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2 Así que cuando haces limosna no hagas que se toque la trompeta delante de tí, como hacen los hipocritas en las sinagogas, y en las calles para atraerse honra de los hombres. En verdad os digo que ya recibieron su recompensa. 3 Mas cuando des limosna haz que tu mano izquierda, no sepa lo que hace tu derecha.

4 Paraque tu limosna quede secreta, y tu Padre que ve en lo secreto, te premiará en publico.

5 Y cuando oras no seas como los hipocritas: Porque ellos aman el orar en pié en las sinagogas y en las esquinas de las calles para ser vistos de los hombres. En verdad os digo que ya recibieron su recompensa.

6 Mas tú cuando orares entra en tu aposento, y cerrada la puerta ora á tu Padre en secreto, y tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará en publico.

7 Y al orar no habléis mucho como los Gentiles creyendo que han de ser oidos por su mucho hablar.

8 No os asemejéis á ellos: porque vuestro Padre sabe de lo que tenéis necesidad antes que vosotros le pidáis.

9 Vosotros pues habéis de orar así: Padre nuestro que estás en los cielos sanctificado sea tu nombre.

10 Venga el tu reyno: hagase tu voluntad en la tierra así como en el cielo.

11 Danos hoy nuestro pan cotidiano.

12 Y perdonanos neustras deudas así como nosotros perdonamos á nuestros deudores.

13 Y no nos dejes caer en tentacion mas libranos de mal porque tuyo es el reyno, el poder, y la gloria por los siglos. Amen.

14 Porque si perdonáreis á los hombres sus ofensas vuestro Padre

celestial os perdonará tambien a vosotros.

15 Mas si no perdonáreis á los hombres sus ofensas tampoco vues otro Padre os perdonárá vuestras ofensas.

16 Y cuando ayunéis no os pongáis caritristes como los hipocritas, los cuales desfiguran sus rostros para hacer ver á los hombres que ayunan. En verdad os digo que ya recibieron su recompensa.

17 Mas tú cuando ayunes unge tu cabeza y lava tu cara.

18 Para no hacer ver á los hombres que ayunas sino á tu Padre que está en lo secreto y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en publico.

19 No amontonéis tesoros para vosotros en la tierra, en dónde la la polilla y el orin los consumen y en dónde los ladrones los desentierran y roban.

20 Mas amontonad para vosotros tesoros en el cielo en dónde ni la polilla ni el orin los consumen, y en dónde los ladrones no los desentierran ni roban.

21 Porque dónde está vuestro tesoro allí está tambien vuestro

corazon.

22 Luz de tu cuerpo es tu ojo, por lo que si tu ojo fuere sencillo, todo tu cuerpo estará lleno de luz.

23 Mas si tu ojo fuere maligno todo tu cuerpo estará lleno de tinieblas. Así que si la luz que hay en tí es tinieblas į cuan grandes serán las mismas tinieblas ?

24 Ninguno puede servir á dos señores, porque ó aborrecerá al uno y amará ol otro, ó se allegará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir á Dios y á las riquezas.

25 Por esto os digo: no andéis afanados por vuestra vida pensando que habéis do comer ó que ha

béis de beber, ni por vuestro cuerpo que habéis de vestir. ¿ No vale mas la vida que el alimento, y el cuerpo que el vestido ?

26 Mirad las aves del cielo que no siembran ni siegan, ni recogen en troxes, y vuestro Padre celestial las alimenta i no valéis pues vosotros mucho mas que ellas ?

27 Y quíen de vosotros dandose á discurrir podrá añadir un codo á su estatura?

28 Y ¿porqué os afanáis por el vestido? Contemplad los lirios del campo como crecen: ellos no trabajan, ni hilan.

29 Y sinembargo os digo que ni aún Salomon en medio de toda su gloria estuvo vestido como uno de estos.

30 Pues si la yerba del campo que hoy es y mañana es echada en el horno, Dios la viste así i no os vestirá mucho mas á vosotros hombres de poca fé?

31 No os afanéis pues diciendo que comeremos? ó que beberemos? ó con que nos cubriremos?

32 (Porque los Gentiles buscan estas cosas) porque vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas.

33 Buscad pues primero el reyno de Dios, y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.

34 Así que no andéis cuidadosos por el dia de mañana, porque el dia de mañana traerá su cuidado; bastale al dia su proprio afan.

CAPITULO VII.

O juzguéis paraque no seáis

No juzguéis

2 Porque con el juicio con que juzgáreis seréis juzgados, y con la medida con que midiereis se os volverá á medir.

3 Y ¿ porqué ves la mota en el

ojo de tu hermano y no echas de ver la viga que está en tu ojo ?

4 Oi como dices a tu hermano, deja que saque la mota de tu ojo, y he aquí tú tienes una viga en tu proprio ojo?

5 Hipocrita, echa primero la viga de tu ojo, y entonces verás claramente para sacar la mota del ojo de tu hermano.

6 No déis lo santo á los perros ni echéis vuestras perlas delante de los puercos, no sea que las huellen con sus pies y volviendose contra vosotros os despedazen.

7 Pedid, y se os dará: buscad, y hallaréis: llamad, y se os abrirá.

8 Porque todo aquel que pide récibe; y el que busca halla, y al que llama se le abrirá.

9 O quíen de vosotros es el hombre a quien si su hijo pidiere pan acaso le dará una piedra ?

10 O si le pidiere un pez, acaso le dará una serpiente?

11 Si vosotros pues siendo malos sabéis dar buenas dadivas á vuestros hijos į cuanto mas vuestro Padre que está en los cielos dará buenas dadivas á los que se las pidieren?

12 Así que todo lo que quisiereis que los hombres hagan con vosotros, hacedlo asi vosotros tambien con ellos.

13 Entrad por la puerta angosta, porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que conduce á la perdicion, y muchos son los que entran por ella.

14 Porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que conduce á la vida y pocos son los que atinan con él.

15 Guardaos de los falsos profetas que vienen á vosotros vestidos de pieles de ovejas y por dentro son lobos rapaces.

16 Por sus frutos los conoceréis.

Acaso se cogen uvas de los espinos, ó higos de los abrojos?

17 Así mismo todo arbol bueno lleva buen fruto, y el arbol malo lleva mal fruto.

18 No puede el arbol bueno llevar mal fruto, ni el arbol malo llevar fruto bueno.

19 Todo arbol que no lleva buen fruto, será cortado y echado al fuego.

20 Por sus frutos pues los conoceréis.

21 No todo aquel que me dice Señor, Señor, entrará en el reyno de los cielos, sino aquel que hiciere la voluntad de mi Padre que está en los cielos.

22 Muchos me dirán en aquel dia Señor, Señor i no hemos profetizado en tu nombre? ¿y no hemos en tu nombre lanzado demonios? y hecho muchos milagros en tu nombre ?

23 Y entónces yo les diré claramente. Nunca os conocí; apartaos de mi operarios de la maldad. 24 Por tanto todo aquel que oye estas mis palabras y las practíca, lo compararé á un hombre cuerdo que edificó su casa sobre peña.

25 Y descendió lluvia, y vinieron rios, y soplaron vientos, y dieron con impetu sobre aquella casa y no cayó porque estaba cimentada sobre peña.

26 Y todo aquel que oye estas mis palabras, y no las cumple, será semejante á un hombre loco que edificó su casa sobre arena.

27 Y descendió lluvia, y soplaron vientos, y dieron impetuosamente sobre aqualla casa, y cayó, y fué grande su ruina.

28 Y sucedió que cuando Jesus hubo concluido estos razonamientos las gentes estaban pasmadas de su doctrina.

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gentes.

2 Y he aquí vino un leproso, y le adoraba diciendo Señor, si tú quieres puedes limpiarme.

3 Y estendiendo Jesus la mano le tocó diciendo: Quiero, se limpio, é inmediatamente quedó limpio de su lepra.

4 Entonces Jesus le dijo: Mira no lo digas á nadie mas ve, presentate al Sacerdote, y ofrece el don que Moyses ordenó en testimonio á ellos.

5 Y habiendo entrado Jesus en Capharnaum se llegó á él un centurion rogandole.

6 Y diciendo: Señor, mi criado está postrado en cama paralitico reciamente atormentado.

7 Y Jesus le dijo: Yo iré y le

sanaré.

8 Entonces el centurion le respondió diciendo: Señor yo no soy digno de que entres debajo de mi techo, mas dí solamente la palabra, y sanará mi criado.

9 Porque yo tambien soy hombre sujeto á la autoridad de otro, y tengo á mis ordenes soldados, y digo á este: Véyva; yal otro ven, y viene: yá mi criado: haz esto, y lo hace.

10 Al oir Jesus se maravilló y dijo a los que le seguían: En verdad os digo que no he hallado fé tan grande, no, ni en Israel.

11 Y os digo que vendrán muchos de oriente, y de occidente, y se sentarán con Abraham, é Isaac y Jacob en el reyno de los cielos. 12 Y los hijos del reyno serán echados á las tinieblas esteriores. Allí será el llanto y el cruxir de dientes.

13 Y Jesus dijo al centurion: Vé y como creiste así te sea hecho.

14 Y habiendo llegado Jesus á la casa de Pedro vió á su suegra postrada en cama, y con fiebre.

15 Y tocó su mano, y la fiebre la dejó, y levantose, y los servía. 16 Y venida la tarde le trajeron muchos endemoniados, y con su palabra lanzaba los espíritus, y curó á todos los dolientes.

17 Para que se cumpliese lo que fué dicho por el profeta Isaias, cuando dijo: El mísmo tomó nuestras enfermedades, y cargó con nuestras dolencias.

18 Mas como viese Jesus muchas gentes al rededor de sí, ordenó pasar á la otra parte del lago.

19 Y llegandose á él un Escríba le dijo: Maestro te seguíré adonde quiera que fueres.

20 Y Jesus le dice las zorras tienen madrigueras y las aves del cielo nidos, mas el hijo del hombre no tiene donde reclinar su cabeza. 21 Y otro de sus discipulos le dijo: Señor permite que primero vaya y entierre á mi padre.

22 Mas Jesus le dijo: sígueme y deja que los muertos entierren á

sus muertos.

23 Y habiendo él entrado en un barco le siguieron sus discipulos. 24 Y he aquí se levantó una tempestad tan grande en el mar que las olas cubrían el barco. Y el dormía.

25 Y llegandose á él sus discipulos le dispertaron diciendo: Señor, salvanos que perecemos.

26 Y él les dice: ¿Qué teméis ó hombres de poca fé? Y levantandose reprendió á los viéntos y á la mar y siguióse gran bonanza. 27 Y los hombres se maravilláron y decían: ¿Quién es este

que hasta los vientos, y el mar le obedecen?

28 Y cuando Jesus hubo pasado á la otra parte del lago en el país de los Gergesenos vinieron á su encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros de tal manera fieros que nadie podía pasar por aquel camino.

29 Y he aquí que empezaron á dar gritos diciendo ¿qué tenemos que ver contigo Jesus hijo de Dios? ¿Has venido acá á atormentarnos antes de tiempo ?

30 Y lejos de ellos estaba paciendo una gran piára de puercos.

31 Y los demonios le rogaron diciendo: Si nos echas de aquí permitenos que vayamos á aquella piára de puercos.

32 Y él les dijo, Yd. Y habiendo ellos salido se fueron á la piára de los puercos. Y he aquí que toda la piára de los puercos se precipitó en la mar por un despeñadero, y perecieron en las aguas.

33 Y los que los guardaban huyeron y se fueron á la ciudad, y lo contaron todo con lo que había acontecido á los endemoniados.

34 Y he aquí que toda la ciudad salió á encontrar á Jesus, y al verle le rogaron que se fuese de sus terminos.

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mientos dijo į porqué pensáis mal en vuestros corazones?

5i Cual cosa es mas facil decir perdonados te son tus pecados, ó decir levantate y anda?

6 Pues paraque sepáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra de perdonar pecados, levantate (dijo él entónces al paralitico) toma tu lecho, y vete á tu

casa.

7 Y levantóse y se fué á su

casa.

8 Y cuando le vieron las gentes se maravillaron y glorificaron á Dios, por haber dado tal potestad á los hombres.

9 Y pasando adelante de allí Jesus vió á un hombre que estaba sentado en dónde se recibían los tributos, él cual se llamaba Mateo, y le dijo: Sigueme, y él levantóse y le siguió.

10 Y acaeció que estando Jesus sentado á la mesa en la casa, he aquí vinieron muchos publicános y pecadores, y se sentaron á comer con él y sus discipulos.

11 Y al verlo los Fariseos dijeron á sus discipulos į porqué vuestro Maestro come con publicanos y pecadores ?

12 Mas oyendolo Jesus les dijo: no tienen los que estan sanos necesidad de medico, sino los que estan enfermos.

13 Yd pues, y aprended lo que significa: Misericórdia quiero, y no sacrificio, porque no he venido á llamar los justos sino los pecadores á arrepentimiento.

14 A esta sazon vinieron á él los discipulos de Juan diciendole i porqué nosotros y los Fariseos ayunamos con frequencia, y tus discipulos no ayunan?

15 Y Jesus les dijo į pueden acaso los que estan de bodas andar afligidos mientras el esposo está

con ellos? Mas vendrán dias en que el esposo les será quítado; y entónces ayunarán.

16 Nádie echa remiendo de paño recio en vestido viejo, porque el tal remiendo se lleva parte del mismo vestido, y la rotura se hace peor.

17 Ni tampoco echan vino nuevo en odres viejos. De otra suerte se rompen los odres y el vino se derrama, y se pierden los odres. Mas echan el vino nuevo en odres nuevos, y así se conserva lo uno y los otros.

18 Mientras él les estaba diciendo estas cosas he aquí vino un cierto hombre principál, y le adoró diciendo: Señor mi hija acaba de morír, pero ven, pon tu mano sobre ella y vivirá.

19 Y levantandose Jesus le fué siguiendo con sus discipulos.

20 Y he aquí una muger que hacía doce años que padecía un flujo de cangre, llegardose por detrás le tocó la orla de su vestido.

21 Porque decía ella entre sí : si yo puedo tocar tan solamente su vestido, seré sana.

22 Y volviendose Jesus y viendola la dijo; ten confianza hija, tu fé te ha salvado. Y quedó la muger sana desde aquella hora.

23 Y cuando llegó Jesus á casa de aquel hombre principál, y vió los tañedores de flautas y á la gente que hacían ruido.

24 Diceles: Retiraos, pues la muchacha no está muerta sino que duerme. Y hacían burla de él.

25 Y echada que fué la gente fuera, entró: y la tomó de la mano, y la muchacha se levantó.

26 Ý corrió la fama de esto por toda aquella tierra.

27 Y cuando partió Jesus de aquel lugar le siguieron dos ciegos gritando y diciendo: Hijo de

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