirán, con todo su poder: pondrán la mano sobre la boca §. En suma, que en aquel tiempo

* Sicut...in diebus Noë. -Luc. xvii, 26.

+ In omnes, qui sedent super faciem omnis terræ. - Id. xxi, 35. In bonam olivam.-Ad Rom. xi, 24.

§ Super omni fortitudine sua: ponent manum superos.—Mich.vii, 16.

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