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este número algunos judios, convertidos por la predicacion de Elias; responden unos, como bravos, que esto será para hacer guerra viva al monarca universal en su misma córte; lo cual en aquel tiempo, dicen que será lícito á los Cristianos. Si esto no se admite, os responden otros, que será para que sean testigos oculares del castigo grande y estrepitoso, que ya va á descargar sobre el Anticristo; y luego inmediatamente sobre la muchedumbre de Gog, que viene á vengar la muerte de Anticristo en los Cristianos de la Palestina, congregados allí. Si tampoco esto se admite, ni puede concebirse, os responden otros mas prudentes; que será para los fines que Dios solo sabe, y no ha querido revelarnos. ¡Quién pensára, sino lo viese por sus ojos, que estas especies, ó estas... no sé como llamarlas, se podian hallar escritas en los intérpretes de las santas Escrituras, hombres por tantos títulos, ilustres, estimables, y respetables! Y todos estos esfuerzos violentísimos, ¿ para qué? Leed, amigo, otra vez y otras mil veces toda la profecía, y no hallareis en toda ella, como, ni por donde sustituir estas ideas tan estrañas, en lugar de las que da la misma profecía, tan claras, tan sencillas y tan naturales; no solamente en los dos capítulos xxxviii y xxxix donde se habla de propósito de la espedicion de Gog sobre aquellos que habian sido abandonados, y despues restablecidos*, sino en los cuatro capítulos antecedentes, y en los nueve siguientes, que todo es claro y manifiestamente un mismo asunto; esto es, el estado futuro de los Judios.

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38. Aora si una profecía tan clara, tan espresiva, tan circunstanciada, se esplica ó se elude del modo tan estraño ó tan ingenioso que acabamos de ver, y esto haciendo á los Judios alguna gracia, ¿qué otra suerte mejor podrémos anunciar á las otras profecías? Con todo eso, yo voy á mostraros algunas otras, valgan lo que valieren, como quien produce delante de un juez sábio, recto é incorrupto,

Super eos, qui deserti fuerant, et postea restituti.-Ezech. xxxviii, 12.

algunos de sus instrumentos que tiene auténticos, en que se fundan sus derechos ó sus esperanzas.

PRIMER INSTRUMENTO.

PARRAFO I.

39. Desde el primer Profeta se empieza ya á divisar este gran misterio. Habiendo anunciado Moysés, en palabra del Señor, á todo Israél los diversos castigos con que Dios los amenazaba, si no eran fieles á sus leyes: habiéndoles profetizado los diferentes estados de calamidad y miseria estrema en que habian de caer por su iniquidad: habiéndoles dicho con la mayor claridad é individualidad el estado mismo en que se ven hoy dia, y en que los ha visto todo el mundo, despues de la muerte de su Mesías: esto es, desterrados de su pátria, dispersos entre todas las naciones, despreciados, aborrecidos, perseguidos, mirados como la hez de la plebe, y como la risa y fábula de todas las gentes, &c.; despues de todo esto, llegando al capítulo xxx del Deuteronomio, les dice así.

Cuando vinieren, pues, sobre ti todas estas cosas, la bendicion ó la maldicion, que he puesto delante de tí, y te arrepintieres en tu corazon en medio de todas las gentes, por las cuales te habrá esparcido el Señor Dios tuyo, y te convirtieres á él y obedecieres á sus mandamientos con tus hijos, de todo tu corazon, y de toda tu ánima, como yo hoy te lo intimo: El Señor Dios tuyo te hará volver de tu cautiverio, y tendrá misericordia de tí, y te congregará de nuevo de todos los pueblos á los que te habia esparcido antes. Aun cuando hubieres sido arrojado hasta los polos de cielo, de allí te sacará el Señor Dios tuyo, y te tomará, é introducirá en la Tierra, que poseyeron tus padres, y la disfrutarás: y dándote su bendicion, te hará que seas en mayor número que fueron tus padres. El Señor Dios tuyo, circuncidará tu corazon, y el corazon de tus descendientes: para que ames al Señor Dios tuyo de todo tu corazon, y de toda tu alma,

para que puedas vivir. Y convertirá todas estas maldiciones contra tus enemigos, y contra aquellos que te aborrecen y persiguen. Mas tú te convertirás, y oirás la voz del Señor Dios tuyo*.

40. Esta promesa si es de Dios, ó se ha cumplido ya plenamente, ó si no se ha cumplido, es necesario que se cumpla algun dia, porque Dios no puede faltar á su palabra: no es Dios como el hombre, para que mienta : ni como el hijo del hombre, para que se mude. ¿ Dijo, pues, y no lo hara? ¿ habló, y no lo cumplirát? Que no se haya cumplido hasta aora, parecerá evidente á cualquiera que teniendo presente todo el testo sagrado diere una ojeada breve á toda la Escritura, y á toda la historia. Podrá decirse, y en realidad se dice ó se insinúa, que todo esto se cumplió ya en tiempo de Ciro, cuando volvieron de Babilonia algunos pocos con Zorobabél: ni hay otra cautividad, ni otra vuelta á que recurrir. Aora, es evidente por el mismo testo y por toda la Escritura, que entonces no se cumplió la promesa de Dios. Vedlo claro.

41. Primero esta promesa no habla ciertamente con

Cùm ergo venerint super te omnes sermones isti, benedictio, sive maledictio, quam proposui in conspectu tuo: et ductus pœnitudine cordis tui in universis gentibus, in quas disperserit te Dominus Deus tuus, et reversus fueris ad eum, et obedieris ejus imperiis, sicut ego hodie præcipio tibi, cum filiis tuis, in toto corde tuo, et in tota anima tua: reducet Dominus Deus tuus captivitatem tuam, ac miserebitur tui, et rursum congregabit te de cunctis populis, in quos te ante dispersit. Si ad cardines cœli fueris dissipatus, inde te retrahet Dominus Deus tuus, et assumet, atque introducet in Terram, quam possederunt patres tui, et obtinebis eam : et benedicens tibi, majoris numeri te esse faciet quàm fuerunt patres tui. Circumcidet Dominus Deus tuus cor tuum, et cor seminis tui: ut diligas Dominum Deum tuum in toto corde tuo, et in tota anima tua, ut possis vivere. Omnes autem maledictiones has convertet super inimicos tuos, et eos qui oderunt te, et persequuntur. Tu autem revertèris, et audies vocem Domini Dei tui: &c.-Deuter. xxx, ab 1 usque ad 8. + Non est Deus quasi homo, ut mentiatur: nec ut filius hominis, ut mutetur. Dixit ergo, et non faciet? Locutus est, et non implebit? - Núm. xxiii, 19.

una sola tribu, ni con dos ó tres, sino con todo Israél en general, y con todas sus tribus; así como la amenaza de dispersion y cautiverio con todos habla, y con todos se ha cumplido y se está cumpliendo. Los que volvieron de Babilonia, como se dice individualmente en el libro primero de Esdras, solo eran de la tribu de Judá y Benjamin, con algunos pocos de Levi; luego por este solo capítulo, aunque no hubiese otros, la promesa de Dios no se cumplió en aquel tiempo; por consiguiente no era este el suceso de que habla. Segundo y principal: Dios promete en términos formales, que, cuando los recoja con su brazo omnipotente de todos los pueblos y naciones, adonde él mismo los habia esparcido por sus delitos, les circuncidará el corazon, en primer lugar, para que de esta suerte amen á su Dios con todo su corazon y con toda su alma, y puedan vivir en adelante una vida sobrenatural y divina: El Señor Dios tuyo circuncidará tu corazon, y el corazon de tus descendientes: para que ames al Señor Dios tuyo de todo tu corazon, y de toda tu alma, para que puedas vivir. Conque promete el Señor una circuncision de corazon, general á todo Israél, cuando lo recoja de entre las naciones, y lo introduzca de nuevo en la tierra de sus padres y esta circuncision de corazon ¿cuando ha sucedido?; Acaso en la vuelta de Babilonia? Leed los dos libros de Esdras y Nehemías, y hallaréis todo lo contrario. Leed despues para aseguraros mas el capítulo vii de los Hechos de los Apóstoles, y hallareis al v.51 que S. Estevan lleno del Espíritu Santo los reprende en público concilio, y así de les da en cara con la incircuncision del corazon, ellos, como de sus padres. Duros de cerviz (les dice), é incircuncisos de corazones, y de orejas, vosotros resistis siempre al Espíritu Santo: como vuestros padres, así tambien vosotros*. Conque hasta la muerte de S. Estevan no habia sucedido en Israél tal circuncision de corazon. Y despues acá ¿ de donde la podrémos sacar? i

Durâ cervice, et incircumcisis cordibus et auribus, vos semper Spiritui Sancto resistitis: sicut patres vestri, ita et vos.-Act. vii, 51.

42. Siguese de aquí, que la promesa de que vamos hablando, es de Dios mismo, como no se duda: si hasta aora no ha tenido su cumplimiento, como tampoco se puede dudar, deberémos confesar de buena fe, que alguna vez lo ha de tener. Deberémos, digo, confesar, que los míseros judios dispersos tantos siglos ha entre las naciones, han de ser algun dia llamados, recogidos y congregados por el brazo omnipotente de Dios vivo, estén donde estuvieren, y quisieren 6 no las potestades de la tierra: Aun cuando hubieres sido arrojado hasta los polos del cielo, de allí te sacará el Señor Dios tuyo, y han de ser del mismo modo introducidos y plantados de nuevo establemente en aquella misma tierra que fué la herencia y la posesion de sus padres y te tomará é introducirá en la tierra, que poseyeron tus padres, y la disfrutarás. Parece que esto es claro, y lo fuera sin duda en cualquiera otro asunto de menos interés ; mas en el asunto presente no lo es tanto que no se pueda fácilmente oscurecer con alguna brillante solucion.

43. Puede pues oponerse, lo que oponen modernamente algunos sábios, como una solucion sin réplica, no solo al lugar del Deuteronomio, que actualmente consideramos, sino generalmente á todas las profecías favorables á los judios, que hasta aora no se han verificado en ellos. Confiesan estos sábios, que muchas, ó las mas de las profecías que tienen promesas de Dios á favor de la casa de Jacob, no se verificaron ni pudieron haberse verificado en la vuelta de Babilonia. Esta misma confesion la hacen todos los intérpretes de la Escritura, á lo menos tacitamente; pues, no obstante los grandes esfuerzos que procuran hacer, para acomodar estas profecías á la vuelta de Babilonia, casi siempre se ven precisados, aun los mas literales, á recurrir por último refugio á la pura alegoría. Confiesan mas: (y esto prudentísimamente con todos los doctores eclesiásticos mas sábios y mas sensatos de nuestro siglo) que el sentido puramente alegórico y espiritual realmente no satisface á quien desea la verdad, y solo en ella puede

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