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10 Si dixerimus quoniam non peccavimus: memdacem facimus eum, et verbum ejus non est in nobis.

10 Si dijéremos, que no hemos pecado: lo hacemos á él mentiroso y su palabra no está en nos

otros.

Capítulo II.

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Nos exhorta á no pecar y á acogernos á Jesucristo cuando hubiéremos pecado. Nos encarga la observancia de los preceptos y la caridad de unos con otros. Consuela a todos, y procura apartarios del amor del mundo. Ultimamente los amonesta que se guarden de los heréjes, à quienes llama anticristos.

1 Filioli mei, hæc scribo vobis, ut non peccetis. Sed et si quis peccaverit, advocatum habemus apud Patrem, Jesum Christum justum:

2 Et ipse est propitiatio pro peccatis nostris : non pro nostris autem tantùm, sed etiam pro totius mundi.

3 Et in hoc scimus quoniam cognovimus eum, si mandata ejus observemus.

Qui dicit se nosse eum, et mandata ejus non custodit, mendax est, et in hoc veritas non est.

5 Qui autem servat verbum ejus, verè in hoc charitas Dei perfecta est: et in hoc scimus quoniam in ipso sumus.

6 Qui dicit se in ipso manere, debet, sicut ille ambulavit, et ipse ambulare.

7 Charissimi, non mandatum novum scribo vobis, sed mandatum vetus, quod habuistis ab initio : Mandatum vetus est verbum, quod audistis.

8 Iterum mandatum novum scribo vobis, quod verum est et in ipso, et in vobis: quia tenebræ transierunt, et verum lumen jam lucet.

9 Qui dicit se in luce esse, et fratrem suum odit, in tenebris est usque adhuc.

10 Qui diligit fratrem suum, in lumine manet,

et scandalum in eo non est.

11 Qui autem odit fratrem suum, in tenebris est et in tenebris ambulat, et nescit quò eat: quia tenebræ obcæcaverunt oculos ejus.

12 Scribo vobis, filioli, quoniam remittuntur vobis, peccata propter nomen ejus.

tra esperanza en una confesion humilde y sincera, aborrecemos el pecado y amamos á Dios; fiel es el Señor, y como nos lo tiene prometido, nos limpiará de todas nuestras maldades. Para esto es necesario, dice S. AGUSTIN, comenzar confesando nuestros pecados, para despues amar al que solo nos los puede perdonar. Si tú no le previenes, condenará lo que hallare en ti contrario á su ley. Mas si quieres que no le condene, procura cuanto antes condenarlo en ti mismo, y reconoce prontamente tu falta, si quieres conseguir que te se perdone.

i Porque como hemos notado, dice todo lo contrario en su Escritura. Psalm. cxv, 11, Rom 1 4. Y así no seguimos su doctrina, ni creemos ser su Evangelio la regla de nuestras acciones.

Procurad con el mayor esmero no caer en pecado, y sobre todo en aquel que os prive de la gracia de Dios. Mas si por vuestra desgracia, y por efecto de la humana fragilidad, cayere alguno en pecado, no desmaye, vuelva luego sobre si, detéstelo, condénelo, y despues preséntese con confianza al Juez soberano de los hombres sin temor de ser condenado, puesto que tiene por abogado á Jesucristo, que por escelencia es el justo, el santo, el inocente, y que por su justicia ha borrado todos los pecados. Si los que tienen que defender una causa están seguros de ganarla cuando un abogado hábil y elocuente la defiende, ¿perderíamos nosotros la nuestra, habiéndose encargado de ella el Verbo de Dios? SAN

AGUSTIN.

3 MS. Bozero auemos.

Hebræor, x, 14. La sangre del Justo derramada á favor de los injustos, fue de un privilegio tan grande y de un precio tan sobresaliente, que si toda la multitud de los esclavos creyese en su Redentor, se librarian todos de los lazos del tirano, que es el demonio. S. AGUSTIN.

Aqui el verbo conocer no esplica un conocimiento esté

a Jonan. xi, 34 et xv, 12.-b Infra i, 14.

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ril y especulativo, sino efectivo, y acompañado del amor de Dios y del prójimo. Lo cual declara escelentemente S. AGUSTIN por estas palabras: No se engañe nuestra alma juzgando que ha conocido á Dios, si lo confiesa con fe muerta y sin buenas obras.

6 Sus mandamientos: su santa ley.

7 Da á entender con esto, que ama de veras á Dios; porsi estamos que esta es la señal por donde hemos de conocer, o no unidos con él en perfecta caridad.

8 Debe vivir como Jesucristo vivió siguiendo sus admirables ejemplos.

9 El Griego: adλoì, hermanos.

10 El primer mandamiento de la ley de Dios, y el primero que aprendisteis cuando fuisteis llamados á la verdadera fe. 11 El Griego: àñ' åpñs, desde el principio. Es la sustancia de la palabra ó doctrina que os ha sido predicada.

12 Nuevo, porque forma el carácter propio de la nueva alianza. Nuevo, por respecto á Jesucristo, que se sacrificó á si mismo por amor de sus hermanos, y lo elevó á una nueva perfeccion, dándonos el ejemplo para que en caso necesario sacrifiquemos tambien nuestra propia vida por nuestros hermanos. Nuevo, por lo que mira á nosotros, que hemos recibido el espiritu y la gracia de la ley nueva para cumplir los oficios de la caridad. Algunos traducen in ipso, en sí mismo, refiriéndolo á mandatum; y los mas lo entienden en el mismo Cristo, que quiere decir nuevo respecto de Cristo y de vosotros. El iterum tiene la espresion de correctivo, como si dijera: sin embargo.

13 En este y en los dos versículos siguientes, da particulares avisos á los cristianos segun sus diversas edades: á los niños, á los jóvenes y á los ancianos. Los primeros se comprenden bajo del dulce nombre de hijitos tiernos ó pequeñitos; y los últimos bajo el título de padres, que es nombre de autoridad y de respeto. A los primeros dice: A vosotros,

t

13 Scribo vobis patres, quoniam cognovistis eum, qui ab initio est. Scribo vobis adolescentes, quoniam vicistis malignum.

14 Scribo vobis infantes, quoniam cognovistis Patrem. Scribo vobis juvenes, quoniam fortes estis, et verbum Dei manet in vobis, et vicistis malignum.

15 Nolite diligere mundum, neque ea, quæ in mundo sunt. Si quis diligit mundum, non est charitas Patris in eo:

16 Quoniam omne, quod est in mundo, concupiscentia carnis est, et concupiscentia oculorum, et superbia vitæ: quæ non est ex Patre, sed ex mundo est.

17 Et mundus transit, et concupiscentia ejus. Qui autem facit voluntatem Dei, manet in æternum.

18 Filioli, novissima hora est et sicut audistis, quia, Antichristus venit: et nunc Antichristi multi facti sunt; unde scimus, quia novissima hora est.

19 Ex nobis prodierunt, sed non erant ex nobis: nam, si fuissent ex nobis, permansissent utique nobiscum sed ut manifesti sint quoniam non sunt omnes ex nobis.

20 Sed vos untionem habetis à Sancto, et nostis omnia.

21 Non scripsi vobis quasi ignorantibus veritatem, sed quasi scientibus eam : et quoniam omne menda

cium ex veritate non est.

22 ¿Quis est mendax, nisi is, qui negat quoniam Jesus est Christus? Hic est Antichristus, qui negat Patrem, et Filium.

23 Omnis, qui negat Filium, nec Patrem habet. Qui confitetur Filium, et Patrem habet.

24 Vos quod audistis ab initio, in vobis permaneat: Si in vobis permanserit quod audistis ab initio, et vos in Filio, et Patre manebitis.

que habeis ahora nacido de nuevo por el bautismo, os escribo y digo, que os son perdonados vuestros pecados por el nombre de Jesucristo.

1 A los segundos da la enhorabuena, porque conocian al que es el Padre de todas las cosas, y por estar bien instrui. dos en los misterios de la religion, y en estado de poder enseñar á los otros: y á los jóvenes por la fortaleza con que habian combatido contra el demonio, y porque eran fieles observadores de la palabra del Señor. S. AGUSTIN.

El espiritu y las máximas de los hombres dominados por la concupiscencia y enemigos de la doctrina de Jesucristo espuesta en el santo Evangelio.

Los falsos bienes, á los que los mundanos aplican su

corazon.

Esta es una demostracion de aquellas palabras. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Lo que hay en el mundo, dice este admirable Apóstol, ó es concu piscencia de carne, esto es, amor desordenado á todo lo que puede lisonjear los sentidos: ó concupiscencia de ojos, esto es, el amor del resplandor de las riquezas, y una curiosidad sin medida, que todo lo quiere ver y entender o orgullo de vida, esto es, amor de los honores, de la elevacion, y de las alabanzas. Todo esto no proviene del Padre, sino del mundo. Luego el que ama al mundo, no ama ni puede amar al Padre. El que ama á las cosas del mundo mas que á Dios, es semejante à una esposa infiel, que hace mayor aprecio de un anillo que le dió el esposo, que del mismo esposo. Dios nos puso en las manos todas las cosas de este mundo como prendas de su amor; mas por esto mismo quiere que le amemos. Y asi si ponemos nuestro corazon en estas cosas, y lo apartamos del Criador, este amor es amor de una esposa infiel.

Por estas palabras parece dar á entender que estaba cerca el fin de los siglos, y que el Anticristo no estaba muy distante, puesto que habia ya en el mundo tantos herejes, que son precursores suyos. Y así es, porque contaba por nada el tiempo, que debia pasar hasta la segunda venida de Cristo. Algunos intérpretes que creen haber sido escrita esta

13 Os escribo á vosetros, padres, porque habeis conocido á aquel 1, que es desde el principio. Escribo á vosotros, mancebos, porque habeis vencido al maligno.

14 Os escribo á vosotros, oh niños, porque habeis conocido al Padre. Os escribo, oh jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de Dios permanece en vosotros, y habeis vencido al maligno.

15 No querais amar al mundo, ni las cosas, que hay en el mundo 3. Si alguno ama el mundo, la caridad del Padre no está en él :

16 Porque todo lo que hay en el mundo, es concupiscencia de carne, y concupiscencia de ojos, y soberbia de vida: la cual no es del Padre, sino del mundo.

17 Y el mundo se pasa, y su concupiscencia. Mas el que hace la voluntad de Dios, permanece para siempre.

18 Hijitos, ya es la última hora: y como habeis oido, que el Anticristo viene: así ahora muchos sé han hecho anticristos: de donde conocemos, que es la última hora.

19 Salieron de entre nosotros 7, mas no eran de nosotros 8: porque si hubieran sido de nosotros", hubieran cierto permanecido con nosotros: mas para que se vea claro, que no todos son de nosotros.

20 Pero vosotros teneis la unción del Santo, y sabeis todas las cosas 10.

21 No os he escrito á vosotros, como si ignoraseis la verdad, mas como á los que la sabeis: y porque ninguna mentira es jamás de la verdad 11.

22 ¿Quién es mentiroso, sino aquel que niega, que Jesús es el Cristo 12? Este tal es el Anticristo, que niega al Padre, y al Hijo.

23 Cualquiera que niega al Hijo, no tiene al Padre. El que confiesa al Hijo, tiene tambien al Padre.

24 Lo que oisteis desde el principio, permanezca en vosotros 15: Si permaneciere en vosotros lo que oisteis desde el principio, vosotros tambien permanecereis en el Hijo y en el Padre.

carta antes de la ruina de Jerusalém, dicen que en dichas palabras se insinúa esta, representada tambien en otros lugares de la Escritura bajo la idea del fin del mundo; porque era una figura ó como retrato de lo que debe suceder entonces. Tambien se indica la brevedad de la vida, y la proximidad del juicio que se hace de cada uno en su fin o cuando muere.

6 Anticristos: asi parece, que debe escribirse y decirse, ya en atencion á su origen; y á lo que significa, enemigo ó contrario de Cristo; y ya tambien porque de él decimos Anticristianos. Esto no obstante, tanto nuestros antiguos como los modernos, escriben Antecristo, sin duda porque ha de ser, como precursor de la última venida del Señor á juzgar á todo el mundo.

7 Porque estaban en la Iglesia juntamente con nosotros. 8 Del número de los verdaderos fieles, del que nos gloriamos ser nosotros.

? Porque si hubieran sido del numero de los escogidos, que son los miembros vivos de la Iglesia, que deben permanecer siempre en ella, no se hubieran separado de nosotros. Pero esto les ha sucedido, para que se vea que no todos sienten como nosotros.

10 Habeis sido instruidos por la uncion interior del Espi ritu Santo, el que os alumbra y dirige, para que conozcais y practiqueis todo lo que es conducente para vuestra salvavacion.

41 Y tambien que de Cristo, que es la verdad, no pueden venir mentiras, ni los errores, cou los que estos hombres perversos vician la sana doctrina.

12 El Mesias verdadero, y por consiguiente el Hijo de Dios. El que niega al hijo niega tambien ai Padre; porque el Padre ha declarado de diversas maneras y con infinitos milagros, que Jesucristo es su Hijo amado: y asi en vano se gloria dé creer eu Dios el que no cree en Jesucristo.

13 Perseverad firmes en la fe que os fue enseñada desde el principio. Si alguno, aunque sea un ángel del cielo, os evangelizare otra cosa, sea anatema. Ad Galat. 1. 8. y TERTULIANO: Se ha de mantener aquello que la Iglesia recibió de los apóstoles, y los apóstoles de Cristo.

25 Et hæc est repromissio, quam ipse pollicitus est nobis, vitam æternam.

26 Hæc scripsi vobis de his, qui seducunt vos.

27 Et vos unctionem, quam accepistis ab co maneat in vobis. Et non necesse habetis ut aliquis doceat vos: sed sicut unctio ejus docet vos de omnibus, et verum est, et non est mendacium. Et sicut docuit Vos, manete in eo.

28 Et nunc filioli manete in eo: ut cùm apparuerit, habeamus fiduciam, et non confundamur ab eo in adventu ejus.

29 Si scitis quoniam justus est, scitote quoniam et omnis, qui facit justitiam, ex ipso natus est.

25 Y esta es la promesa que él nos prometió, la vida eterna 1.

26 Os he escrito estas cosas sobre aquellos que os engañan *.

27 Y permanezca en vosotros la uncion que recibisteis de él. Y no teneis necesidad que ninguno os enseñe : mas como su uncion os enseña en todas las cosas, y es verdad, y no es mentira. Y como ella os ha enseñado, permaneced en ello.

28 Y ahora, hijitos, permaneced en ello: para que cuando apareciere, tengamos confianza, y no seamos confundidos por él en su venida.

29 Si sabeis que él es justo, sabed tambien que todo aquel que hace la justicia, es nacido de él 8.

Capítulo III.

Encarga la caridad fraternal. Muestra el amor que Dios nos ha tenido: distingne despues los hijos de Dios de los hijos del diablo; y concluye con una exhortacion á la observancia de los mandamientos de Dios.

1 Videte qualem charitatem dedit nobis Pater, ut filii Dei nominemur, et simus. Propter hoc mundus non novit nos: quia non novit eum.

2 Charissimi, nunc filii Dei sumus : et nondum apparuit quid erimus. Scimus quoniam cùm apparuerit, similes ei erimus : quoniam videbimus eum sicuti est.

3 Et omnis, qui habet hanc spem in eo, sanctificat se, sicut et ille Sanctus est.

4 Omnis, qui facit peccatum, et iniquitatem facit: et peccatum est iniquitas.

5 Et scitis quia ille apparuit ut peccata nostra tolleret et peccatum in eo non est.

6 Omnis, qui in eo manet, non peccat: et omnis, qui peccat, non vidit eum, nec cognovit eum.

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1 Considerad cual caridad nos ha dado el Padre, queriendo que tengamos nombre de hijos de Dios, y lo seamos 9. Por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoce á él :

2 Carísimos, ahora somos hijos de Dios: y no aparece aun 10 lo que habemos de ser. Sabemos que cuando él apareciere, seremos semejantes á él: por cuanto nosotros le veremos así como él es.

3 Y todo aquel que tiene esta esperanza en él 11, se santifica asimismo, así como él es santo.

4 Todo aquel que hace pecado, hace tambien injusticia 12 porque el pecado es injusticia:

5 Y sabeis que él apareció para quitar nuestros pecados y no hay pecado en él.

6 Todo aquel que permanece en él, no peca: y todo el que peca, no le ha visto, ni le ha conocido.

1 Cuando nuestra union con Dios llegue á su perfeccion, la sustancia de la promesa que nos tiene hecha, será la vida eterna prometida á los que creen.

2 Tocante á estos impostores que os quieren engañar con astucia diabólica.

3 El Griego: ève, permanece. La gracia del Espiritu Santo.

5 Si esta uncion bastaba para todo, ¿á qué fin tanto conato en este santo Apóstol y en todos los demás para dar instrucciones á los fieles? El Apóstol tambien sabia muy bien, que las palabras de los hombres solo pueden llegar á las orejas del cuerpo; mas que se necesita que haya un maestro que nos instruya al mismo tiempo en lo interior. Nuestras palabras por lo que mira á las personas, que queremos instruir, no tienen otro efecto que el que tienen los desvelos de un jardinero que se aplica á cultivar un arbol: no es él el que forma el fruto que lleva, ni tiene que ver en lo que se obra en lo interior del árbol. El que planta no es nada, ni el que riega, dice S. PABLO, I Corinth. m. 7, mas es Dios el que lo hace crecer. Y esto es lo que signinifican estas palabras de nuestro Apóstol: Su uncion es la que enseña todas las cosas. S. AGUSTIN. Si los herejes quisieran abrir los ojos, no abusarian de este testo para sus

errores.

Perserverad firmes en su doctrina.

7 Para que cuando seamos presentados ante su severo tribunal, nos reconozca por sus ovejas, y no nos separe de sí para eterna confusion de nuestras almas, privándonos de la vista de su cara.

8 Da á entender que ha renacido en Jesucristo por que vive segun su espíritu: porque como este Señor es la fuente y el principio de toda justicia, ningunò hay que sea justo sino por él. Y este nuevo nacimiento, que nos comunica este segundo Adam, es tan feliz, como desgraciado el que traemos del primero.

9 Demuestra la escelencia y los frutos de esta filiacion, para que los fieles hagan el aprecio que merece una honra

a Isai. Lm, 9, 1 Petr. II, 22.

tan grande, como es llamarse, y no solamente llamarse, sino ser en realidad hijos de Dios por gracia y por adopcion. Por esta calidad, que tenemos de hijos de Dios, no nos conoce el mundo, que son los mundanos y los infieles; y no hay que estrañarlo, ni tampoco que ellos nos aborrezcan, maltraten y persigan; porque lo mismo hicieron con el Hijo de Dios y por la misma razon, que ellos no conocen à Dios, tampoco conocen á sus hijos. JOANN. XV, 18, 21.

10 No ha llegado todavia el tiempo, en que se hará conocer á todos las hombres, y particularmente á los incrédulos, la escelencia y grandeza de esta dignidad. Y cuando llegue aquel tiempo sabemos, y verán todos, que seremos semejantes al mismo Dios por la gloria del alma y del cuerpo porque le veremos cara á cara, esto es, en su misma esencia. Los teólogos llaman intuitiva à esta vision. Coloss. III, 3. II Corinth. II, 18. BEDA lo esplica deJesucristo: seremos semejantes á él, porque resucitaremos como él resucitó en un cuerpo glorificado.

14 El que tiene y alimenta en su corazon esta grande esperanza, debe procurar por todos los medios santificar su alma para ser semejante á aquel, que es santo por esencia, ó la misma santidad.

12 Cometer un pecado, es apartarse de la justicia y de la rectitud, que pide la ley; porque el pecado es una iniquidad, ó desobediencia y transgresion de la ley, y así, en el Griego se llama arouia. Sabeis que el verbo eterno se encarnó para quitar y llevar sobre si nuestros pecados, siendo él por su naturaleza impecable. Luego el que peca, lejos de santificarse y parecerse á él, pretende hacer lo contrario de lo que Jesucristo se propuso cuando vino al mundo, é intenta con sus pecados cargar mas y mas á Jesucristo, y echar por tierra el misterio de la Encarnacion, resistiendo al divino Redentor, cuyo designio fue destruir el pecado. De todo lo cual se infiere, que el que no peca permanece en Jesucristo; y por el contrario, que el que peca no conoce á Je. sucristo con un conocimiento efectivo, y con la luz de una fe viva, que obra por caridad.

7 Filioli, nemo vos seducat. Qui facit justitiam, justus est sicut et ille justus est.

a

8 Qui facit peccatum, ex diabolo est: quoniam ab initio diabolus peccat. In hoc apparuit Filius Dei, ut disolvat opera diaboli.

9 Omnis, qui natus est ex Deo, peccatum non facit: quoniam semen ipsius in eo manet, et non potest peccare, quoniam ex Deo natus est.

10 In hoc manifesti sunt filii Dei, et filii diaboli. Omnis qui non est justus, non est ex Deo, et qui non diligit fratrem suum :

11 Quoniam hæc est annuntiatio, quam audistis ab initio, ut diligatis alterutrum.

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12 Non sicut Caïn, qui ex maligno erat, et occidit fratrem suum. Et propter quid occidit eum? Quoniam opera ejus maligna erant: fratris autem ejus, justa.

13 Nolite mirari fratres, si odit vos mundus.

14 Nos scimus quoniam translati sumus de morte ad vitam, quoniam diligimus fratres d. Qui non dili git, manet in morte:

15 Omnis, qui odit fratrem suum, homicida est. Et scitis quoniam omnis homicida non habet vitam æternam in semetipso manentem.

16 In hoc cognovimus charitatem Dei, quoniam ille animam suam pro nobis posuit et nos debemus pro fratribus animas ponere.

17 Qui habuerit substantiam hujus mundi, et viderit fratrem suum necessitatem habere, et clauserit viscera sua ab eo: ¿quomodo charitas Dei manet in eo?

18 Filioli mei, non diligamus verbo, neque linguâ sed opere et veritate.

19 In hoc cognoscimus quoniam ex veritate sumus: et in conspectu ejus suadebiinus corda nostra.

20 Quoniam si reprehenderit nos cor nostrum : major est Deus corde nostro, et novit omnia.

7 Hijitos, no os engañe ninguno. El que hace justicia, justo es así cómo él tambien es justo.

8 El que comete pecado, es del diablo 2: porque el diablo desde el príncipio peca 3. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.

9 Todo aquel que es nacido de Dios, no hace pecado: porque su simiente está en él, y no puede pecar, porque es nacido de Dios.

10 En estos son conocidos los hijos de Dios, y los hijos del diablo. Todo aquel que no es justo, no es de Dios, y el que no ama á su hermano 5:

11 Porque esta es la doctrina, que habeis oido desde el principio, que os ameis unos á otros.

12 No asi como Caín, que era del maligno, y mató á su hermano. ¿Y por qué lo mató? Porque sus obras eran malas; y las de su hermano buenas ",

6

13 No estrañeis, hermanos, si os aborrece el mundo 7.

14 Nosotros sabemos que hemos sido trasladados de muerte á vida 8, en que amamos á los hermanos. El que no ama, está en muerte:

15 Cualquiera que aborrece á su hermano, es homicida. Y sabeis que ningun homicida tiene vida eterna que permanezca en sí mismo 10.

16 En esto hemos conocido la caridad de Dios, en que puso él su vida por nosotros y nosotros debemos poner nuestra vida por los hermanos 11.

17 El que tuviere riquezas de este mundo, y viere á su hermano tener necesidad, y le cerrare sus entrañas 12; ¿cómo está la caridad de Dios en él?

18 Hijitos mios, no amemos de palabra, ni de lengua, sino de obra y de verdad.

19 En esto 13 conocemos que somos de la verdad: y que nosotros persuadiremos nuestros corazones delante de Dios.

20 Porque si nuestro corazon nos reprendiere 14; mayor es Dios, que nuestro corazon, y sabe todas las

cosas.

1 Pretendiendo persuadiros, que no son necesarias las buenas obras para salvarse, y que basta para esto la fe; porque yo os hago saber, que es justo solamente aquel que cree y que obra. Este imita á Jesucristo en la justicia. La particula como, solo denota semejanza. STO. THOMAS.

* Porque sigue las sugestiones, la doctrina y el espíritu del demonio.

3 El demonio fue el primero que pecó y tentó al primer hombre para que pecase; y todos los dias nos tienta para lo mismo. Y el Hijo de Dios vino al mundo para destruir las obras del diablo, como son la injusticia, la mentira y el pecado. Ni peca, ni puede pecar, mientras conserve la gracia del nuevo nacimiento, que ha recibido de Díos, y mientras la caridad, que es la simiente de Dios derramada en su corazon, habite en él. S. GERÓNIMO. El pecado, de que se habla en este lugar, es el pecado mortal. No peca, ni puede pecar, ó perseverar finalmente en el pecado, si es predestinado. S. FULG. Pero de aquí no se infiere que sea impecable, como definió el Concil. Trid. Sess. VI. Can. XXIII. Y espresamente enseña SтO. THOMAS con todos los teólogos.

5 El que ama á su hermano cumplió la ley; por que la caridad es el cumplimiento de la ley. Roman. xII, 8, 10.

La envidia, que concibió de la virtud de su hermano Abel, viendo que los sacrificios de este eran agradables á Dios, y no los suyos, encendió en su corazon un odio irreconciliable, que le arrastró á cometer el primer fratricidio que hubo en el mundo, dando muestras de que no era hijo de Dios sino del diablo.

7Y así no estraneis, que el mundo por el mismo motivo os aborrezca, no pudiendo sufrir vuestra virtud.

8 De la muerte del pecado á la vida de la gracia; porque el amor verdadero del prójimo es indicio cierto de la justicía. El amor de Dios es la vida del alma, y en este se comprende el amor del prójimo, y de aquí se infiere por el con

trario, que el que no ama como debe á su prójimo no goza de la vida del alma, que nace del amor de Dios, y por consiguiente está muerto para Dios.

9 El que aborrece de corazon á su hermano es ya homicida en su ánimo; porque la disposicion que tiene interiormente, es de quitarle la vida. S. GERÓN.

10 Porque si Dios mandaba que el homicida fuese esterminado de su pueblo, mucho menos podrá tener lugar en la ciudad de los bienaventurados, en la que solo puede caber la inocencia.

11 Estar prontos para morir, si fuere necesario, por la salud espiritual de nuestros hermanos. JOANN., xv, 15. 12 Le negare con crueles entrañas lo que necesita para salir de la miseria en que se halla. Y si le niega esto, ¿cómo podrá persuadir que está pronto á ofrecer su vida por su salud? De aquí se ve que no ama de veras á su hermano, y por consiguiente ni tampoco á Dios, y que el amor de este Señor no habita en su corazon. Grande culpa, si sabiendolo tú, tu hermano se halla necesitado, dice SAN AMBROSIO.

13 Por estos servicios reales y efectivos, que por motivo de caridad y sinceramente hiciéramos á nuestros hermanos; conoceremos que somos hijos de la verdad, hijos de Dios, cuya caridad imitamos; y de este modo conservaremos una conciencia tranquila y segura delante de Dios, porque cuanto está de nuestra parte cumplimos sus santos mandamientos. El verbo que corresponde al suadebimus de la Vulgata significa asegurar, alentar ; y hace mas claro el sentido de este versiculo, y de los dos siguientes.

14 Porque si nuestra conciencia nos arguye de la dureza que hemos usado con nuestros prójimos; ¿qué sucederá cuando nos presentemos en el tribunal del soberano Juez, que nos conoce infinitamente mejor que nosotros á nosotros mismos?

a Joann. viii, 44.-b Joann. xiii, 34. et xv, 12.-e Genes. Iv, 8.-d Levit. XIX, 17. Supra. 11, 10.- Joann. xv, 13.—f Luc. m, 2. Jacob. II,

15.

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21 Carísimos, si nuestro corazon no nos reprende, confianza tenemos delante de Dios 1:

22 Y cuanto le pidiéremos, recibirémos de él: porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables en su presencia.

23 Y este es su mandamiento: Que creamos en el nombre de su hijo Jesucristo y nos amemos unos á otros, como nos lo ha mandado.

24 Y el que guarda sus mandamientos, está en Dios, y Dios en él y en esto sabemos que él permanece en nosotros por el espíritu que nos ha dado.

Capítulo IV.

Quiere que se prueben los espíritus, para que se conozca los que son de Dios, y los que no. Exhorta al amor de Dios y del prójimo; y nos muestra cuánto nos ama Dios: y que la caridad echa fuera al temor.

1 Charissimi, nolite omni spiritui credere, sed probate spiritus si ex Deo sint : quoniam multi pseudoprophetæ exierunt in mundum.

2 In hoc cognoscitur Spiritus Dei: omnis spiritus qui confitetur Jesum Christum in carne venisse, ex Deo est:

3 Et omnis spiritus, qui solvit Jesum, ex Deo non est et hic est Antichristus, de quo audistis quoniam venit, et nunc jam in mundo est.

4 Vos ex Deo estis filioli, et vicistis eum, quoniam major est qui in vobis est, quam qui in mundo.

5 Ipsi de mundo sunt: ideo de mundo loquuntur, et mundus eos audit.

6 Nos ex Deo sumus. Qui novit Deum, audit nos: qui non est ex Deo, non audit nos: in hoc cognoscimus spiritum veritatis, et spiritum erroris.

7 Charissimi, diligamus nos invicem : quia charitas ex Deo est. Et omnis, qui diligit, ex Deo natus est, et cognoscit Deum.

8 Qui non diligit, non novit Deum : quoniam Deus charitas est.

9 In hoc apparuit charitas Dei in nobis, quoniam « Filium suum unigenitum misit Deus in mundum, ut vivamus per eum.

Porque el mejor medio para entrar en confianza de que Dios nos mirará con misericordia, es usarla con nuestros hermanos. S. CYPR.

2A todo aquel que pretende enseñaros y que habla como enviado de Dios.

3 La señal, por donde habeis de conocer, si son ó no enviados de Dios, es si su doctrina es conforme ó no á la que la Iglesia cree y enseña por sus ministros.

Con un cuerpo verdadero y semejante al de los otros hombres.

1 Carísimos, no querais creer á todo espíritu, mas probad los espíritus si son de Dios porque muchos falsos profetas se han levantado en el mundo.

2 En esto se conoce el Espíritu de Dios: todo espíritu que confiesa que Jesucristo vino en carne, es de Dios:

3 Y todo espíritu, que divide á Jesús, no es de Dios: y este tal es un Anticristo, de quien habeis oido, que viene; y que ahora ya está en el mundo. 4 Vosotros, hijitos, sois de Dios, y vencisteis á aquel, porque el que está en vosotros 7 es mayor que el que está en el mundo 8. 5 Ellos del mundo son por eso hablan del mundo3, y el mundo los oye.

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6 Nosotros de Dios somos. Quien á Dios conoce, nos oye 10: el que no es de Dios, no nos oye : en esto conocemos el espiritu de verdad, y el espíritu de er

ror.

7 Carísimos, amémonos los unos á los otros: porque la caridad procede de Dios 11: Y todo aquel que ama, de Dios es nacido, y conoce à Dios

8 El que no ama, no conoce á Dios: porque Dios es caridad 12.

9 En esto se demostró la caridad de Dios hácia nosotros, en que Dios envió al mundo á su hijo unigė– nito, para que vivamos por él.

habeis resistido con valor á estos falsos profetas, no por vuestras fuerzas sino con el socorro del que babita en vosotros por su gracia, y que es mas poderoso para protejeros, que lo es el demonio vuestro enemigo, ó el Anticristo para derribaros y pervertiros.

Por esto no hablan ni respiran otra doctrina que la que es conforme à la carne, á sus pasiones y al paladar de los mundados; los cuales por esta razon los oscuchan con alegría. JOANN. VIII, 47.

10 Luc. x, 16. El que conoce y ama á Dios, y está unido con él, escucha nuestra doctrina; porque sabe que somos los enviados de Dios para anunciarles sus verdades, y el que no nos escucha no es de Dios. Y por aquí se conoce cuales son los espíritus del error ó de la verdad. Esta regla es general, y se estiende con propiedad á todos los tiempos de la Iglesia.

5 Que separa de Jesús la divinidad ó la humanidad, enseñando, ó que no es Dios ó que no es verdadero hombre. Habia entonces unos herejes, como Cerintho, que negaban la divinidad de Jesucristo; y otros, como los gnósticos, que combatian la verdad de su encarnacion, diciendo que no habia nacido verdaderamente ni muerto ni resucitado, sino solamente en apariencia. El Griego lee de este modo: 11 El espíritu de error, es espíritu de codicia y de amor καὶ τοῦτό ἐστι τὸ τοῦ ἀντιχρίστοᾶ ὁ ἀκηκόατε, ὅτι ἔρχεται, propio : el espiritu de verdad es espiritu de caridad: y esto es propio del Anticristo, que habeis oido que vie- asi el que ania á su prójimo es verdaderamente hijo de ne, etc. Este es el carácter propio, y el espiritu del Anti-Dios, que es verdad y caridad, y conoce y ama al Sumo cristo, el cual espíritu y modo de pensar ya habeis oido bien. S. AGUST. que está en el mundo; porque hay en el mundo muchos herejes que son sus precursores, los cuales piensan y enseñan del mismo modo, seduciendo a los incautos.

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12 Es la caridad misma por esencia, como en la sabiduría, y la bondad, y todos los demás divinos atributos. Cuando este santo Apóstol dice, que la caridad es, ó viene de Dios, hace un grande elogio de esta virtud: mas qué elogio puede igualar al que hace de ella, cuando dice: Dios es caridad? Por tanto ninguno diga: Yo peco contra un hombre, cuando no amo a mi hermano, etc. ¿Acaso no pecas tambien contra Dios, cuando pecas contra caridad? SAN AGUST.

a Matt. xx1, 22.-b Joann. vi, 29. et xv, 3.- Joann. xi, 34, ct xv, 12.-d Joann. I, 16.

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