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16 Mas por lo mismo que hago lo que no ano, reconozco la Ley como buena.

17 Y en este lance, no tanto soy yo el que obra aquello, cuanto el pecado ó la concupiscencia que habita en mí.

18 Que bien conozco que nada de bueno hay en mí, quiero decir en mi carne; pues aunque hallo en mí la voluntad para hacer el bien, pero no hallo cómo cumplirla.

19 Por cuanto no hago el bien que quiero; antes bien hago el mal que no quiero.

20 Mas si hago lo que no quiero: ya no lo ejecuto yo, sino el pecado que habita en mí.

21 Y asi es, que cuando yo quiero hacer el bien, me encuentro con una ley ó inclinacion contraria: y es, que el mal está pegado á mí.

22 De aqui es que me complazco en la Ley de Dios, segun el hombre interior:

23 mas al mismo tiempo echo de ver otra ley en mis miembros, la cual resiste á la ley de mi espíritu, y me sojuzga á la ley del pecado que está en los miembros de mi

cuerpo.

24 ¡O qué hombre tan infeliz soy yo! ¿Quién me libertará de este cuerpo de muerte, ó mortífera concupiscencia ?

25 Solamente la gracia de Dios por los méritos de Jesu-Cristo Señor nuestro. Y asi yo mismo estoy sometido por el espíritu á la Ley de Dios; y por la carne á la ley del pecado.

CAP. VIII. Confirma lo dicho el Apóstol mucho mas copiosamente. Felicidad de los justos. Su alegría y esperanza; y cómo de todo sacan provecho, sin que nada les pueda separar del amor de Jesu-Cristo.

1 De consiguiente nada hay ahora digno de condenacion en aquellos que estan reengendrados en Cristo Jesus, y que no siguen la carne.

2 Porque la Ley del espíritu de vida, que está en Cristo Jesus, me ha libertado de la ley del pecado y de la muerte.

3 Pues lo que era imposible que la Ley hiciese, estando como estaba debilitada por la carne, hízolo Dios cuando habiendo enviado á su Hijo revestido de una carne semejante á la del pecado, y héchole víctima

quoniam bona est. 17 Nunc autem jam non ego operor illud, sed quod habitat in me peccatum. 18 Scio enim quia non habitat in me, hoc est in carne mea, bonum. Nam velle, adjacet mihi: perficere autem bonum, non invenio. 19 Non enim quod volo bonum, hoc facio: sed quod nolo malum, hoc ago. 20 Si autem quod nolo, illud facio; jam non ego operor illud, sed quod habitat in me, peccatum. 21 Invenio igitur legen, volenti mihi facere bonum, quoniam mihi malum adjacet: 22 condelector enim legi Dei secundùm interiorem hominem: 23 Video autem aliam legem in membris meis, repugnantem legi mentis meæ et captivantem me in lege peccati, quæ est in membris meis. 24 Infelix ego homo, quis me liberabit de corpore mortis hujus? 25 Gratia Dei per Jesum Christum Dominum nostrum. Igitur ego ipse mente servio legi Dei; carne autem legi peccati.

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CAPUT VII. 1 Nihil ergo nunc damnationis est iis, qui sunt in Christo Jesu, qui non secundùm carnem ambulant. 2 Lex enim spiritus vitæ in Christo Jesu liberavit me à lege peccati et mortis. 3 Nam quòd impossibile erat legi, quo infirmabatur per carnem Deus filium suum mittens in similitudinem

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por el pecado, mató asi al pecado en la carne,

4 á fin de que la justificacion de la Ley tuviese su cumplimiento en nosotros, que no vivimos conforme á la carne, sino conforme al espíritu.

5 Porque los que viven segun la carne, saboréanse con las cosas que son de la carne: cuando los que viven segun el espíritu, gustan de las que son del espíritu. 6 La sabiduría ó prudencia de la carne, es una muerte en lugar de que la sabiduría de las cosas del espíritu, es vida y paz.

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10 Mas si Cristo está en vosotros; aunque el cuerpo esté muerto ó sujeto á muerte por razon del pecado, el espíritu vive en virtud de la justificacion'.

11 Y si el espíritu de aquel Dios, que resucitó á Jesus de la muerte, habita en vosotros el mismo que ha resucitado á Jesus de la muerte, dará vida tambien á vuestros cuerpos mortales, en virtud de su espíritu que habita en vosotros.

12 Asi que, hermanos mios, somos deudores no á la carne, para vivir segun la carne, sino al espíritu de Dios.

13 Porque si viviereis segun la carne, moriréis; mas si con el espíritu haceis morir las obras ó pasiones de la carne, viviréis.

14 Siendo cierto que los que se rigen por el espíritu de Dios, esos son hijos de Dios.

15 Porque no habeis recibido ahora el espíritu de servidumbre para obrar todavía solamente por temor, como esclavos ; sino que habeis recibido el espíritu de adop cion de hijos, por el cual clamamos

carnis peccati, et de peccato damnavit peccatum in carne, 4 ut justificatio legis impleretur in nobis, qui non secundùm carnem ambulamus, sed secundùm spiritum. 5 Qui enim secundùm carnem sunt, quæ carnis sunt sapiunt; qui verò secundùm spiritum sunt, quæ sunt spiritus sentiunt. 6 Nam pru dentia carnis mors est: prudentia autem spiritus, vita et pax. 7 Quoniam sapientia carnis inimica est Deo: legi enim Dei non est subjecta, nec enim potest. 8 Qui autem in carne sunt, Deo placere non possunt. 9 Vos autem in carne non estis, sed in spiritu: si tamen spiritus Dei habitat in vobis. Si quis autem Spiritum Christi non habet, hic non est ejus. 10 Si autem Christus in vobis est, corpus quidem mortuum est propter peccatum, spiritus verò vivit propter justificationem. 11 Quòd si Spiritus ejus, qui suscitavit Jesum à mortuis, habitat in vobis: qui suscitavit Jesum Christum à mortuis, vivificabit et mortalia corpora vestra , propter inhabitantem Spiritum ejus in vobis. 12 Ergo, fratres, debitores sumus non carni, ut secundùm carnem vivamus. 13 Si enim secundùm carnem vixeritis, moriemini: si autem spiritu facta carnis mortificaveritis, vivetis. 14 Quicumque enim spiritu Dei aguntur, ii sunt Filii Dei. 15 Non enim accepistis spiritum servitutis iterum in timore, sed accepistis spiritum adoptionis filiorum, in quo clamamus; Abba (Pater.) 16 Ip

O de la gracia que derrama en vosotros Jesu-Cristo.

Abba, esto es, O Padre mio.

16 Y con razon; porque el mismo Espíritu de Dios está dando testimonio á nuestro espíritu', de somos hijos de Dios.

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que

17 Y siendo hijos, somos tambien herederos herederos de Dios, y coherederos con Jesu-Cristo: con tal no obstante que padezcamos con él, á fin de que seamos con él glorificados.

18 A la verdad, yo estoy firmemente persuadido que los sufrimientos ó penas de la vida presente, no son de comparar con aquella gloria venidera que se ha de manifestar en nosotros.

19 Asi las criaturas todas estan aguardando con grande ansia la manifestacion de los hijos de Dios; 20 porque se ven sujetas á la vanidad ó mudanza, no de grado, sino por causa de aquel que les puso tal sujecion; con la esperanza

21 de que serán tambien ellas mismas libertadas de esa servidumbre á la corrupcion, para participar de la libertad y gloria de los hijos de Dios.

22 Porque sabemos que hasta ahora todas las criaturas estan suspirando por dicho dia, y como en dolores de parto.

23 Y no solamente ellas, sino que aun nosotros mismos que tenemos ya las primicias del Espiritu Santo, nosotros, con todo eso, suspiramos de lo intimo del corazon, aguardando el efecto de la adopcion de hijos de Dios, esto es, la redencion de nuestro cuerpo'.

24 Porque hasta ahora no somos salvos, sino en esperanza. Y no se dice que alguno tenga esperanza de aquello que ya ve, y posee. Pues lo que uno ya ve, ó tiene, ¿cómo lo podrá esperar?

25 Si esperamos pues lo que no vemos todavía, claro está que lo aguardamos por medio de la paciencia.

26 Y ademas el Espíritu Divino ayuda á nuestra flaqueza; pues no sabiendo siquiera qué hemos de pedir en nuestras oraciones, ni cómo conviene hacerlo, el mismo Espíritu hace, ó produce en nuestro in

se enim Spiritus testimonium reddit spiritui nostro, quòd sumus filii Dei. 17 Si autem filii, et heredes: heredes quidem Dei, coheredes autem Christi: si tamen compatimur, ut et conglorificemur. 18 Existimo enim, quòd non sunt condigna passiones hujus temporis ad futuram gloriam, quæ revelabitur in nobis. 19 Nam expectatio creaturæ revelationem filiorum Dei expectat. 20 Vanitati enim creatura subjecta est non volens, sed propter eum, qui subjecit eam in spe: 21 Quia et ipsa creatura liberabitur à servitute corruptionis, in libertatem gloriæ filiorum Dei. 22 Scimus enim quòd omnis creatura ingemiscit, et parturit usque adhuc. 23 Non solùm autem illa, sed et nos ipsi primitias spiritus habentes; et ipsi intra nos gemimus, adoptionem filiorum Dei expectantes, redemptionem corporis nostri. 24 Spe enim salvi facti sumus. Spes autem quæ videtur, non est spes: nam quod videt quis, quid sperat? 25 Si autem quod non videmus, speramus : per patientiam expectamus. 26 Similiter autem et spiritus adjuvat infirmitatem nostram: nam quid oremus sicut oportet, nescimus: sed ipse Spiritus postulat pro nobis gemitibus inenarrabilibus. 27 Qui autem scrutatur corda, scit quid desideret Spiritus: quia

› Con la confianza y amor que nos inspira. De las miserias de esta vida, por medio de su resurreccion,

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terior, nuestras peticiones á Dios 32 El que ni á su propio Hicon gemidos', que son inesplica- jo perdonó, sino que le entregó bles. á la muerte por todos nosotros, ¿cómo despues de habérnosle dado á él, dejará de darnos cualquier otra cosa3?

27 Pero aquel que penetra á fondo los corazones, conoce bien qué es lo que desea el Espíritu; el cual no pide nada por los santos, que no sea segun Dios.

28 Sabemos tambien nosotros que todas las cosas contribuyen al bien de los que aman á Dios; de aquellos, digo, que él ha llamado segun su decreto para ser santos'.

29 Pues á los que él tiene especialmente previstos, tambien los predestinó para que se hiciesen conformes á la imágen de su Hijo Jesu-Cristo: por manera que sea el mismo Hijo el primogénito entre muchos hermanos.

30 Y á estes que ha predestinado, los ha tambien llamado; y á quienes ha llamado, los ha tambien justificado, y á los que ha justificado los ha tambien glorificado.

31 Despues de esto ¿qué diremos ahora? Si Dios está por nosotros, ¿quién contra nosotros ?

33 Y¿quién puede acusar á los escogidos de Dios? Dios mismo es el que los justifica.

34 ¿Quién osará condenarlos? Despues que Jesu-Cristo no solamente murió por nosotros, sino que tambien resucitó, y está sentado á la diestra de Dios, en donde asimismo intercede por nosotros.

35 ¿Quién pues podrá separarnos del amor de Cristo? ¿Será la tribulacion, ó la angustia, ó la hambre, ó la desnudez, ó el riesgo, ó la persecucion, ó el cuchillo ?

36 (segun esta escrito: Por tí, ó Señor, somos entregados cada dia en manos de la nuerte: somos tratados como ovejas destinadas al matadero).

37 Pero en medio de todas estas cosas, triunfamos por virtud de aquel que nos amó.

secundùm Deum postulat pro sanctis. 23 Scimus autem quoniam diligentibus Deum omnia cooperantur in bonum, iis, qui secundùm propositum vocati sunt sancti. 29 Nam quos præscivit, et prædestinavit conformes fieri imaginis Filii sui, ut sit ipse primogenitus in multis fratribus. 30 Quos autem prædestinavit, hos et vocavit; et quos vocavit, hos et justificavit: quos autem justificavit, illos et glorificavit. 31 Quid ergo dicemus ad hæc? si Deus pro nobis, quis contra nos? 52 Qui etiam propio Filio suo non pepercit, sed pro nobis omnibus tradidit illum: quomodo non etiam cum illo omnia nobis donavit? 33 Quis accusabit adversus electos Dei? Deus qui justificat. 34 Quis est qui condemnet? Christus Jesus, qui mortuus est, immo qui et resurrexit, qui est ad dexteram Dei, qui etiam interpellat pro nobis. 35 Quis ergo nos separabit á charitate Christi? tribulatio ? an angustia? an fames? an nuditas?`an periculum? an persecutio? an gladius? 36 (Sicut scriptum est: Quia propter te mortificamur tota die: æstimati sumus sicut oves occisionis.) 37 Sed in his omnibus superamus propter eum qui dilexit nos. 38 Certus sum enim, quia neque mors, neque vita, neque Angeli, neque Principatus, neque Virtutes,

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A los que Dios ha

En que la gracia hace prorumpir á nuestro corazon. predestinado ab æterno y despues ha llamado á la fe, y finalmente ha santificado con su gracia. 3 Esto es, el perdon de los pecados, y los auxilios para 4 Ps. XLIII, v. 23.

alcanzar la gloria.

38 Por lo cual estoy seguro que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni virtudes, ni lo presente, ni lo venidero, ni la fuerza o violencia,

39 ni todo lo que hay de mas alto, ni de mas profundo', ni otra ninguna criatura podrá jamas separarnos del amor de Dios, que se funda en Jesu-Cristo nuestro Señor.

CAP. IX. Que los verdaderos israelitas, y los hijos verdaderos de Abraan, son los que llamados de Dios gratuita y misericordiosamente, se rinden á la fe de Jesu-Cristo.

I Jesu-Cristo me es testigo de que os digo la verdad; y estoy seguro de esto, por el testimonio que me da mi conciencia, en presencia del Espíritu Santo, de que no miento,

2 al aseguraros que estoy poseido de una profunda tristeza y de contínuo dolor en mi corazon:

dos segun la carne,

4 los cuales son los isrraelitas; de quienes es la adopcion de hijos de Dios, y la gloria, y la alianza, y la legislacion, y el culto, y las promesas:

5 cuyos padres son los patriarcas, y de quienes desciende el mismo Jesu-Cristo segun la carne, el cual es Dios bendito sobre todas las cosas por siempre jamas. Amen.

6 Pero no por eso la palabra de Dios deja de tener su efecto. Porque no todos los descendientes de Israel son verdaderos israelitas:

7 ni todos los que son del linage de Abraan son por eso hijos suyos, y herederos; pues por Isaac (y no por Ismael) le dijo Dios3, se contará tu descendencia.

8 Es decir, no los que son hijos de la carne, estos son hijos de Dios; sino los que son hijos de la promesa, esos se cuentan por descendientes de Abraan.

9 Porque las palabras de la promesa son estas: Por este mismo

tiempo, dentro de un año, vendré, y Sara tendrá un hijo.

3 hasta desear yo mismo el ser apartado de Cristo por la salud de mis hermanos, que son mis deuneque instantia, neque futura, neque fortitudo, 39 neque altitudo, neque profundum, neque creatura alia poterit nos separare á charitate Dei, quæ est in Christo Jesu Domino nostro.

CAPUT IX. 1 Veritatem dico in Christo, non mentior, testimonium mihi perhibente conscientia mea in Spiritu sancto: 2 Quoniam tristitia mihi magna est, et continuus dolor cordi meo. 3 Optabam enim ego ipse anathema esse à Christo pro fratribus meis, qui sunt coguati mei secundùm carnem; 4 qui sunt Israelitæ, quorum adoptio est filiorum, et gloria, et testamentum, et legislatio, et obsequium, et promissa: 5 Quorum patres, et ex quibus est Christus secundùm carnem, qui est super omnia Deus benedictus in sæcula. Amen. 6 Non autem quod exciderit verbum Dei. Non enim omnes qui ex Israel sunt, ii sunt Israelitæ: 7 Neque qui semen sunt Abrahæ, omnes filii: sed in Isaac vocabitur tibi semen; 8 id est, non qui filii carnis, hi filii Dei, sed qui filii sunt promissionis, æstimantur in semine. 9 Promissionis enim verbum hoc est: Secundùm hoc tempus veniam, et erit Saræ filius. 10 Non so◄ lùm autem illa: sed et Rebecca ex uno concubitu habens, Isaac, patris nos

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Ni los honores, ni los desprecios. O quedar separado de su Iglesia, y como escomulgado, Véase Anatema.Hebraismos. 3 Gen. XXI. v. 12. = r. 10.

4 Gen, XVIII.

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