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responderán unos, con semblante lleno de indignacion, que los Judios se han hecho indignos de todo bien; otros, que las promesas de Dios no hablan con ellos, sino con las gentes cristianas, que son el verdadero Israél de Dios: otros, que las promesas de Dios no pueden entenderse, segun la letra que mata, sino en otro sentido alegórico y espiritual: otros, que realmente se cumplirán en los Judios mismos, cuando se conviertan á Cristo; porque entonces, entrando en la Iglesia, podrán tambien entrar en el cielo que es la verdadera tierra de promision: otros, en fin, y gravísimos doctores os dirán, que sí que los Judios, ó los hijos de Israel en general, volverán otra vez á establecerse de nuevo en aquella misma tierra, por la que tanto suspiran; mas esto será siguiendo al Anticristo, que ha de ser judio de la tribu de Dan, y ha de ser creido y recibido de ellos, como su verdadero Mesías: Y si acaso, no pudiendo contener vuestra justa indignacion, tuviereis la imprudencia de preguntarles, de donde han sacado una especie tan estraña, tan fabulosa, tan rídicula, y por eso tan indigna de hombres tan cuerdos? Es muy probable que la respuesta no sea otra, que la que se dió en otros tiempos, en pleno concilio al príncipe Nicodemus: ¿Eres tú tambien Galiléo*?

50. Mas digan lo que dijeren, el restablecimiento de los Judios, ó de todas las tribus de Jacob, en aquella misma tierra suya, de la que fueron arrojados por sus delitos, es una cosa tan clara, tan espresa, tan repetida de la Escritura de la verdad, como lo es su conversion, y como lo es su dispersion y cautiverio actual, de que todo el mundo es testigo ocular; pues el mismo espíritu de verdad que anunció esto segundo, anuncia tambien lo primero, y con la misma propiedad y claridad. Casi no hay profeta, desde Moisés hasta Malaquias, que no toqne de algun modo estos tres puntos capitales. Primero: el destierro, dispersion y cautiverio de Israél entre todos los pueblos y naciones, con

¿Numquid et tu Galilæus es? - Joan. vii, 52.

todas las circunstancias, así generales como particulares, que nos enseña la historia y la esperiencia. Segundo: su conversion verdadera, con todo su corazon, y con toda su alma*: su penitencia y llanto. Tercero: su restablecimiento fijo y estable en aquella misma tierra de que fueron arrojados, y esto debajo de la palabra real infalible é indefectible que les da aquel mismo Dios, que es fiel... en todas sus palabras...† de que no volverá á desterrarlos jamas: y no los destruiré; y los plantaré, y no los arrancaré: dice por Jeremias: Y los plantaré sobre su tierra: y nunca mas los arrancaré de su tierra, que les di,... dice por Amós§: y hablando con la tierra y montes de Israél, le dice por Ezequiel y les serás por heredad, y nunca mas estarás sin ellos... Ni haré mas oir en tí la confusion de las gentes, ni tendrás que llevar jamas el oprobrio de los pueblos, y no perderás mas tu gente.....||

51. Aora pues: el primero de estos puntos capitales lo ve todo el mundo, y lo ve puntualmente del mismo modo que está anunciado en las Escrituras. El segundo, lo confiesan unánimemente todos los doctores, aun los mas alegóricos. Y el tercero, digo yo, ¿por qué no se recibe? ¿Acaso porque no consta de la Escritura, como los dos primeros? No, amigo, no: consta claramente de la Escritura; si no, bien escusados eran los esfuerzos que se hacen para desfigurar aquellos lugares de la misma Escritura que hablan de esto: bien escusado era el recurso tan frecuente á sentidos puramente alegóricos: y bien escusado era en

* In toto corde, et in tota anima vestra. - Deuter. xiii, 3. + Fidelis Dominus in omnibus verbis suis.—Ps. cxliv, 13. ↑ Et non destruam: et plantabo eos, et non evellam. -Jerem. xxiv, 6.

§ Et plantabo eos super humum suam: et non evellam eos ultra de terra sua, quam dedi eis. - Amós. ix, 15.

Et eris eis in hæreditatem, et non addes ultra ut absque eis sis... Nec auditam faciam in te ampliùs confusionem gentium, et opprobrium populorum nequaquam portabis, et gentem tuam non amittes ampliùs... &c.— Ezeq. xxxvi, 12 et 15.

este caso aquel último refugio que se nota, aun en autores prolijos y difusos: que es omitir no pocos, y pasarlos por alto. Si preguntais aora, ¿por qué no se usa esta violencia con aquellos lugares que anuncian á los Judios íra, indignacion, destierro, castigos y plagas: ni tampoco con los que anuncian su futura conversion? la respuesta es fácil y breve: porque ni lo primero, ni lo segundo choca las ideas favorables; mas lo tercero las choca tanto y con tanta fuerza, que hay peligro evidente de que las quebrante y aniquile.

52. Yo no puedo copiar aquí todos los lugares de la Escritura que hablan claramente de esto tercero, ni mucho menos hacer sobre ellos las debidas reflexiones. Para esto solo sería necesario un grueso volúmen, aunque no considerásemos otro profeta que Isaías. Algunos de estos lugares quedan ya notados, y otros muchos mas han de ir saliendo por precision. Apuntarémos no obstante algunos pocos, que prueban directa é inmediatamente el fin y término del destierro presente de los judios, y es el asunto particular de este primer aspecto. Importa mucho que quedémos sobre esto plenamente asegurados; pues de aquí depende la inteligencia de los otros.

SEGUNDO INSTRUMENTO.

PARRAFO II.

53. Sucederá: que en aquel dia herirá el Señor desde el cauce del rio (el Eufrates) hasta el torrente de Egipto, y vosotros, hijos de Israel, sereis congregados uno á uno, Y sucederá: Que en aquel dia resonará una grande trompeta, y vendrán los que se habian perdido de tierra de los Asirios, y los que habian sido echados en tierra de Egipto, y adorarán al Señor en el santo monte en Jerusalén*.

* Et erit: In die illa percutiet Dominus ab alveo fluminis [el Eufrates] usque ad torrentem Ægypti, et vos congregabimini unus et unus filii Israël. Et erit: In die illa clangetur in tuba magna, et

54. Sobre este testo de Isaías debemos hacer dos observaciones principales, que parecen de suma importancia. Así, aunque nos detengamos un minuto mas, ó salgamos dos ó tres pasos fuera del asunto principal, deberá mirarse este defecto como del todo inescusable.

PRIMERA OBSERVACION.

55. Los límites de la tierra de promision, que señala esta profecía, son, sin duda alguna, mucho mas amplios que los que poseyeron jamás los hijos de Israél: y no obstante son precisamente los mismos que se leen espresos en a Escritura auténtica de la donacion que hizo Dios á nuestro santo y venerable padre Abrahán, como consta claramente por estas palabras: En aquel dia concertó el Señor alianza con Abrahán, diciendo: A tu posteridad daré esta tierra desde el rio de Egipto hasta el grande rio Eufrates*. Conque no habiendo poseido jamás los hijos de Abrahán toda aquella porcion de tierra, que Dios les prometió, podrémos esperar de la bondad y santidad del mismo Dios, que llegará tiempo en que la posean. ¿Cuan

do? Cuando herirá el Señor desde el cauce del rio hasta el torrente de Egipto... Cuando resonará una grande trompeta, y vendrán los que se habian perdido↑ ... pues como dice S. Pablo, los dones y vocacion de Dios son inmutables.

56. Direis acaso que esto se verificó en los dias de

venient qui perditi fuerant de terra Assyriorum, et qui ejecti erant in Terra Ægypti, et adorabunt Dominum in monte sancto in Jerusalem. — Isai. xxvii, 12 et 13.

* In illo die pepigit Dominus fœdus cum Abraham, dicens: Semini tuo dabo terram hanc à fluvio Egypti usque ad fluvium magnum Euphratem. — Gen. xv, 18.

+ Percutiet Dominus ab alveo fluminis usque ad torrentem Ægypti... clangetur in tuba magna, et venient qui perditi fuerant... &c. Isai. xxvii, 12.

↑ Sinè pœnitentia enim sunt dona, et vocatio Dei. Ad Rom. xi, 29.

Salomón, pues de este célebre rey, dice la divina Escritura: Tuvo tambien señorío sobre todos los reyes, desde el rio Eufrates hasta la tierra de los Filistéos, y hasta los términos de Egipto*. Mas esta potestad que egercitó Salomón, á qué se reducía? La misma Escritura lo dice claramente, así en el lugar citado, como en el libro tercero de los reyes, todo el mundo... (habla manifiestamente de las tierras circunvecinas de la Asia) deseaba ver la cara del rey Salomónt. Todos los reyes ó régulos que entonces habia entre el Nilo y el Eufrates, deseaban ver por sus ojos á Salomón, que se habia hecho famosísimo por su sabiduría. Así, unos iban en persona á Jerusalén, como fué la reina de Sabá desde lo mas austral de la Arábia, otros le enviaban frecuentemente embajadas, proponiéndole sus enigmas, ó consultándole sus dudas. Al mismo tiempo le enviaban, ó le llevaban dones y regalos de oro y plata, y otras cosas preciosas y raras que habia en sus países: Y cada uno le llevaba todos los años sus presentes, vasos de plata y de oro, vestidos y armas de guerra, y aromas tambien, y caballos y mulos. Esto es lo único que se halla en la Escritura, tocante á la potestad de Salomón sobre los otros reyes que habia entonces, desde el rio Eufrates hasta la tierra de los Filisteos, y hasta los términos de Egipto: puede ser tambien (aunque la historia sagrada no lo dice) que alguno de estos régulos pagase algun tributo á Salomón, no porque él los hubiese vencido y hecho tributarios pues sabemos que Salomón fué un rey pacífico, que jamás sacó la espada contra sus vecinos; sino porque quedaron tributarios desde el tiempo de David su padre: lo cual

Exercuit etiam potestatem super cunctos reges à flumine Euphrate usque ad terram Philisthinorum, et usque ad terminos Ægypti. Paralip. ix, 26.

↑ Universa terra desiderabat vultum Salominis.- Reg. lib. 3, c. x,.v. 24.

Et singuli deferebant ei munera, vasa argentea et aurea, vestes et arma bellica, aromata quoque et equos et mulos per annos singulos.3 Reg. x, 25.

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