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esta conversion de los judios, dejando y aun despreciando todas las otras circunstancias gravísimas, que la acompañan y la siguen? O estas circunstancias son igualmente ciertas y seguras, ó no lo es la conversion de los judios; porque no hay razon alguna, ni la puede haber, para creer esta, mas bien, que aquellas.

30. Imagínese por aora que yo negase contra todos los doctores la conversion futura de los Judios: en este caso ¿como podrian convencerme? ¿Con mostrarme testos clarísimos de la Escritura? Con ellos mismos me defendería yo, con ellos mismos me haria fuerte é invencible, sin oponer otro escudo que este simple discurso. Estos testos clarísimos de la Escritura que se citan á favor de la conversion futura de los Judios, ó se deben creer plenamente, esto es, todo lo que cada uno de ellos dice y afirma, ó nada debe creerse; porque esto tiene de singular la divina Escritura, sobre todas las escrituras que no son divinas, que ó todo cuanto dice y afirma es cierto y seguro, ó nada lo es. Aora pues segun el sentir casi universal de los doctores (hablo en la práctica) no se debe creer; pues no se cree, ni admite todo lo que dicen y afirman esos mismos testos de la Escritura que se alegan á favor de la conversion futura de los Judios: es un suceso ad libitum, que se puede afirmar ó negar, conforme el gusto ó genio de cada uno.

31. De otro modo. Esos testos clarísimos de la santa Escritura, que se alegan á favor de la conversion futura de los Judios, no solo afirman dicha conversion, sino que con la misma claridad afirman muchas circunstancias gravísimas, nuevas, admirables y magníficas, que deben acompañar y seguir la misma conversion. De esto segundo, se rien universalmente los doctores cristianos (conforme á su sistema favorable) no solo sin escrúpulo alguno, sino con grandes muestras de rectitud y piedad; luego con la misma razon y con la misma piedad y rectitud, podrémos reirnos de lo primero. El discurso aunque rústico y simple, por eso mismo me parece justo. Solo puede quedar alguna

duda sobre lo que afirma la proposicion mayor, y esto es lo que nos toca aora probar y demostrar, y lo que luego vamos á hacer.

32. Ya queda notado al principio de este fenómeno, que cuando la Escritura divina anuncia á los Judios las mayores calamidades, especialmente despues de la muerte del Mesías, y en consecuencia de su incredulidad, que tambien anuncia clarísimamente, los considera bajo de cuatro aspectos principales. Primero: como desterrados de su patria, esparcidos ácia todos los vientos, y cautivos entre todas las naciones. Segundo: como degradados de su puesto, despojados de sus prerogativas, y privados del honor de pueblo de Dios. Tercero: como esposa de Dios, infiel é ingratísima, arrojada con suma ignominia de casa del esposo, abandonada del cielo y de la tierra, olvidada, deshonrada y humillada hasta lo sumo. Cuarto en fin: como un cadáver destrozado, cuyos huesos dispersos por todo el campo de este mundo, no ofrecen otra cosa á la vista, que desprecio, aversion, disgusto y horror. Debajo de estos cuatro aspectos principales quiero yo tambien considerar aora á los Judios; pues todo el mundo sabe, que este es puntualmente el estado en que se halla toda esta mísera nacion, desde la muerte de su Mesías, 6 poco despues, hasta nuestros tiempos: y todo esto segun las Escrituras.

ARTICULO I.

PRIMER ASPECTO.

33. SE consideran los judios, despues de la muerte del Mesias como desterrados de su pátria y dispersos ácia todos los vientos; y se pregunta, si este castigo tendrá fin, ó no?

Pues cuando vieren á Jerusalén cercada de un egército, entonces sabed que su desolacion está cerca... Porque estos son dias de venganza, para que se cumplan

todas las cosas que están escritas... Porque habrá grande apretura sobre la tierra, é íra para este pueblo. Y caerán á filo de espada : y serán llevados en cautiverio á todas las naciones, y Jerusalén será hollada de los gentiles: hasta que se cumplan los tiempos de las naciones *.

34. Segun todo lo que sobre este punto hemos podido averiguar, los doctores cristianos no reconocen en realidad, ni admiten otro fin al destierro presente de los Judios, que el fin del mundo; pues todos los innumerables lugares de la Escritura que hablan de esto, ó los tiran á acomodar, en cuanto se puede, á la vuelta de Babilonia, ó en cuanto no se puede, que es lo mas, los alegorizan y espiritualizan del todo. Es verdad que dicen y afirman, que el Anticristo su rey y Mesías los restablecerá en la tierra de sus padres; mas este supuesto restablecimiento no merece entrar en consideracion; ya por ser tan supuesto y tan falso, como lo es el mismo rey y Mesías que llaman Anticristo; ya porque este mismo restablecimiento supuesto, lo destruyen en otras partes, como luego verémos; y ya principalmente porque no es este el restablecimiento en justicia y santidad, y por la mano omnipotente de Dios, de que hablan las Escrituras.

35. Tambien es verdad, que llegando á esplicar el cap. xxxviii de Ezequiel, muestran alguna especie de benignidad ó de menos rigor; pues las cosas que se dicen en este capítulo y en el siguiente, así como son inacomodables á la vuelta de Babilonia, así son incapaces de la alegoría. Allí se anuncia con suma claridad y simplicidad la espedicion de cierto Gog, el cual, llevando consigo una multitud

Cum autem videritis circumdari ab exercitu Jerusalem, tunc scitote quia appropinquavit desolatio ejus... Quia dies ultionis hi sunt, ut impleantur omnia, quæ scripta sunt ... Erit enim pressura magna super terram, et ira populo huic. Et cadent in ore gladii: et captivi ducentur in omnes gentes, et Jerusalem calcabitur á gentibus: donec impleantur nationum. - Luc. xxi, 20, 22, 23, et 24.

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innumerable de varias gentes y naciones, ha de ir al fin de los años, á la tierra y montes de Israél, contra el mismo Israel, ya restablecido en la tierra de sus padres: cuando moráre mi pueblo de Israel, como una nube, para cubrir la tierra... sobre aquellos que habian sido abandonados, y despues restablecidos, y sobre el pueblo que ha sido recogido de las gentes, que comenzó á poseer, y ser morador del ombligo de la tierra*. Allí se dice, como Dios protejerá á su pueblo, destrozando toda aquella infinita muchedumbre con tempestades y fuego del cielo. Allí se dice, que los hijos de Israél, viéndose libres de aquel gran peligro, saldrán á recojer las armas de aquel egército innumerable, y con ellas solas tendrán suficiente leña para siete años. Allí se dice, que apenas les bastarán los siete primeros meses, para sepultar tantos cadáveres, no obstante que serán ayudados de las aves y las bestias. Allí se dice, que el lugar donde se enterrarán todos aquellos huesos, şerá cerca del mar, y se llamará, el valle de la muchedumbre de Gogt. Por abreviar, toda esta célebre profecía se concluye con estas palabras, que piden á gritos nuestra mayor atencion. Y sabrán que yo soy el Señor Dios de ellos, porque los transporté á las naciones, y los congregué sobre su tierra, y no dejé allí ninguno de ellos. Y no esconderé mas mi rostro de ellos, porque he derramado mi espíritu sobre toda la casa de Israél, dice el Señor Dios ‡.

* Cùm habitaverit populus meus Israël... quasi nubes, ut operias terram... super eos, qui deserti fuerant, et postea restituti, et super populum qui est congregatus ex gentibus, qui possidere cœpit, et esse habitator umbilici terræ, &c.— Ezech. xxxviii, 14, 16, et 12. + Vallis multitudinis Gog.- Ezech. xxxix, 11.

Et scient, quia ego Dominus Deus eorum, eò quòd transtulerim eos in nationes, et congregaverim eos super terram suam, et non dereliquerim quemquam ex eis ibi. Et non abscondam ultra faciem meam ab eis, eò quòd effuderim spiritum meum super omnem domum Israël, ait Dominus Deus.- Ezech. xxxix, 28 et 29.

36. De todo esto parece que se sigue legítimamente, que antes de la espedicion de Gog, ya se les habrá alzado el destierro á todos los hijos de Israél: ya habrán salido, ó Dios los habrá sacado de entre las naciones, donde el mismo Dios los tiene desterrados: ya los habrá congregado y restablecido en su misma tierra, porque los transporté á las naciones (dice el mismo Sr.) y los congregué sobre su tierra y todo esto en gracia de Dios y llenos de su divino espíritu: porque he derramado mi espíritu sobre toda la casa de Israél. Esta sola profecía, aunque no hubiera otra, ¿no bastaba para creer, que el destierro presente de los Judios es un castigo no perpétuo, sino temporal? Con todo eso, en el sistema de los doctores cristianos no basta ni puede bastar. Aunque el embarazo es terrible, no por eso es insuperable. Debe, pues, decirse, condescendiendo en algo, por esceso de benignidad, que aunque la profecía habla de los Judios, ó de los hijos de Israél en general, mas no habla solamente de ellos. ¿ Pues de quienes otros? Habla tambien y principalmente de los Cristianos de todos los pueblos, tribus, y lenguas; los cuales, en los tiempos terribles del Anticristo, huirán de sus respectivos países, y se congregarán en la Palestina. ¡En la Palestina! ¡Los cristianos, perseguidos del Anticristo ó sus ministros, se han ido á refujiar á la Palestina! ¡Se han congregado en la Palestina, donde suponen la córte ó residencia del monarca universal que los persigue! No os admireis, señor, porque esto debe suceder, segun nos lo aseguran, por órden espresa de Dios, ó por providencia particular, con estas palabras... transporté á las naciones, y los congregué sobre su tierra*.

31. Si quereis aora saber los designios de Dios en una providencia tan estraordinaria, si quereis saber para que fin congregará Dios en la Palestina tantos cristianos de todas las gentes, pueblos y lenguas, entrando tambien en

Eò quòd transtulerim eos in nationes, et congregaverim eos super terram suam.- Ezech. xxxix, 28.

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