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169. Segundo: cap. lii. Levántate, levántate, vistete de tu fortaleza, Sión, vístete de los vestidos de tu gloria, Jerusalén, ciudad del Santo: porque no volverá á pasar por tí en adelante incircunciso ni inmundo. Sacúdete del polvo, levántate; siéntate, Jerusalén: suelta las ataduras de tu cuello, cautiva hija de Sion. Porque esto dice el Señor: Devalde fuisteis vendidos, y sin plata redimidos *.

170. Tercero: cap. liv. No temas, porque no serás avergonzada, ni sonrojada: pues no tendrás de que afrentarte, porque te olvidarás de la confusion de tu mocedad, y no te acordarás mas del oprobrio de tu viudez. Porque reinará en tí el que te crió, el Señor de los egercitos es el nombre de él; y tu Redentor el Santo de Israél, será llamado el Dios de toda la tierra. Porque el Señor te llamó como á muger desamparada, y angustiada de espíritu, y como á muger, que es repudiada desde la juventud, dijo tu Dios. Por un momento, por un poco te desamparé, mas yo te recojeré con grandes piedades. En el momento de mi indignacion escondi por un poco de tí mi cara, mas con eterna misericordia me he compadecido de tí: dijo el Señor tu Redentor. Esto es para mí como en los dias de Noé, á quien juré, que yo no traeria mini calicem iræ ejus: usque ad fundum calicis soporis bibisti, et potasti usque ad fæces... Filii tui projecti sunt, dormierunt in capite omnium viarum, sicut oryx illaqueatus: pleni indignatione Domini, increpatione Dei tui. Idcircò audi hoc paupercula, et ebria non à vino. Hæc dicit Dominator tuus Dominus, et Deus tuus, qui pugnavit pro populo suo: Ecce tuli de manu tua calicem soporis... non adjicies ut bibas illum ultrà. Et ponam illum in manu eorum, qui te humiliaverunt, et dixerunt animæ tuæ: Incurvare, ut transeamus: et posuisti ut terram corpus tuum, et quasi viam transeuntibus. Isai. li, 17, 20, 21, 22, 23.

* Consurge, consurge, induere fortitudine tua, Sion, induere vestimentis gloriæ tuæ, Jerusalem, civitas sancti: quia non adjiciet ultrà ut pertranseat per te incircumcisus et immundus. Excutere de pulvere, consurge; sede, Jerusalem: solve vincula colli tui captiva filia Sion. Quia hæc dicit Dominus: Gratis venumdati estis, et sine argento redimemini.—Isat. lii, 1, 2, 3.

mas las aguas de Noé sobre la tierra: así juré, que no me enojaré contigo, ni te reprenderé. Porque los montes serán conmovidos, y los collados se estremecerán: mas mi misericordia no se apartará de tí, y la alianza de mi paz no se moverá: dijo el Señor compasivo de ti. Pobrecilla combatida de la tempestad, sin ningun consuelo. Mira que yo pondré por órden tus piedras, y te cimentaré sobre zafiros... Y serás cimentada en justicia: ponte lejos de la opresion, pues no temerás, y del espanto, que no llegará á tí*.

170. Cuarto: cap. lx. Y vendrán á tí encorvados los hijos de aquellos, que te abatieron, y adorarán las huellas de tus pies todos los que te desacreditaban, y te llamarán la ciudad del Señor, la Sión del Santo de Israél. Porque fuiste desamparada, y aborrecida, y no habia quien por ti pasase, te pondré por lozania de los siglos, para gozo en generacion y generacion: Y mamarás leche de las naciones, y serás amamantada por el pecho de los Reyes; y sabrás, que yo soy el Señor tu Salvador, y tu Redentor, el fuerte de Jacob... No se oirá mas hablar

Noli timere, quia non confundèris, neque erubesces: non enim te pudebit, quia confusionis adolescentiæ tuæ obliviscêris, et opprobrii viduitatis tuæ non recordaberis ampliùs. Quia dominabitur tui qui fecit te, Dominus exercituum nomen ejus: et redemptor tuus sanctus Israël, Deus omnis terræ vocabitur. Quia ut mulierem derelictam et mærentem spiritu vocavit te Dominus, et uxorem ab adolescentia abjectam, dixit Deus tuus. Ad punctum in modico dereliqui te, et in miserationibus magnis congregabo te. In momento indignationis abscondi faciem meam parumper à te, et in misericordia sempiterna misertus sum tui: dixit redemptor tuus Dominus. Sicut in diebus Noë istud mihi est, cui juravi ne inducerem aquas Noë ultrà supra terram: sic juravi ut non irascar tibi, et non increpem te. Montes enim conmovebuntur, et colles contremiscent: misericordia autem mea non recedet à te, et fœdus pacis meæ non movebitur: dixit miserator tuus Dominus. Paupercula tempestate convulsa, absque ulla consolatione. Ecce ego sternam per ordinem lapides tuos, et fundabo te in sapphiris... Et in justitia fundaveris : recede procul à calumnia, quia non timebis: et à pavore, quia non appropinquabit tibi, &c.-Isai. liv, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, et 14.

de iniquidad en tu tierra, ni habrá estrago ni quebrantamiento en tus términos, y ocupará la salud tus muros, y tus puertas la alabanza*.

172. Quinto: cap. lxii. De alli adelante no serás llamada desamparada; y tu tierra no será ya mas llamada desierta... Y los nombrarán, Pueblo santo, redimidos por el Señor. Mas tú serás llamada: La ciudad buscada, y no la Desamparada↑.

173. Sesto: cap. Ixvi. Alegraos con Jerusalén, y regocijaos con ella todos los que la amais: gozaos con ella de gozo todo los que llorais sobre ella, para que mameis, y seais llenos de la teta de su consolacion: para que chupeis, y abundeis en delicias de toda su gloria. Porque esto dice el Señor: He aqui que yo derivaré sobre ella como rio de paz, y como arroyo que inunda la gloria de las gentes, la cual mamareis: llevados sereis á los pechos, y sobre las rodillas os acariciarán. Como la madre acaricia á su hijo, así yo os consolaré, y en Jerusalén sereis consolados +.

Et venient ad te curvi filii eorum, qui humiliaverunt te, et adorabunt vestigia pedum tuorum omnes, qui detrahebant tibi, et vocabunt te Civitatem Domini, Sion sancti Israël. Pro eo quòd fuisti derelicta, et odio habita, et non erat qui per te transiret, ponam te in superbiam sæculorum, gaudium in generationem et generationem: Et suges lac gentium, et mamillâ regum lactaberis et scies quia ego Dominus salvans te, et redemptor tuus fortis Jacob ... Non audietur ultrà iniquitas in terra tua, vastitas et contritio in terminis tuis, et occupabit salus muros tuos, et portas tuas laudatio. — Isa{. lx, 14, 15, 16, 18.

+ Non vocaberis ultrà Derelicta: et terra tua non vocabitur ampliùs Desolata... Et vocabunt eos, Populus sanctus, redempti à Domino. Tu autem vocaberis: Quæsita civitas, et non Derelicta.Isai. lxii, 4, et 12.

Lætamini cum Jerusalem, et exultate in ca omnes qui diligitis eam: gaudete cum ea gaudio universi, qui lugetis super eam, ut sugatis, et repleamini ab ubere consolationis ejus : ut mulgeatis, et delitiis affluatis ab omnimoda gloria ejus. Quia hæc dicit Dominus: Ecce ego declinabo super eam quasi fluvium pacis, et quasi torrentem inundantem gloriam gentium, quam sugetis: ad ubera portabimini,

174. Considerad por último todo el cap. ii de Oseas, en que vereis abreviado todo el misterio de que actualmente hablamos, desde el principio hasta el fin. Lo primero: le anuncia Dios á su esposa infiel, que llegará el caso de privarla enteramente de su dignidad, que la arrojará ignominiosamente de su casa: que la abandonará del todo: que la mirará como si no fuera su esposa, ni él su marido: que no hará caso de sus hijos, ni se moverá á compasíon. Juzgad á vuestra madre (ó como leen los 70, sed juzgados con vuestra madre), juzgadla: porque ella no es mi muger, ni yo su marido... Y no tendré misericordia de sus hijos *. Lo segundo: le anuncia los terribles trabajos y calamidades que padecerá en su soledad y desamparo, y todo de su mano y por órden suya: hé aquí yo cercaré tu camino con espinos, y lo cercaré con paredes, y no hallará sus senderos:... manifestaré su locura á los ojos de sus amadores: y nadie la sacará de mi mano : Y haré cesar todo su gozo, su solemnidad, su Neoménia +. le anuncia y le promete, así en este lugar capítulo ii, que despues de bien castigada, trabajada, y humillada hasta lo sumo, abrirá finalmente los ojos, y dirá como el hijo pródigo del evangelio: Iré, y volveré á mi primer marido. Lo cuarto, en fin le anuncia que entónces llamará á su Dios, diciéndole: mi primer marido: y le promete que entonces la recibirá otra vez, y se desposará con ella como de nuevo, y no la apartará jamás de sí: Y te desposaré conmigo para siempre: y te despo

Lo tercero:

como en el

et super genua blandientur vobis. Quomodò si cui mater blandiatur, ita ego consolabor vos, et in Jerusalem consolabimini. - Isai. lxvi, 10, 11, 12, 13.

* Judicate matrem vestram (judicamini cum matre vestra), judicate: quoniam ipsa non uxor mea, et ego non vir ejus ... Et filiorum illius non miserebor. — Osee. ii, 2, 4.

+ Ecce ego sepiam viam tuam spinis, et sepiam eam maceriâ, et semitas suas non inveniet ... revelabo stultitiam ejus in oculis amatorum ejus et vir non eruet eam de manu mea: Et cessare faciam omne gaudium ejus, solemnitatem ejus, Neomeniam ejus, &c.. Osee. ii, 6, 10, 11.

Vadam, et revertar ad virum meum priorem. — Osee. ii, 7.

saré conmigo en justicia, y juicio, y en misericordia, y en clemencia. Y te desposaré conmigo en fe: y sabrás que yo soy el Señor *.

175. Estos lugares que acabo de apuntar, omitiendo otros innumerables que se pueden ver en los profetas, parece que prueban invenciblemente, que aquella primera esposa de Dios (es decir la casa de Jacob) que despues de la muerte del Mesías fué arrojada ignominiosamente de la casa del esposo por su iniquidad é incredulidad, ha de ser llamada algun dia, y asunta con infinitas ventajas en otro estado y bajo de otro testamento sempiterno, á su primera dignidad, para no perderla jamás, que es todo lo que por aora pretendiamos probar. Examinémos en seguida atentamente lo que alega la parte contraria.

SE PROPONEN Y EXAMINAN DOS IMPEDIMENTOS.

PARRAFO VI.

176. La parte contraria, que sin duda tiene fuertes motivos para oponerse con todas sus fuerzas á la vocacion y asuncion de Sión, alega contra ella dos impedimentos, en tono de gran seguridad; y cierto, que mirados estos desde / cierta distancia, muestran un semblante verdaderamente terrible, capaz de acobardar y aun hacer temblar al mas animoso. El primer impedimento está ó se pretende estár de parte de la esposa actual de Dios; de aquella, digo, que entró en lugar de Sión, y ocupó el puesto que ella dejó vacio por su incredulidad †. De aquella de quien dice el Apostol, citando el de Oseas: Llamaré pueblo mio, al que no era mi pueblo : y amado, al que no era amado y que alcanzó misericordia, al que no habia alcanzado misericordia‡. De aquella de quien dice S. Pedro: en algun tiempo erais no pueblo, mas aora sois

Et sponsabo te mihi in sempiternum: et sponsabo te mihi in justitia, et judicio, et in misericordia, et in miserationibus. Et sponsabo te mihi in fide: et scies quia ego Dominus.- Osee. ii, 19, 20. + Propter incredulitatem. — Ad Rom. xi, 20.

Vocabo non plebem meam, plebem meam : et non dilectam, di

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