6 Y el que escandalizare á uno de estos pequeñitos, que en mí creen, mejor le fuera que colgasen á su cuello una piedra de molino de asno, y le anegasen en el profundo de la mar. 7¡Ay del mundo por los escándalos! Porque necesario es que vengan escándalos; mas ay de aquel hombre, por quien viene el escándalo. 8 Por tanto si tu mano, ó tu pie te escandaliza, córtale, y échale de tí: porque mas te vale entrar en la vida manco ó coxo, que teniendo dos manos ó dos pies, ser echado en el fuego eterno. 9 Y si tu ojo te escandaliza, sácale, y échale de tí: porque mejor te es entrar en la vida con un solo ojo, que tener dos ojos, y ser echado en la gehenna del fuego. 10 Mirad que no tengais en poco á uno de estos pequeñitos: porque os digo, que sus Angeles en los cielos siempre ven la cara de mi padre, que está en los cielos. 11 Porque el Hijo del hombre vino á salvar lo que habia perecido. 15 Por tanto si tu hermano pecare contra tí, ve, y corrígele entre tí y él solo. Si te oyere, ganado habrás á tu hermano. 16 Y si no te oycre, toma aun contigo uno ó dos, para que por boca de dos ó de tres testigos conste toda palabra: 17 Y si no los oyere, dilo á la Iglesia y si no øyere á la Iglesia, tenlo como un Gentil, y un Publicano. 18 En verdad os digo, que todo aquello que ligareis sobre la tierra, ligado será tambien en el Cielo; y todo lo que desatareis sobre la tierra, desatado será tambien en el Cielo. 19 Dígoos otrosí, que si dos de vosotros se convinieren sobre la tierra, de toda cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre, que está en los Cielos. 20 Porque donde están dos ó tres congredados en mi nombre, allí estoy en medio de ellos. 21 Eutónces Pedro llegándose á él, dixo: ¿Señor, quantas veces pecará mi hermano contra mí, y le perdonaré? ¿hasta siete veces? 22 Jesus le dice: No te digo hasta siete, sino hasta setenta veces siete veces. 12¿Qué os parece? Si tu viere alguno cien ovejas, y se 23 Por esto el reyno de los descarriare una de ellas, ¿por Cielos es comparado á un homventura no dexa las noventa y bre Rey, que quiso entrar en nueve en los montes, y va á bus-cuentas con sus siervos : car aquella, que se extravió? 13 Y si aconteciere el hallarla, dígoos en verdad, que se goza mas con ella, que con las noventa y nueve, que no se extraviáron. 14 Así no es la voluntad de vuestro Padre, que está en los cielos, que perezca uno de estos pequeñitos. 24 Y habiendo comenzado á tomar las cuentas, le fué presentado uno, que le debia diez mil talentos: 25 Y como no tuviese con que pagarlos, mandó su señor que fuese vendido él, y su muger, y sus hijos, y quanto tenia, y que sc le pagase. 26 Entonces el siervo, arro jándose á sus pies, le rogaba, di- | ciendo: Señor, espérame, que todo te lo pagaré. 27 Y compadecido el señor de aquel siervo, le dexó libre, y le perdonó la deuda. 23 Mas luego que salió aquel siervo, halló á uno de sus consiervos, que le debia cien denarios; y travando de él, le queria ahogar, diciendo: Paga lo que me debes. 2 Y le siguieron muchas gentes, y los sanó allí. 3 Y se llegáron á él los Farséos tentándole, y diciendo: ¿Es lícito á un hombre repudiar á su muger por qualquiera causa? 4 El respondió, y les dixo: No habeis leido, que el que hizo al hombre desde el principio, macho y hembra los hizo? y dixo: 5 Por esto dexará el hombre 29 Y arrojándose á sus pies padre, y madre, y se ayuntará á su compañero, le rogaba, dicien-su muger, y serán dos en una do: Ten un poco de paciencia, y todo te lo pagaré. 30 Mas él no quiso; sino que fué, y le hizo poner en la cárcel, hasta que pagase lo que le debia. 31 Y viendo los otros siervos sus compañeros lo que pasaba, carne. 6 Así que ya no son dos, sino una carne. Por tanto lo que Dios juntó, el hombre no lo separe. 7 Dícenle : Pues por qué mandó Moisés dar carta de dise entristeciéron mucho; y fué-vorcio, y repudiarla? ron á contar á su señor todo lo 8 Les dixo: Porque Moisés que habia pasado. 32 Entonces le llamó su señor, y le dixo: Siervo malo, - toda la deuda te perdoné, porque me lo rogaste : 33 Pues no debias tú tambien tener compasion de tu compañero, así como yo la tuve de tí? 34 Y enojado su señor le hizo entregar á los atormentadores, hasta que pagase todo lo que debia. 35 Del mismo modo hará tambien con vosotros mi Padre celestial, si no perdonareis de vuestros corazones cada uno á su hermano. 1 CAPITULO XIX. por la dureza de vuestros corazones os permitió repudiar á vuestras mugeres: mas al principio no fué así. 9 Y dígoos, que todo aquel que repudiare á su muger, sino por la fornicacion, y tomare otra, comete adulterio; y el que se casare con la que otro repudió, coinete adulterio. 10 Sus discípulos le dixéron: Si así es la cordicion del hombre con su muger, no conviene casarse. 11 El les dixo: No todos son capaces de esto, sino aquellos á quienes es dado. 12 Porque hay castrados, que así naciéron del vientre de su aconteció, que quan- madre; y hay castrados, que lo Y aqua-maron; por los hombres; y hay do de decir estas palabras, se fué castrados, qu á sí mismos se de la Galiléa, y pasó á los con- castráron por amor del reyno de fines de la Judea de la otra parte los Cielos. El que puede ser del Jordán; capaz, séalo. ૐ. 13 Entonces le presentáron | lláron mucho, y dixéron: ¿ Pues unos niños, para que pusiese las quien podrá salvarse? manos sobre ellos, y orase: mas los discípulos los reñian. 14 Y Jesus les dixo: Dexad á los niños, y no los estorbeis de venir á mí; porque de los tales es el reyno de los cielos. 15 Y quando les hubo impuesto las manos, se fué de allí. 16 Y vino uno, y le dixo: Maestro bueno, ¿qué bien haré para conseguir la vida eterna? 17 El le dixo: ¿Por qué me preguntas de bien? Solo uno es bueno, que es Dios. Mas si quieres entrar en la vida, guarda los Mandamientos. 18 El le dixo: ¿Quales? Y Jesus le dixo: No matarás; No adulterarás; No hurtarás; No dirás falso testimonio; 19 Honra á tu padre, y á tu madre; y amarás á tu próximo como á tí mismo. 20 El mancebo le dice: Yo he guardado todo eso desde mi juventud: ¿qué me falta aun? 21 Jesus le dixo: Si quieres ser perfecto, ve, vende quanto tienes, y dalo á los pobres, y tendrás un tesoro en el Cielo; y ven, sígueme : 22 Y quando oyó el mancebo estas palabras, se fué triste; porque tenia muchas posesiones. 26 Y mirándolos Jesus, les dixo: Esto es imposible para los hombres; mas para Dios todo es posible. 27 Entonces tomando Pedro la palabra, le dixo: He aquí, que nosotros todo lo hemos dexado, y te hemos seguido: ¿qué es pues, lo que tendremos ? 28 Y Jesus les dixo: En verdad os digo, que vosotros que me habeis seguido, quando en la regeneracion se sentará el Hijo del hombre en el trono de su magestad, os sentaréis tambien vosotros sobre doce sillas, para juzgar á las doce tribus de Israél. 29 Y qualquiera que dexare casa, ó hermanos, 6 hermanas, ó padre, ó madre, ó muger, ó hijos, ó tierras, por mi nombre, recibirá ciento por uno, y posecrá la vida eterna. 30 Mas muchos primeros serán postreros; y postreros primeros. EMEJANTE es el reyno de los Cielos á un hombre Padre de familias, que salió muy de mañana á ajustar trabajadores para su viña. 2 Y habiendo concertado con 23 Y dixo Jesus á sus discí-los trabajadores darles un denapulos: En verdad os digo, que rio por dia, los envió á su viña. con dificultad entrará un rico en el reyno de los cielos. 24 Y además os digo: Que mas fácil cosa es pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reyno de los cielos. 25 Los discípulos, quando oyéron estas palabras, se maravi 3 Y saliendo cerca de la hora de tercia, vió otros en la plaza, que estaban ociosos. 4 Y les dixo: Id tambien vosotros á mi viña, y os daré lo que fuere justo. 5 Y ellos fuéron. Volvió á salir cerca de la hora de sexta y de nona, é hizo lo mismo. 6 Y salió cerca de la hora de vísperas, y halló otros, que se estaban allí, y les dixo: ¿Qué haceis aquí todo el dia ociosos? 7 Y ellos le respondiéron: Porque ninguno nos ha llamado á jornal. Diceles: Id tambien vosotros á mi viña. entregado á los Príncipes de los Sacerdotes, y á los Escribas, y le condenarán á muerte, 19 Y le entregarán á los Gentiles para que le escarnezcan, y azoten, y crucifiquen; mas al tercero dia resucitará. 20 Entonces se acercó á él 8 Y al venir la noche, dixo el la madre de los hijos del Zebedueño de la viña á su mayordo-déo con sus hijos, adorándole, y mo: Llama los trabajadores, y págales su jornal, comenzando desde los postreros hasta los pri meros. 9 Quando viniéron los que habian ido cerca de la hora de vísperas, recibió cada uno su denario. 10 Y quando llegáron los primeros, creyéron, que les darian mas; pero no recibió sino un denario cada uno. 11 Y tomándole murmuraban contra el Padre de familias, 12 Diciendo: Estos postreros sola una hora han trabajado, y los has hecho iguales á nosotro que hemos llevado el peso del dia y del calor. 13 Mas él respondió á uno de ellos, y le dixo: Amigo, no te hago agravio: ¿no te concertaste conmigo por un denario? 14 Toma lo que es tuyo, y vete: pues yo quiero dar á este postrero tanto como á tí. 15¿No me es lícito hacer lo que quiero? ¿Acaso tu ojo es malo, porque yo soy bueno? pidiéndole alguna cosa. 21 El le dixo: ¿Qué quieres? Ella le dixo: Di que estos mis dos hijos se sienten en tu reyno, el uno á tu derecha, y el otro á tu izquierda. 22 Y respondiendo Jesus, dixo: No sabeis lo que pedis. ¿Podeis beber el cáliz, que yo he de beber? Dícenle: Podemos. 23 Díxoles: En verdad beberéis mi cáliz: mas el estar sentados á mi derecha ó á mi izquierda, no me pertenece á mí darlo á vosotros, sino a los que está preparado por mi Padre. 24 Y quando los diez oyéron esto, se indignáron contra los dos hermanos. 25 Mas Jesus los llamó á sí, y dixo: Sabeis que los Príncipes de las gentes avasallan á sus pueblos, y que los que son mayores exercen potestad sobre ellos. 26 No será así entre vosotros; mas entre vosotros todo el que quiera ser mayor, sea vuestro criado; 27 Y el que entre vosotros quiera ser primero, sea vuestro siervo. 16 Así serán los postreros, primeros; y los primeros, postreros: porque muchos son los lla- 28 Así como el Hijo del hommados, mas pocos los escogidos.bre no vino para ser servido, sino 17 Y subiendo Jesus á Jeru-para servir, y para dar su vida en salém, tomó aparte á los doce redencion por muchos. discípulos, y les dixo: 18 Ved que subimos á Jerusalém, y el Hijo del hombre será 29 Y saliendo ellos de Jerichò, le siguió mucha gente; 30 Y he aquí dos ciegos sen tados junto al camino oyéron pollino; y pusieron sobre ellos que Jesus pasaba, y comenzáron sus vestidos, y le hicieron sentar á gritar diciendo: Señor, Hijo encima. de David, ten misericordia de nosotros. 8 Y una grande multitud de pueblo tendió tambien sus ropas 31 Y la gente los reñia para por el camino; y otros cortaban que callasen. Pero ellos alza- ramos de los árboles, y los tenban mas el grito, diciendo: Se-dian por el camino ; ñor, hijo de David, ten misericordia de nosotros. 32 Y Jesus se paró, y los llamó, y dixo: ¿Qué quereis que ૐ os haga? 33 Señor, le respondiéron: que sean abiertos nuestros ojos. 34 Y Jesus compadecido de ellos, les tocó los ojos. Y viéron en el mismo instante, y le siguiéron. CAPITULO XXI. 9 Y las gentes que iban delante, y las que iban detras, gritaban, diciendo: Hosanna al Hijo de David; bendito, el que viene en el nombre del Ceñor. Hosanna en las altas. 10 Y quand entró en Jerusalém, se conmovió toda la ciudad, diciendo: ¿Quien es este? 11 Y los pueblos decian: Este es Jesus el Profeta de Nazaréth de Galiléa. 12 Y entró Jesus en el templo de Dios, y echaba fuera todos Y quando se acercaron los que vendian y compraban en á Jerusalém, y llegá-el templo; y trastornó las mesas de los banqueros, y las sillas de los que vendian palomas; ron á Bethfage al monte del Olivar, envió entónces Jesus á dos discípulos, 2 Diciéndoles: Id á esa aldea que está enfrente de vosotros, y luego hallaréis una asna atada, y un pollino con ella: desatadla, y traédmelos: 3 Y si alguno os dixere alguna cosa, respondedle que el Señor los ha menester: y luego los dexará. 13 Y les dice: Escrito está : Mi casa, casa de oracion será llamada; mas vosotros la habeis hecho cueva de ladrones. 14 Y viniéron á él ciegos, y cojos en el templo, y los sanó. 15 Y quando los Príncipes de los Sacerdotes, y los Escribas viéron las maravillas que habia hecho, y los muchachos en el 4 Y esto todo fué hecho, para templo gritando, y diciendo: que se cumpliese lo que habia | Hosanna al Hijo de David, se dicho el Profeta, que dice: 5 Decid á la hija de Sión: He aquí tu Rey viene manso para tí, sentado sobre una asna, y un pollino hijo de la que está baxo de yugo. 6 Y fuéron los discípulos, é hicieron como les habia mandado Jesus. Y traxéron la asna, y el estuvo allí. |