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VII.-El número de ejemplares de cada edición no bajará de tres mil. VIII. Se repartirán gratuitamente ejemplares de cada uno de los volúmenes de la Biblioteca á todas las bibliotecas públicas, á las de todos los establecimientos fiscales de enseñanza, á las oficinas de las Legaciones chilenas y consulados de profesión, á las principales academias é institutos científicos extranjeros, y á las sociedades nacionales obreras de instrucción con personalidad jurídica.

IX. Del resto de la edición se reservará una tercera parte, que quedará á disposición del Gobierno, en los almacenes del Ministerio de Intrucción Pública; y el remanente se pondrá á venta, al precio de costo de cada ejemplar, en las librerías del país ó del extranjero que la comisión designe. Cada ejemplar llevará impreso en la carátula el precio de venta. X.-Del producto de la venta y de las comisiones corrientes en el comercio que se paguen á las librerías, se enviará trimestralmente una planilla detallada al Ministerio de Instrucción Pública, el cual ordenará su publicación en el Diario Oficial.

XI.-La comisión permanente de la Biblioteca se reunirá por lo menos una vez al mes y podrá celebrar sesión con tres de sus miembros.

XII.-El secretario tendrá directamente á su cargo la recolección de los impresos ó manuscritos que se necesiten para la publicación de las obras, la corrección de las pruebas y la vigilancia de la impresión. Le corresponderá, asimismo, llevar las actas de las sesiones de la comisión y la contabilidad de los fondos de que ella disponga, atender al reparto de las obras de la Biblioteca, y á los trabajos de redacción y demás que se le encomienden. En el desempeño de todas estas funciones procederá con arreglo á las instrucciones de la comisión.

Tómese razón, comuníquese, publíquese é insértese en el Boletín de las Leyes y Decretos del Gobierno.

MONTT.

Núm. 1,851.-Teniendo preseute:

Eduardo Suárez Mujica.

PRIMERO.-Que la comisión permanente encargada de organizar la Biblioteca de Escritores de Chile ha acordado solicitar del Supremo Go. bierno la modificación del decreto de 10 de Noviembre de 1908 en orden al número de miembros de que consta dicha comisión y al formato elegido para editar las obras que formarán la Biblioteca.

SEGUNDO.-Que para el expedito funcionamiento de la comisión permanente hay conveniencia en aumentar el número de miembros que la componen, á fin de que pueda sesionar con la frecuencia que requieran las necesidades del servicio.

TERCERO.-Que hay también conveniencia manifiesta, dado el objeto que se tuvo en vista al crear esta Biblioteca, en modificar el formato primitivamente adoptado para la edición de las obras, el cual no cumple con todas las condiciones prácticamente convenientes á juicio de la comisión expresada,

Decreto:

Créanse dos nuevas plazas de miembros de la comisión permanente encargada de la organización de la Biblioteca de Escritores de Chile. Adoptase como modelo para la edición de las obras que compondrán la Biblioteca, el formato de los volúmenes de la Colección de los mejores autores españoles de don Eugenio de Ochoa, edición Baudry, octavo francés, con las modificaciones que señale la comisión permanente.

Tómese razón, comuníquese, publíquese é insértese en el Boletín de las Leyes y Decretos del Gobierno.

MONTT.

Jorge Huneeus G.

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Dignidad de Chantre de la Metropolitana de Santiago,
Vicario General de la Arquidiócesis, Individuo
correspondiente de la Real Academia Española,
de la Arcadia de Roma, etc.

IMPRENTA BARCELONA
Moneda esquina San Antonio

Santiago de Chile Año 1913

PRÓLOGO

El fin más noble y sublime con que puede honrarse la palabra humana vertida ante el público, es el de hablar á los hombres en nombre de Dios; y esto es lo que hace el sacerdote como orador sagrado, y por eso su predicación se llama palabra de Dios. Enseñar á los hombres las grandes verdades de la religión, su origen divino y su último fin; enseñarles á aborrecer el vicio y á practicar la virtud, cumpliendo así su destino en esta vida, y todo esto con los mejores medios que puede discurrir la humana inteligencia ayudada de los auxilios de la divina gracia, ora exponiendo las verdades con suavidad y dulzura, de suerte que las almas se penetren de la doctrina como los campos se empapan con la lluvia tranquila y reposada; ora rogando y convidando con los atractivos y premios de una eterna felicidad; ya fulminando con la amenaza de castigos también eternos, ya abriendo el tesoro de las bondades y misericordias de Dios para con el hombre: he aquí, en resumen, el vasto campo de la oratoria sagrada.

La misión que con tanta gloria cumplieron los profetas de Israel hablando en nombre y por orden de Dios al pueblo escogido; y más aún, la que desempeñó aquí en la tierra el mismo Verbo humanado evangelizando por toda la Palestina durante tres años, misión que por mandato suyo prosiguieron después por todo el mundo sus apóstoles, esta

ORATORIA SAGRADA.-II

misma es la que cumple también ahora y cumplirá hasta el fin de los tiempos el orador sagrado en las distintas formas y aplicaciones que tiene su oratoria.

Tenemos encargo de estudiar lo que ha sido la oratoria sagrada en Chile durante el primer siglo de su emancipación política, es decir, desde 1810 hasta 1910. Mas, como este estudio, por ser para la Biblioteca de Autores Chilenos, forzosamente ha de referirse á la palabra impresa y nó á la hablada, que no ha dejado más huella que un recuerdo tradicional, tenemos que prescindir de la mayor parte de nuestros oradores que no consignaron sus discur sos en el papel, sea porque nunca los escribieron, sea porque, escritos, no los legaron á la posteridad ni los imprimieron. Y es triste resignarse á esto, porque hay enorme diferencia entre la palabra escrita en la calma y silencio del gabinete, por más que se la presente adornada con todas las galas del buen decir, y la que brota espontáneamente de la inspiración de la gracia ó de las circunstancias del asunto. La una agrada y deleita más, pero la otra penetra con más agudeza y profundidad, persuade y arrastra; la primera puede equipararse á las flores artificiales que fabrican las criaturas, la segunda á las flores naturales, que con nada pueden compararse, porque son obra del Criador.

Muy poco ó casi nada diremos pues de los primeros oradores, porque su palabra, viva y eficaz, como espada de dos filos, en expresión del Apocalipsis, no ha llegado á nosotros sino como simple recuerdo, á manera de las hojas ó flores secas que en los libros suelen conservar los estudiantes. De otros se conservan recuerdos más bien candorosos y pueriles, y no pocas veces cómicos, que edificantes y serios, y por eso no deben ni mencionarse. El que verdaderamente no merece quedar en el olvido es el santo

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